Enlace Judío México.- En el judaísmo, la preservación de la vida humana tiene prioridad sobre casi todos los mandamientos.
MARCOS GOJMAN
En el judaísmo, la preservación de la vida humana tiene prioridad sobre casi todos los mandamientos. El Talmud enfatiza este principio al citar el versículo de Levítico 18:5 que dice: “Por lo tanto, guardarás mis estatutos y mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los cumple; yo soy el Señor“. Y los rabinos así lo explican en el tratado Yoma 85b del Talmud:”Que él vivirá por ellos y no que él muera por ellos’: A este principio se le llama “Pikuaj Nefesh”, “salvar una vida”.
En 1848, una epidemia de cólera brotó en la ciudad de Vilna. El rabino de la ciudad era Rabí Israel Salanter, una de las grandes luminarias de su tiempo. Para Yom Kipur, los doctores le habían aconsejado que todos deberían comer y no sólo los que estaban enfermos, para que no se debilitaran y fueran así más susceptibles de contraer la enfermedad. Rabí Salanter pensó que no sería suficiente el sacar un edicto de que todos debían de comer en Yom Kipur este año. Tenía miedo de que algunas personas no le hicieran caso a su proclamación. En lugar de eso, subió al estrado en la sinagoga, en el día más sagrado del año, tomó un poco de vino y pastel, recitó las bendiciones y luego bebió y comió frente a toda la congregación. Les dijo que lo que hacía no era violar las leyes de Yom Kipur, sino cumplir las leyes que obligan a preservar la propia salud.
El principio de Pikuaj Nefesh tiene sus propias reglas. Primero, se debe específicamente salvar la vida de una o varias personas que tengan nombre y apellido, como fue el caso de la comunidad de Rabí Salanter y no en general, como, por ejemplo: “si no hago tal acción, muchos podrían perder la vida”. No sólo la persona debe estar en peligro de perder la vida, sino también de perder alguna parte de su cuerpo o la función de un órgano o de padecer una enfermedad que acorte su vida. Un simple dolor no cuenta. Y si no se puede determinar si está en peligro la vida o no, por principio, la situación debe considerarse como peligrosa, hasta que se demuestre lo contrario.
No todos los mandamientos tienen relevancia para este tema. En el Talmud, los rabinos presentan ejemplos de mandamientos que sí la tienen y que se deben violar en caso de “Pikuaj Nefesh’, como son las reglas de Shabat, de las festividades y de la comida kosher, entre otras. Pero el practicar la idolatría, blasfemar y el tener relaciones sexuales prohibidas, son mandamientos que no se pueden infringir para salvar una vida. Tampoco está permitido terminar o poner otra vida en peligro, incluyendo la tuya, para salvar la vida de otro. Ovadia Yosef, quien fuera el gran rabino sefaradí de Israel, dictaminó que uno puede donar un órgano a una persona en necesidad crítica, siempre que no ponga en riesgo su propia vida. Igual, el salvar una vida anula la prohibición de profanar un cadáver, pues se pueden utilizar sus órganos para salvar a alguien. Por último, en el caso de que uno deba decidir si salva su propia vida o la de otra persona, Rabí Akiva declara que debes salvar tu vida antes que la del otro. “Y escogerás la vida, dijo D-os”. Aunque para cumplir este mandamiento, tengas que violar otro.
Bibliografía: Understanding Judaism de Benjamin Blech y otras fuentes.
Fuente: alreguelajat.com
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