Enlace Judío – Hace casi un año que se hizo la presentación oficial del proyecto Música Silenciada, en un concierto de lujo que se llevó a cabo en el Club de Industriales de la Ciudad de México.
IRVING GATELL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO
Fue una noche mágica en todo sentido, tanto por la calidad musical del evento, como por varios detalles que resultaron muy significativos para el proyecto.
Música Silenciada es el esfuerzo por traer de regreso a las salas de concierto la música de los autores proscritos, perseguidos e incluso asesinados por el Nazismo. Por lo tanto, se trata de un compromiso con la coexistencia y la tolerancia, un mensaje artístico en contra de la xenofobia y la discriminación.
Por definición, el Nazismo es el culmen de la mentalidad criminal e inhumana hecha sistema de gobierno. Su persecución no sólo se limitó a los judíos, y sus crímenes no sólo se enmarcan en lo que llamamos Segunda Guerra Mundial. Sus líderes –comenzando por Hitler– también lanzaron una violenta campaña para censurar y eliminar eso que llamaron “arte degenerado”, y que simplemente era toda aquella manifestación cultural que no fuera útil para su propaganda. Por supuesto, disimulaban la situación diciendo que era arte “inconveniente para el pueblo”.
Todas las disciplinas artísticas se vieron afectadas. En materia de música, no sólo se censuró a compositores y ejecutantes primero alemanes y luego europeos en general que estuvieran vivos en ese momento, sino también a músicos que vivían en otros países (por su origen o filiación ideológica), o incluso grandes maestros del pasado ya fallecidos.
Entre los afectados directamente estuvieron grandes compositores como Franz Schreker, Víktor Ullman o Pavel Haas. Schreker, por ejemplo, justo cuando era considerado el compositor más célebre de Alemania (con un prestigio mejor consolidado que el de Richard Strauss), fue depuesto de sus cargos como profesor de música y director, y tras un breve período de intensa depresión, murió en 1934, apenas un poco después de que el Nazismo tomara el poder en Alemania.
La suerte de Ullman fue más trágica: murió en Auschwitz en 1944.
Otros compositores como Schöenberg o Bloch optaron por huir de Europa y encontraron en Estados Unidos un lugar seguro para continuar con sus carreras. Pero –como ya se dijo– el Nazismo también se lanzó contra otros autores u otros géneros sin importar dónde estuvieran. Por ejemplo, se opusieron decididamente al Jazz, un género musical que encarnaba aquello que el fascismo racista nazi consideraba lo peor de lo peor, al ser un lenguaje musical propio de afro-americanos, y además ampliamente cultivado por judíos. George Gershwin fue uno de los compositores prohibidos para el “pueblo alemán”.
Los compositores judíos del pasado no se salvaron: desde Gustav Mahler (que tenía relativamente poco tiempo de haber muerto) hasta Félix Mendelssohn, los esbirros de Hitler intentaron “purificar” la cultura alemana por medio de la censura.
El desenlace en general lo conocemos todos: el Nazismo fue contundentemente aplastado en 1945, pero el daño quedó allí. Desde entonces, ha sido muy lento el proceso para recuperar la música de esa generación de compositores europeos a los que la peor barbarie humana quiso silenciar. Autores que hoy nos resultan casi desconocidos, como los ya mencionados Schreker, Ullman y Haas, pero también otros como Gidon Klein, Hans Krasa, Erwin Shulhoff, Ernst Krenek o Erich Korngold, son apenas unos cuantos de una larguísima lista de compositores cuyas obras están esperando regresar a la vida, a las salas de música, al deleite del público.
Devolverlos a ese, el lugar que les corresponde, es una obligación moral que tenemos como amantes de la música y la cultura, pero también como seres humanos. Volver a escuchar su voz marca la derrota definitiva del Nazismo y la intolerancia inhumana.
Por ello, desde hace ya un poco más de dos años que un grupo de personas nos decidimos a estructurar y proponer este proyecto al que llamamos Música Silenciada, y que tiene como objetivo inicial empezar a resucitar –literalmente– estas obras musicales aquí en México. El grupo está integrado por Maty Braverman, en la Producción Ejecutiva; Robert Schwendeman, en la Producción Musical; Irving Gatell, en la Producción de Contenidos; y Víctor Achar y Sergio Bringas en las Relaciones Públicas.
Para hacer la presentación oficial, contamos en aquel entonces –Julio de 2017– con el invaluable apoyo del Ingeniero José Carral, Presidente del Club de Industriales de México y un melómano destacado, siempre involucrado en proyectos de apoyo a la Música Clásica, y por ello fue en la sede del Club que se realizó el concierto debut. Contamos, además, con la presencia en aquella ocasión de los Exelentísimos Embajadores de Israel y Alemania, Jonathan Peled y Victor Eibling –respectivamente–, que hicieron la apertura oficial del evento. Su presencia, sus palabras y su apretón de manos fueron la mejor manera de demostrar cómo el arte reconcilia, une, edifica.
Del mismo modo, resultó también muy significativa la presencia de miembros de las familias Habsburgo y Hohenlohe en el evento, ya que se trata de descendientes de dos familias de la realeza europea que en otros tiempos mantuvieron relaciones ambivalentes con los judíos –a veces malas, a veces buenas–, pero cuyo interés en apoyar el proyecto Música Silenciada demuestra que si nos lo proponemos, podemos construir los vínculos para hacer de este mundo un mejor lugar.
El único detalle que tal vez no fue del todo satisfactorio en aquella ocasión es que fue un evento privado, al que sólo se pudo asistir con invitación.
Pero después de todos estos meses de preparativos, estamos de regreso para presentar nuestro primer concierto abierto a todo público.
La cita es en el Auditorio Rafael y Regina Kalach, del Colegio Monte Sinaí (a quien se le agradece sinceramente su apoyo para este evento) el próximo domingo 27 de Mayo a las 12:00 horas. La dirección es Avenida Loma de la Palma 133, Lomas de Vista Hermosa.
El programa estará integrado por obras de Félix Mendelssohn, Ernst Bloch, Martin Seiber, David Amram, George Gershwin, Henryk Wienieawski, Joseph Achron y Franz Schreker. Y la interpretación estará a cargo de los maestros Adrián Justus (violín), Asaf Kolerstein (violonchelo), Eleonor Weingarten (clarinete), Jeffrey Rogers (corno) y Jozef Olechowsky (piano).
Los boletos tienen un costo de $800.00 en la Planta Baja (parte delantera), $500.00 en la Planta Baja (parte trasera), y $300.00 en el Segundo Piso. Pueden adquirirse en este enlace: https://musicasilenciada.yapsody.com, en el apartado “obtener boletos”.
Será un placer contar con la presencia y apoyo de todos ustedes. No sólo será una velada musical memorable por la calidad de la música y los intérpretes, sino también un evento altamente significativo por lo que representa para el esfuerzo de aprovechar la música, un lenguaje que no tiene nacionalidad ni fronteras, como un vehículo de comprensión y solidaridad entre todos los seres humanos.
Este es apenas el principio de un proyecto que, poco a poco, se irá extendiendo a otras sedes en el territorio nacional (México), otros países, otros autores y otro tipo de eventos.
Mil gracias por compartirlo con nosotros.
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