Comandante Imad Mughniyeh de Hizbala: 10 años desde su asesinato

Enlace Judío México.- “No, no hay nadie de ese nombre entre nosotros.” Así respondió el líder de Hizbalá, Hasán Nasrala cuando se le preguntó, en una entrevista televisiva en la década de 1990, sobre la identidad de Imad Mughniyeh y su rol en Hizbalá. Nasrala, como sus patrones en Teherán, mantuvo en secreto la identidad del jefe del ala militar y de seguridad de Hizbalá y negó su existencia misma. Ese siguió siendo el caso hasta hace exactamente 10 años, cuando, el 12 febrero del 2008, Mughniyeh fue asesinado en Damasco. Desde entonces él se ha vuelto una figura idealizada, un objeto de admiración a quien Hizbalá e Irán atribuyen atributos fundamentales de un héroe en la martirología chií.

GRAL. DE BRIGADA (ret.) DR. SHIMÓN SHAPIRA

“No, no hay nadie de ese nombre entre nosotros.” Así respondió el líder de Hizbala, Hassan Nasrallah cuando se le preguntó, en una entrevista televisiva en la década de 1990, sobre la identidad de Imad Mughniyeh y su rol en Hizbala. Nasrallah, como sus patrones en Teherán, mantuvo en secreto la identidad del jefe del ala militar y de seguridad de Hizbala y negó su existencia misma. Ese siguió siendo el caso hasta hace exactamente 10 años, cuando, el 12 febrero del 2008, Mughniyeh fue asesinado en Damasco. Desde entonces él se ha vuelto una figura idealizada, un objeto de admiración a quien Hizbala e Irán atribuyen atributos fundamentales de un héroe en la martirología chií.

Imad Mughniyeh comenzó su carrera en seguridad de adolescente en los campamentos de entrenamiento de Fatah. El luego se convirtió en el guardaespaldas del ayatola libanés Muhamad Huséin Fadlala, quien desarrolló la doctrina de la resistencia violenta al Occidente y a Israel.

Las instituciones de Fadlala enseñaron a generaciones de comandantes y combatientes de Hizbala. El desafió a la autoridad religiosa del líder supremo iraní Khamenei, quien remplazó al Imán Khomeini. Mughniyeh, por su parte, no tuvo inhibiciones. Su lealtad a Khamenei suplantó a su asociación con Fadlallah, y el guardaespaldas que se convirtió en el comandante militar de Hizbala amenazó con matar al ayatola libanés. La lealtad de Mughniyeh hacia Irán y su líder, Khamenei, fue así de crucial para él. El Líder Supremo de Irán conoció personalmente a Imad Mughniyeh y se reunió con él en lugares cercanos de vez en cuando.

El liderazgo iraní conocía personalmente a Imad Mughniyeh y lo estimaba. Ellos lo veían como un símbolo de la lucha contra el Occidente e Israel – desde la planificación y la ejecución del bombardeo de la Embajada de Estados Unidos en Beirut en abril de 1983 al bombardeo de los cuarteles de los Marines de Estados Unidos y los paracaidistas franceses en Beirut en octubre de 1983. Estas operaciones fueron ordenadas desde Teherán directamente a la sede de la Guardia Revolucionaria Islámica en el Valle de Becá en Líbano, dirigido por Hossein Dehghan (quien después se volvería ministro de defensa de Hassan Rouhani, el llamado presidente moderado de Irán). Esos ataques devastadores fueron precedidos por el bombardeo de los cuarteles generales de las fuerzas israelíes en Tiro en noviembre de 1982, el cual causó numerosas víctimas israelíes.

Fue Mughniyeh quien llegó con la idea de los ataques suicidas libaneses de la década de 1980. El personalmente reclutó al primer atacante suicida chií, lo equipó con municiones y un vehículo, e incluso lo llevó ante un clérigo libanés conveniente quien le dio una fatwa permitiéndole dar su vida. Esto estuvo alineado con la condición de Fadlala que, cuando el resultado vale la pena y el número de víctimas es grande, uno puede sacrificar la vida de uno y atacar a los infieles. Mughniyeh dirigió también los secuestros de extranjeros en Líbano durante la década de 1980. Algunos de los secuestros fueron llevados a cabo en un intento por liberar chiíes, incluido su cuñado Mustafa Badr a-Din, que estaban encarcelados en Kuwait, y otros para atacar en países occidentales que estaban proporcionando armas a Irak durante la guerra de 1980-88 con Irán.

Mughniyeh desempeñó un rol crucial en los actos de terror de la organización Yihad Islámica en Líbano, a la que él dirigió en cooperación estrecha con las agencias de inteligencia iraníes. Entre sus principales operaciones estuvieron el ataque suicida en 1992 a la embajada israelí en Buenos Aires, en represalia por la ejecución del secretario general de Hizbala, Abás Musahui, y el ataque posteriormente contra el centro comunitario judío en Buenos Aires. Aunque estos fueron ataques a gran escala y devastadores, Irán y Hizbala estaban preparados para absorber las ondas de choque que ellos generaron como para señalar a Israel que no tolerarían un ataque contra un líder de Hizbala.

Mughniyeh también forjó lazos con líderes de otras organizaciones militantes, incluídos los huzíes en Yemen, cuyo comandante militar, Abdel-Malek al-Shami, pidió ser enterrado al lado de Imad Mughniyeh. Mughniyeh también se reunió con Osama Bin Laden en Sudán en la década de 1990. En el contexto estaba la ayuda masiva de Irán, especialmente en la forma de misiles, a Hizbala y a las organizaciones rechazadoras palestinas, especialmente a la Yihad Islámica Palestina y a Hamas. Cuando Israel se retiró de Líbano en el año 2000, Imad Mughniyeh llegó a ser conocido como el héroe de la retirada y el “liberador” del sur. Durante seis años él preparó a Hizbala para la guerra siguiente con Israel.

Cuando estalló la Segunda Guerra del Líbano en el año 2006, Hizbala estaba equipado con decenas de miles de misiles, algunos de ellos de largo alcance, los que atacaron Haifa y “más allá de Haifa”, tanto como misiles de precisión, uno de los cuales, un misil chino tierra-mar, casi hundió a un barco misilístico israelí. Mughniyeh fortaleció su estatus en Líbano y era muy estimado por los Guardias Revolucionarios, especialmente el Comandante General Qassem Soleimani de la Fuerza Quds, quien se reuniría con él regularmente. Los dos concordaban sobre el rol de Hizbala en la captura de Líbano por parte de Irán y en convertirlo en una base de misiles iraní. El objetivo era hacer a los misiles lo suficientemente precisos como para infligir golpes en el frente interno israelí, al cual Mughniyeh llegó a ver como el punto débil de Israel después de analizar personalmente las lecciones de la Segunda Guerra del Líbano.

Los últimos años de su vida vieron un debilitamiento de la sensación de precaución que había caracterizado tanto a Imad Mughniyeh y a sus patrones iraníes. El iría de lugar en lugar sin guardaespaldas o alguna seguridad, sin ocultar su localización de sus seguidores y sus asociados, particularmente cuando permanecía en su departamento operativo en Damasco. Fue cerca de ese departamento que él encontró su muerte cuando su coche fue volado por los aires.

Desde ese momento Hizbala no se las ha arreglado para encontrar un remplazo que pudiera igualar la estatura y capacidades de Mughniyeh. Su asociado y cuñado, Mustafa Badr a-Din, quien lo remplazó, no fue realmente capaz de llenar sus grandes zapatos, y fue asesinado en las cercanías de Damasco bajo circunstancias que dejaron las huellas digitales iraníes.

En la década que ha pasado, Imad Mughniyeh se ha vuelto un mito de heroísmo y sacrificio. Sus dos hermanos, Jihad y Fuad, y su hijo, Jihad, fueron eliminados mientras servían en Hizbalá. La tumba de Imad Mughniyeh se ha vuelto un sitio de peregrinaje para altos funcionarios iraníes y otros, quienes llegaron para expresar apoyo a la lucha armada contra Israel.

A medida que pasa el tiempo, Imad Mughniyeh parece estar obteniendo mayor estima en Teherán que en Líbano. El ha entrado al panteón de los Guardias Revolucionarios. El comandante de la Fuerza Quds ha adoptado a su hijo, Jihad, como su propio hijo, hasta que el joven Mughniyeh fue eliminado en los Altos del Golán en el año 2015. Qassem Soleimani visita frecuentemente a la familia Mughniyeh, especialmente a su madre, desde la muerte reciente de su padre. En Irán, Mughniyeh es conmemorado como el favorito del Imán y como un héroe de la Revolución Islámica.

El General de Brigada (ret.) Dr. Shimon Shapira es un asociado principal de investigación en el Jerusalem Center for Public Affairs. El se desempeñó como Secretario Militar del Primer Ministro y como jefe de personal del Ministerio del Exterior de Israel. El editó el libro electrónico del Jerusalem Center “Irán: De Desafío Regional a Amenaza Global.”

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