Enlace Judío México.- Son numerosos los déspotas de Oriente Medio que han acusado al mundo libre de terrorista. Así, para Hamás y la Hermandad Musulmana, la civilización occidental en su conjunto es una máquina programada para derramar sangre musulmana. El hombre fuerte de Turquía, presidente Recep Tayyip Erdogan, no es una excepción.
BURAK BEKDIL
En un discurso que pronunció en abril, Erdogan, evidentemente presa de la amnesia en lo relacionado con las invasiones turcas del norte de Chipre y, hace sólo unas semanas, la siria Afrín, llamó “terrorista” al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Erdogan dijo ante sus adeptos:
Sobre nosotros no pende el oprobio de la invasión, Netanyahu. Tú eres un invasor y ahora estás presente en esas tierras como un invasor. Al mismo tiempo, eres un terrorista.
En otro discurso, que aparentemente también pronunció presa de la amnesia, esta vez respecto de las décadas de guerras arabo-musulmanas contra Israel, afirmó: “Eres un Estado terrorista [en referencia a Israel]. Se sabe lo que has hecho en Gaza y en Jerusalén. Nadie te quiere en el mundo”; como si el mundo entero fuera uno de sus admiradores.
El 7 de abril, Erdogan acusó a Francia de complicidad con los terroristas y de “alojarlos” en el Palacio del Elíseo, en medio de una disputa diplomática entre Turquía y Francia, ambos aliados en la OTAN, por el apoyo de París a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la organización predominantemente kurda que ha derrotado al Estado Islámico en vastas extensiones de territorio sirio. Las FDS son también aliadas de las tropas norteamericanas que están combatiendo en Siria. Erdogan aseveró, refiriéndose a Francia:
No puedes explicarlo. No puedes deshacerte de esa carga terrorista (…) Si Occidente sigue alimentando a esos terroristas, se hundirá.
Para Erdogan, también EEUU “trabaja con los terroristas”. En febrero Turquía advirtió a los soldados americanos desplegados en Siria de la posibilidad de que sean tratados como terroristas si siguen apoyando a los combatientes kurdos. El viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag, dijo que los soldados americanos se arriesgan a ser capturados en combate y que las tropas turcas no harían distinciones para con ellos si vistieran uniformes kurdos.
A juicio del Gobierno turco, casi todos los Estados europeos son terroristas. En un discurso que pronunció el 25 de abril, el primer ministro turco, Binali Yildirim, acusó a los países europeos, salvo a España, de apoyar a organizaciones terroristas. Semanas antes, Yildirim había advertido a Bosnia Herzegovina, Estado amigo de Turquía, de que podría ser atacada si apoyaba a la “organización terrorista gülenista”, en alusión al clérigo musulmán Fethullah Gülen, en tiempos gran aliado de Erdogan que ahora vive autoexiliado en Pennsylvania.
Todo aquel que reflexione por sí mismo sobre el régimen unipersonal de Erdogan, dentro o fuera de Turquía, puede ser etiquetado como terrorista. El 24 de marzo Erdogan criticó a los estudiantes antibelicistas de una de Bogazici, una de las mejores universidades turcas, llamando a algunos de ellos terroristas luego de que se produjeran altercados en su campus en el marco de las protestas por la incursión militar turca en Afrín, enclave kurdo de la vecina Siria. Erdogan dijo que los manifestantes eran jóvenes “comunistas y traidores” que protestaban contra jóvenes “religiosos y nacionalistas”. Los “jóvenes comunistas y traidores” fueron inmediatamente detenidos.
El 25 de abril, un tribunal turco condenó a penas de entre dos años y medio y siete años y medio de prisión a 14 miembros del diario opositor Cumhuriyet por “terrorismo”. Otro encausado que no trabajaba para Cumhuriyet pero que había sido inculpado por sus actividades en Twitter recibió la peor condena: 10 años. “Ha sido el periodismo en sí el que se ha sentado en el banquillo, y los veredictos de hoy desafían a la lógica y a la justicia”, declaró Milena Buyum, activista local de Amnistía Internacional. “Estas sentencias políticamente motivadas pretenden claramente instilar miedo y silenciar cualquier forma de disidencia”.
Todo esto es demencial. Cuando Erdogan no anda combatiendo a cientos de millones de “terroristas”, incluidos casi toda Europa, EEUU y probablemente la mitad de su propio país, se afana en reforzar los lazos con países como Rusia, Irán y Sudán.
El pasado diciembre, durante una visita a Sudán precisamente, Erdogan llamó “hermano” al presidente sudanés, Omar al Bashir. Este hermano de Erdogan está en busca y captura por el Tribunal Penal Internacional acusado de genocidio y crímenes de guerra contra su propio pueblo.
Erdogan se alía con Rusia e Irán para, irónicamente, derrocar al dictador Bashar al Asad, respaldado por Rusia e Irán, y “llevar la paz a Siria”, mientras invade enclaves kurdos en ese mismo país.
En el imaginario ideológico de Erdogan, el mundo se divide entre países “terroristas” como toda Europa (menos España), más EEUU y la mitad de la propia Turquía, y países “nobles” como Rusia, Sudán e Irán.
Fuente: Gatestone Institute
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