Enlace Judío México – El escritor judío y filósofo francés Bernard-Henri Levy escribe una carta de amor a Israel en 70 líneas.
La primera nación multiétnica, es decir, que realmente funciona.
La primera República, según el modelo de Rousseau, donde un buen día alguien dijo “Hagamos un contrato” y el contrato fue hecho.
País de refugio.
País de una promesa.
Un país superfluo para las personas superfluas.
El mundo puede volver a ser inhabitable para todas las Mireille Knoll de Francia, y este pequeño país ser aún más precioso.
¿La democracia es difícil? ¿Lenta? ¿Toma tiempo para construir una democracia? En Israel tan sólo tomó una noche, la del 14 de mayo de 1948.
¿Para formar una democracia, se requiere una tradición democrática? ¿ Una cultura común? ¿Un recuerdo? En Israel, los pioneros de Rusia, de Europa Central, de Alemania y el Medio Oriente no tenían nada de eso. Y todavía…
El milagro israelí.
La maravilla de un vínculo social forjado de la nada.
La maravilla de una lengua muerta, reinventada y resucitada.
Todavía escuchamos que ninguna democracia puede sobrevivir al estado de emergencia conocido como guerra. Excepto en Israel.
El terrorismo ha estado en Israel no durante 7 días (como en los Estados Unidos cuando se aprobó la Ley Patriótica) y tampoco durante 7 años (como en Francia cuando se adoptaron las medidas liberticidas de 1961), sino durante 70 años; y sin embargo, sus instituciones se mantienen y la libertad no se infringe.
70 años sin un solo día de paz, y ningún israelí, judío o árabe, abandonaría el país por otro.
Atenas, no Esparta.
Una prensa belicosa, implacable contra los líderes del país.
Un sistema legal obstinado que, cuando un primer ministro se desvía, no duda en enviar al primer ministro a prisión.
Un escritor rebelde, David Grossman, el orgullo del país.
Otro: Amos Oz.
Y otro: A. B. Yehoshua.
¿Hay algún lugar en la tierra donde el famoso “derecho a criticar a Israel” se ejerza mejor que en Israel?
¿Hay una ONG más insistente en denunciar el uso desproporcionado de la fuerza en Israel que “Rompiendo el Silencio”?
¿Otra democracia donde una minoría hostil al principio fundador del país (el sionismo) disfruta, como la minoría árabe de Israel, plenos derechos de ciudadanía?
¿Otro país que, en tiempos de guerra, toleraría ver ciudades como la ciudad árabe de Kufr Manda de Israel al lado del enemigo?
Árabe: el segundo idioma oficial de Israel.
Una lista de legisladores árabes inimaginable en la Asamblea Nacional de Francia.
Un juez árabe sentado en el Tribunal Supremo.
Y, liderando el mismo tribunal, una mujer, Esther Hayut, la tercera mujer elegida para ese alto cargo.
Cuando un muro defensivo invade la aldea palestina de Beit Jala, en Cisjordania, el tribunal ordena que se mueva el muro.
En Bil’in, la pared daña olivos centenarios. Los árboles son replantados.
¿Un error militar? Condenado.
¿Una orden inapropiada? Anulado.
¿Una operación inconsistente con la noción ética de la “pureza de las armas”? Llevar el caso, en mitad de la operación, ante el tribunal competente. Esto ocurrió.
Los hospitales de campaña que tratan a los heridos enemigos.
Dispensarios en los Altos del Golán que son los únicos lugares en el área donde las víctimas sirias de Bashar al-Assad pueden encontrar refugio.
Para otros sirios, los hospitales en Safed, Kiryat Shmona, Nahariya, Tiberias.
Y la ciudad de Jubata al-Khashab, en la provincia de Quneitra: reconstruida con fondos públicos y privados de Israel.
Y las operaciones humanitarias de las Fuerzas de Defensa de Israel …
¿Hay otro país en el mundo que, proporcionalmente a su población, envíe su ejército en tantas misiones humanitarias a ese costo?
En México, después del terremoto de septiembre de 2017 …
En Nepal, Haití y Turquía después de los terremotos de 2015, 2010 y 1999 …
En el Mediterráneo, en 2003, cuando la legendaria Unidad 669 voló al rescate de diez marineros turcos atrapados en un tifón …
En Sierra Leona, cuando Israel fue el primero en ayudar a miles de personas pobres desplazadas por deslizamientos de tierra …
Y todas las ONG israelíes que están cavando pozos en África, enviando bomberos a Puerto Rico y enviando médicos sin fronteras a Madagascar y Zambia.
Ciencia israelí.
Los buenos robots del Hospital Hadassah.
La investigación más avanzada del mundo sobre Alzheimer, Parkinson, terapia celular, cirugía cerebral y más.
Sabiduría y estudio.
Conocimiento tanto secular como talmúdico.
La belleza de Tel Aviv y la piedra blanca de Jerusalén.
Haifa cosmopolita
Y Jaffa, con sus calles en espaldera y bloques de piedra ocre embellecida.
Y los paisajes rocosos del Negev en los que uno detecta las huellas dejadas por los ojos que los miraban siglos antes de nuestro tiempo.
Y esas rocas y megalitos que parecen haber sido creados por el dedo de Dios.
Y esos altos desiertos.
Y esos mares más bajos que el mar.
Y el kibbutz cerca de Tiberíades, donde Sartre tenía la sensación de que todo “hablaba en secreto a su alma”.
Y ese otro kibbutz, en el que me encontré en junio de 1967, demasiado tarde para la Guerra de los Seis Días, pero a tiempo para comprender el significado del verso: “Tus hijos serán como la arena del mar”.
De hecho… ¿tierra o arena?
¿Otro Babel, o un nuevo tipo de reino?
¿El granito de las paredes o la suave sombra de los comentarios talmúdicos?
¿Un estado como cualquier otro, o un retorno a Jacob, es decir, al hombre que se llamó Israel porque luchó con el ángel?
En Israel, no es la naturaleza la que es generosa con el hombre, sino más bien el hombre con la naturaleza, porque la aumenta con su inteligencia.
Israel es una de las pruebas más arriesgadas, y una de las más nobles, que el pueblo judío ha tenido que sufrir.
Por haberse embarcado en ella, ¿sufrirá Israel la culpa que le puso Samuel a las personas que se sometieron a Saúl, o permanecerá, aunque sea un poco, como el alumno de Moisés?
¿Va a evolucionar del fascinante país que ya es a uno totalmente admirable o incluso sublime?
¿Y qué nos dice Israel sobre lo que significa ser humano?
Feliz cumpleaños, Israel.
Traducido del inglés por P. Huergo Caso
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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