Rusia está utilizando a Siria como cobaya militar

Aviones militares rusos en la base aérea de Hmeymim en Siria. (Crédito de la foto: REUTERS / VADIM SAVITSKY / MINISTERIO DE DEFENSA RUSO A TRAVÉS DE REUTERS)

Enlace Judío México.- Los altos funcionarios rusos afirman que los países hacen cola para comprar hardware probado en batalla.

CHARLES BYBELEZER / THE MEDIA LINE

El viceministro de Defensa ruso afirmó el jueves que Moscú ha probado más de 600 nuevas armas y otros equipos militares en Siria desde que intervino en el conflicto en 2015. “No se puede sobreestimar la posibilidad de realizar pruebas en combate real“, afirmó Yuri Borisov, y agregó que “los clientes han empezado a hacer cola para obtener las armas que se han probado [en batalla]“.

Los comentarios se produjeron el mismo día en que el jefe del poderoso comité de defensa de la Duma de Rusia, la cámara baja del parlamento, afirmó que 200 de los artículos eran sistemas de próxima generación.

No es un accidente que hoy vengan a nosotros desde muchas direcciones para comprar nuestras armas, incluidos países que no son nuestros aliados“, declaró Vladimir Shamanov. “Hoy, nuestra industria militar hizo que nuestro ejército se viera de una manera que nos enorgullezca“.

Según Mathieu Boulegue, becario de investigación en el Programa Rusia y Eurasia en el grupo de expertos Chatham House con sede en Londres, “muchos analistas en Moscú ven la campaña de Siria como una ‘revolución en asuntos militares’, que es un término estadounidense que deriva de la experiencia de los EE.UU. principalmente durante la Primera Guerra del Golfo. Rusia ve a Siria como un teatro para aprender a usar tecnología [de vanguardia] y técnicas de mando y control en la guerra moderna.

También están obteniendo una experiencia similar en Ucrania“, elaboró a The Media Line, “y es imposible separar las dos campañas, ya que las lecciones obtenidas en ambos ámbitos se alimentan de la misma bestia“.

Según los informes, el hardware ruso que se está probando incluye aviones avanzados, misiles de crucero y municiones guiadas de precisión, además de arsenal, drones de campo de batalla y sistemas de guerra electrónica, entre muchos otros.

Un ejemplo destacado es la introducción en Siria de los aviones de combate Sukhoi Su-34 y Su-35, doce de los cuales, según los informes, fueron vendidos poco después a Argelia. Otros países como Indonesia, India y Nigeria también han expresado interés en el avión desde que se puso a prueba en la batalla, lo que permite una evaluación tangible de su desempeño.

Del mismo modo, se han forjado acuerdos de compra para el sistema ruso de defensa de misiles tierra-aire S-400 con Irán, Turquía y Arabia Saudita.

En general, los países del Medio Oriente y del Norte de África, desde Egipto hasta Qatar, Bahrein, Marruecos y Túnez se están alineando para comprar equipos fabricados en Rusia; esto, cuando Moscú ha renovado su influencia regional proyectando su ejército tras años de dominación estadounidense.

En marzo del año pasado, el principal funcionario de defensa de Rusia, Sergei Shoigu, dijo al parlamento que el noventa por ciento de las armas probadas hasta ese momento habían cumplido con las expectativas del Kremlin. Meses después, Dmitry Shugayev, jefe del Servicio Federal de Rusia para la Cooperación Técnica Militar, reveló que las órdenes extranjeras de armas rusas ascienden a casi $ 50 mil millones. Cabe destacar que afirmó que Moscú está preparado para adquirir alrededor del treinta por ciento del mercado mundial de aviones militares, superando la participación de los EE.UU.

Rusia ha creado la ‘Etiqueta probado-en-combate’, que es utilizada por funcionarios y empresas para mejorar las ventas militares“, explicó Boulegue a The Media Line. “Es muy difícil cuantificar cuánto acelerará las perspectivas comerciales, pero va de la mano con una política muy agresiva de parte del estatal Rosoboronexport”. [Otras compañías privadas también] realmente están llegando a los compradores extranjeros y hasta ahora han tenido buenos resultados.

Esto también se aplica a América Latina y África“, concluyó, “porque muchos de los contratos que se han firmado recientemente podrían haberse originado hasta hace cinco años. Hay un enfoque en países que podrían comprar algunos de los modelos más antiguos de los sistemas rusos a granel, que pueden ser [incorporados] a los ejércitos de naciones menos ricas“.

Sin embargo, el momento y la naturaleza de las declaraciones de altos funcionarios rusos sugieren que también pueden estar destinados al consumo interno, en medio de una creciente conciencia de que Moscú puede no ser capaz de librarse fácilmente del atolladero sirio.

Esto suena como propaganda, ya que seiscientas armas es muy alto“, explicó a The Media Line Zvi Magen, ex embajador de Israel en Rusia y experto en su política exterior de Medio Oriente.

A este respecto, cabe destacar que Moscú desplegó la semana pasada en Siria dos aviones caza furtivos Su-57 de quinta generación, la respuesta de Rusia al F-22 Raptor y al F-35 de los EE.UU. Sin embargo, el hecho de que los aviones no sean operacionales respalda la noción de que su transferencia al exterior es, al menos parcialmente, un “espectáculo” de imitar la fuerza.

Están atrapados allí y por eso que necesitan excusas“, expuso Magen. “Los rusos deben terminar esta guerra y no han podido llegar a un acuerdo para terminarla. En su lugar“, continuó, “Moscú declaró la victoria [prematuramente] y Putin visitó Siria. Pero desde entonces ha habido batallas y los rusos han sufrido bajas. Esto lleva a la presión doméstica“.

De hecho, los tambores militares de Moscú vienen inmediatamente después de un gran choque entre “contratistas” rusos y fuerzas estadounidenses el 7 de febrero, en el que hasta 300 mercenarios-empleados del sombrío Wagner PMC (compañía militar privada) cuyo propietario es un socio de Putin: murieron o resultaron heridos por los ataques aéreos estadounidenses y el fuego de artillería durante un ataque fallido contra una base controlada por los kurdos en la región de Deir ez-Zor.

Mientras que Rusia negó públicamente cualquier participación en el incidente, es bien sabido que Moscú acordó el despliegue en Siria de hasta 2.500 combatientes a sueldo para evitar bajas entre sus tropas oficiales. Como tal, el Kremlin por lo menos tiene un problema de relaciones públicas en su país, especialmente dada su explicación poco satisfactoria del evento, que fue descrito por el secretario de Defensa de los Estados Unidos, James Mattis, como “desconcertante”.

Redirigir el enfoque a supuestos éxitos en Siria -exagerando sus logros militares, reales o imaginarios- podría constituir un esfuerzo concertado para restar importancia a la pérdida de sus ciudadanos mientras se apela a una población rusa en gran parte nacionalista. Esto, a su vez, se vincula con la segunda explicación posible para los comentarios aparentemente coordinados; es decir, que vengan solo unas semanas antes de las elecciones presidenciales rusas y es posible que Putin rechace las críticas legítimas al enredo de Rusia en Siria reuniendo el apoyo de su base de votantes patriótica, si no militarista.

Las revelaciones de que Rusia está usando efectivamente a Siria como campo de pruebas para el hardware militar también plantea cuestiones morales, especialmente porque se encuentran en el trasfondo de la catástrofe humanitaria que se desarrolla en Ghouta Oriental.

Más de 500 lugareños murieron y otros 2.500 resultaron heridos en la última semana, mientras las fuerzas sirias aliadas a Moscú atacaron la zona controlada por los rebeldes desde el aire y el suelo en una de las ofensivas más feroces en la guerra de siete años. Se estima que 400,000 civiles permanecen atrapados en el área, con grupos de derechos humanos que advierten sobre una gran catástrofe humanitaria a menos que se permita que la ayuda llegue al enclave.

El apoyo de Moscú al presidente sirio, Bashar Assad, una vez más ha puesto de manifiesto su papel primordial en la prolongación de la guerra, en detrimento de una población civil ya devastada. El hecho de que los líderes rusos anuncien al mismo tiempo el avance de Moscú en su complejo militar industrial utilizando a Siria como “conejillo de indias” arroja luz sobre sus intenciones y prioridades subyacentes.

Fuente: The Jerusalem Post– Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico

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Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.