Enlace Judío México.- Cuando mencionamos la cantidad de vino que se bebe durante el Seder de Pésaj, “4 copas”, uno podría pensar que la intención es terminar el Seder embriagados… ¿Por qué?
RABBI YOSEF BITTON
EL TAMAÑO DE LAS COPAS
Pensemos por ejemplo que si uno bebió dos o tres copas de vino (depende del nivel de alcohol del vino y el tamaño de la copa) no debería conducir un vehículo. Pensemos también que una copa de vino promedio contiene 200cc- 300cc. Por lo tanto, 4 copas de vino por persona significaría que cada uno de los participantes del Seder estaría bebiendo como un litro de vino, en cada una de las dos noches del Seder…
Aprendimos que en el Pésaj debemos estar felices y agradecidos a HaShem por nuestra libertad. Pero ¿acaso hay que embriagarse en el Seder para sentirse libre?
Para aclarar este importante punto debemos hacer un poco de historia y remontarnos a 2000 años atrás, cuando las directivas del Seder fueron formuladas por escrito por nuestros Sabios.
Las copas de vino en la antigüedad eran diferentes a las copas de vino en nuestros días. En el cuadro que se ve arriba podemos apreciar el cambio dramático en el tamaño de las copas de vino, desde el siglo 17 hasta nuestros días. Coincidiendo con lo que se aprecia en este cuadro, los Sabios del Talmud mencionaron que el tamaño de las copas de vino que acompañan las bendiciones del Seder (y a todas las demás bendiciones y ceremonias religiosas) era mínimamente rebi’it. Esto es, más o menos, 80cc (hay otras opiniones). Lo cual obviamente es muchísimo menor que el promedio de una copa en nuestros tiempos. Pero eso no es todo…
VINO DILUIDO
Maimónides (MT, Hamets uMatsa 7:9) explica que el vino que se bebe en el Seder debe ser mazug, diluido con agua. Y para la gran sorpresa del lector moderno la cantidad de agua que los Sabios del Talmud y Maimónides aconsejan es: 3/4 agua, 1/4 vino (sic.). Los Sabios explicaron que para que el vino represente un gesto de libertad y nobleza, debe ser tomado de una manera placentera, saludable y moderada ( שתיה ערבה). Maimónides aclara que si en el Seder uno bebe 4 copas de vino “puro”, es decir: sin agua, si bien cumplió con la obligación de las 4 copas, falló en cumplir con la obligación de jerut, es decir, de actuar como personas libres y nobles. Técnicamente, como también lo aclara Maimónides, el total de las 4 copas de vino debe contener un mínimo de … rebi’it, o 80 cc de vino puro, y el resto debe ser agua. Esto puede sonar contradictorio con nuestras costumbres modernas, ya que para nosotros el vino diluido se considera algo de menor calidad. En la antigüedad, sin embargo, el vino puro (יין חי) se consideraba imbebible, o una bebida que no correspondía a personas nobles y educadas.
EL VINO CAMBIÓ….
Un lector que escuchó una clase que presenté esta semana sobre este tema, me refirió a un artículo de Wikipedia (“krater”, en inglés) que afirma que en los famosos simposios los griegos también solían beber el vino diluido con 3 partes más de agua. Exactamente igual que lo que dicen los Jajamim del Talmud. Cito:“El consumo de vino ákratos (sin diluir) era considerado un grave error de juicio en la antigua Grecia, suficiente para caracterizar al bebedor como un borracho y alguien que carecía de moderación y principios. Los escritores griegos antiguos prescribieron que una proporción de mezcla de 1:3 (vino a agua) era óptima…
Este articulo también cita la razón por la cual el vino diluido no perdía su esencia y sabor a vino, aunque estuviera diluido con tanta agua. Continuo la cita: “…siendo que estas mezclas producirían una bebida no apetecible y acuosa si se aplicara a la mayoría de los vinos elaborados al estilo moderno, esta práctica de los antiguos ha llevado a la especulación de que los vinos antiguos podrían haber sido elaborados con un alto grado alcohólico y un alto contenido de azúcar, p.ej. usando uvas deshidratadas, y ese vino podía resistir mejor la dilución con agua… “.
Así también lo explicaron entre otro Rashí y Maimónides: el vino en los tiempos del Talmud era mucho más fuerte que el de hoy.
EN NUESTROS DIAS
La práctica habitual hoy en día es por lo tanto un poco diferente. El tamaño mínimo de la copa, no se modificó. Sigue siendo de 80cc. En cuanto a mezclar el vino con agua, el rab Obadiá Yosef z”l y otros rabinos contemporáneos explican que hoy en día si bien agregamos agua al vino, no se podría añadir tanta agua (3/4) sin que el vino pierda su sabor. El Rab Yosef, por ejemplo, indica que en nuestros días la mayoría de la copa debe ser de vino, para que el gusto y la esencia del vino prevalezca. Esto varía obviamente, según el tipo y la calidad del vino que se utilice. Personalmente, he notado que si se mezcla vino de calidad media (que no esté elaborado con agua agregada), con hasta un tercio de agua, esta proporción satisface los dos requisitos esenciales: 1. templar el vino y 2. preservar el sabor del vino.
Consulta con el rabino de tu comunidad.
Fuente: halajá.org
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