Enlace Judío México – Casi 100 personas se reunieron en el sótano de una sinagoga en Jerusalén una noche fría y lluviosa de enero para escuchar cómo pueden ayudar a solicitantes de asilo africanos en peligro de ser deportados.
Las familias, muchas de ellas inmigrantes de habla inglesa, están dispuestas a acoger a 360 jóvenes solicitantes de asilo en sus hogares y ayudarles a lidiar con la burocracia israelí.
“Tenemos la oportunidad de cumplir la mitzvá de ‘Amarás al Extranjero’, dijo la rabina Tamar Elad-Appelbaum de Sión: La Congregación de Eretz Israel en Jerusalén. Estos jóvenes nunca perdieron la esperanza. Ellos creen en nosotros”.
Estas iniciativas se han intensificando desde que el gobierno israelí anunció su decisión de deportar a decenas de miles de migrantes africanos del país. El gobierno ha comenzado a emitir avisos de deportación a unos 10,000 hombres solteros en edad laboral cuando van a renovar su visa de residencia. Los inmigrantes que acepten abandonar el país “voluntariamente” en marzo de 2018 recibirán un pago de 3,500 dólares y un boleto de avión a un tercer país. De lo contrario, serán encarcelados.
Michael Abdurhama se encuentra entre los que se reunieron en la Kehilat Sión de Jerusalén para tratar de ayudar a los inmigrantes. Abdurhama llegó a Israel a los 13 años de Darfur, Sudán en 2008. Sus padres fueron asesinados en su tierra natal y él mismo fue baleado por las fuerzas egipcias antes de encontrar refugio en Israel, donde fue enviado a escuelas de la Aliat Hanoar. Habla hebreo con fluidez y estudia judaísmo con la esperanza de convertirse.
Hace dos años, fue “adoptado” por Avital Hochstein, una maestra de Talmud y su esposo, Israel Campbell. Actualmente Abdurhama forma parte de la familia y los visita cada Shabat.
“Mi relación con ellos es tan fuerte, soy como su hijo”, comentó. “Me han dado todo lo que necesito, ya sea dinero, ropa, comida, mantas, e incluso un calentador. Se me salen las lágrimas cuando pienso cuánto he recibido de ellos”.
“Todas las familias pelean por mí”, bromeó. “Todos quieren que los visite en Shabat”.
A diferencia de Abdurhama, la mayoría de los inmigrantes africanos son de Sudán o Eritrea, donde los hombres sirven en el ejército de por vida.
“La mayoría de estas personas no son refugiados, sino inmigrantes económicos”, explica Yonatan Jakubowicz, director fundador del Centro de Política de Inmigración de Israel. “No creemos que estas personas corran peligro si vuelven a sus países de origen o a un tercer país”.
Campbell asistió al evento de Jerusalén con Abdurhama, en busca de más familias para ayudar a los solicitantes de asilo. Él mismo se convirtió al judaísmo.
“Era un extranjero en la tierra de Egipto”, dice Campbell, citando un verso bíblico. “Por un tiempo estaba completamente aislado hasta que me integré a la comunidad. Ellos [los solicitantes de asilo] están aquí; hablan hebreo. Es muy sencillo hacer lo correcto”.
Al parecer, el “tercer país” al que se refirió Jacobovitz es Ruanda, aunque los funcionarios locales han dicho que no aceptarán a nadie que sea deportado en contra de su voluntad.
Los grupos de activistas dicen que muchos de los que han vuelto a sus países de origen han sido maltratados o encarcelados.
Los 37,000 solicitantes de asilo en Israel han llegado ilegalmente, luego de pagar grandes sumas de dinero a traficantes para trasladarlos al país desde Egipto a través del desierto del Sinaí. La mayoría de ellos fueron enviados a Holot, el centro de detención que puede albergar hasta 25,00 migrantes. Israel anunció que cerrará este centro en los próximos meses.
Las deportaciones previstas han provocado indignación en Israel y en el extranjero. Un grupo de pilotos de El Al anunció en Facebook que no transportará a solicitantes de asilo a África. Más de 500 psicólogos enviaron una carta al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, advirtiendo que la expulsión causará daños psicológicos a los solicitantes de asilo. Un grupo de 350 médicos firmó una petición similar.
La oposición a la deportación también ha ganado apoyo de abogados, sobrevivientes del Holocausto, el Movimiento de Rabinos por los Derechos Humanos, escritores reconocidos, miembros de la Knesset y académicos en Israel.
“Debemos recordar que nosotros también fuimos perseguidos y victimizados”, escribió un grupo de 500 académicos, según un informe de Haaretz. “Nosotros, también fuimos extranjeros alguna vez y debemos acoger a los refugiados que han huido de su tierra natal para salvar su vida y la de sus familias”.
En tan solo unas semanas, Miklat Israel ha contactado a 600 israelíes para alojar y alimentar a los refugiados si es necesario, dijo la rabina Susan Silverman, del Movimiento de Rabinos por los Derechos Humanos.
“La respuesta del público muestra al gobierno que la sociedad israelí ha aprendido de nuestra historia y tiene un sentido de los valores judíos de tratar al extranjero con dignidad y compasión”, agregó.
Con información de Forward / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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