Enlace Judío México.- ¿Podrían los fracasos de Hamás y Abbas allanar el camino a la paz?
JONATHAN SCHANZER
Los disturbios sobre la frontera de la Franja de Gaza podrían ser el inicio de una nueva ronda de violencia meso-oriental. Pero también son un indicio de que el nacionalismo palestino está en su punto más bajo desde la “Nakba,” la victoria israelí en la Guerra de Independencia de 1948-1949.
Los palestinos sueñan aun con el Estado. Pero ese sueño parece cada vez más distante, con un liderazgo palestino dividido e irresponsable—Hamás en la Franja de Gaza y la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas en la Margen Occidental—que ha sufrido hace poco derrotas debilitantes.
Para Abbas en la Margen Occidental, ha sido una tormenta perfecta. Estados Unidos acaba de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y abrió su embajada allí, sacudiéndose en forma indiferente las protestas palestinas. Ahora la mesa está servida para que otros países sigan el ejemplo en una época en que la divisa de Abbas está en su nadir, luego de un acceso antisemita que lo ha dejado luciendo tóxico e incapaz de rehabilitación ante los pocos amigos que tenía en el Occidente.
Los estados árabes, mientras tanto, se están alejando del Abbas envejecido. Ellos son atraídos hacia las capacidades militares y de inteligencia de Israel, las que estuvieron en exhibición plena esta semana pasada. Es difícil no estar impresionado después de que el Mossad robó media tonelada de documentos sensibles del archivo nuclear de Irán, por no mencionar la paliza que dio Israel a la Fuerza Quds iraní en Siria poco después.
Aislado y enojado, con las agencias de inteligencia mundialmente tratando ahora ya sea de influenciar o de predecir el sucesor del octogenario, Abbas probablemente nunca ha estado más lejos de realizar su sueño de estado desde que se volvió presidente en el 2005.
Esta sería normalmente una buena oportunidad para los rivales políticos de Abbas, Hamás, de demostrar su liderazgo. Pero Hamás está retrocediendo por otras razones. El gobierno del grupo terrorista, está actualmente sin un patrón confiable. El apoyo iraní está limitado en su mayoría a la ayuda militar, señalan los analistas israelíes.
Turquía, un fuerte proponente del grupo islámico que una vez contribuyó más significativamente, ha retirado apoyo bajo presión del Occidente. Y Qatar, el principal patrón financiero de largo tiempo del grupo, se encuentra presionado por sus vecinos del Golfo, quienes prometen imponer un bloqueo sobre la nación pequeña hasta que cese su apoyo por el terrorismo.
Estas son malas noticias para Hamás, el cual ha luchado constantemente por controlar la Franja de Gaza desde que tomó el territorio por la fuerza de manos de la Autoridad Palestina en el 2007. El grupo selló su suerte después de lanzar varias guerras con cohetes contra Israel. Esto ha orillado a Israel a trazar un cordón siempre ajustándose sobre el enclave costero, haciendo de Israel la única línea de vida para las importaciones y exportaciones de Gaza (especialmente después del 2012, cuando el presidente egipcio Abdel-Fattah el-Sissi llegó al poder y comenzó a bloquear el acceso del grupo a la lindante Península del Sinaí).
No es sorprendente pero siempre vale la pena repetirlo: los grupos terroristas no son buenos gobernando. Hamás no es ninguna excepción. Ellos han desviado partes importantes de la ayuda mínima que recibe Gaza para financiar su maquinaria militar, consistente principalmente de un ejército, un arsenal de cohetes, y un equipo de excavadoras de túneles, pero también para enriquecer a sus propios cuadros.
La Franja de Gaza así ha descendido más y más profundo en la desesperación. Hamás no muestra ninguna señal de irse. Tampoco muestra señales de reforma significativa. En forma sorprendente, los funcionarios israelíes creen que Yahya Sinwar, el líder del enclave de Hamás con un historial mítico de brutalidad y violencia, está más comprometido con la gobernancia que lo que pensaba posible la colmena de analistas. Pero la situación ya se ha deteriorado mucho como para que él haga mucha diferencia.
Esto nos lleva a los disturbios recientes sobre la frontera con Gaza. Los funcionarios israelíes están en total acuerdo sobre que Hamas está alentando la agitación—el grupo paga a niños para que intenten y rompan el cerco y hace poco liberó a prisioneros para hacerlo también. Pero la triste verdad es que los gazatíes necesitan poco aliento. Y no es sólo “desesperación,” una palabra usada a menudo para justificar la violencia de Hamás. Más bien, los gazatíes se están poniendo en la línea de fuego israelí porque ellos no pueden conseguir protestar contra el mismo Hamás. Hamás no lo tolerará. Pero también puede ser una cuestión de orgullo nacional. Como lo ven los gazatíes, Hamás puede estar fallando miserablemente en la gobernancia, pero es un fenómeno orgánico de Gaza que combate a Israel.
No está claro lo que se propone ganar Hamás ahora mismo. Ellos saben que Israel no pondrá en peligro a su propio pueblo con políticas nuevas que empoderen a un grupo terrorista. Y no hay ningún otro actor regional que quiera la carga de manejar el problema en forma directa. Así que las cubiertas arden, las piedras vuelan, los cometas en llamas remontan, gentíos más grandes se reúnen cada viernes, y los números de muertos y heridos continúan subiendo.
Por supuesto, los israelíes discuten los números de víctimas oficiales de Hamás, los cuales dicen que son enormemente exagerados. Pero ellos también admiten que su respuesta hasta ahora no muestra la ingenuidad exhibida usualmente por el ejército en épocas de crisis.
Según el portavoz de las FDI, ellos están hablándoles a los manifestantes a través de megáfonos, advirtiéndoles de no aproximarse a la frontera. Están haciendo tiros de advertencia. Y están usando municiones no letales. Pero ellos también conceden abiertamente que están dando rienda suelta a municiones letales, particularmente contra los que han disparado a través de la frontera, depositado artefactos explosivos improvisados, prendido fuego a tierra israelí a través de cometas ardientes, o los que tratan de violar su soberanía.
Nada quisieran más los israelíes que ver un fin a esta crisis. Pero esto es un sombrío recordatorio del hecho de que los enemigos están todavía literalmente en su puerta, incluso después de dos semanas consecutivas y conclusivas victorias militares y diplomáticas.
Quizás aún más desalentadora para los que toman las decisiones, es una señal que el problema palestino persiste, a pesar de los intentos de Israel por enfocarse en temas más urgentes.
Curiosamente, a pesar del abatimiento actual, o quizás debido a él, hay una sensación de oportunidad posible. El gobierno de la Margen Occidental es irrelevante. El gobierno de Gaza está colapsando. Los palestinos necesitan una salida a todo esto. Y también los israelíes.
Continúan circulando informes que la Casa Blanca, con aporte de Jerusalén y las capitales árabes, han estado haciendo planes para una nueva “arquitectura regional.” Los detalles todavía son confusos. Y puede no ser la paz largamente perseguida por los diplomáticos estadounidenses. Pero ahora mismo, los palestinos desesperados, e incluso los analistas militares frustrados en Tel Aviv, pueden estar listos para escuchar.
Fuente: Tablet
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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