Enlace Judío México e Israel – Siendo las 14:00 de la tarde del 6 de octubre de 1973, Siria y Egipto atacaron simultáneamente al Estado de Israel.
Era el día de Yom Kipur, el día más sagrado del calendario judío. El ataque tomó por sorpresa a la población israelí, que se encontraba, en su mayoría, en las sinagogas.
El ejército egipcio comenzó atacando, al mismo tiempo, dos puntos distintos: la fuerza aérea bombardeaba bases militares israelíes ubicadas en la Península del Sinaí, mientras que el ejército en tierra disparaba a la distancia al ejército israelí que se encontraba al otro lado del canal.
Y era precisamente ahí, al otro lado del Canal de Suez, donde se situaba la defensa israelí llamada Línea Bar Lev. Tras ella, se encontraba todo el territorio ganado en 1967 por el ejército de Israel. Cruzar la línea Bar Lev tenía un gran significado para el ejército egipcio, pues representaba el intento por recuperar el territorio perdido.
A los pocos minutos de iniciado el ataque, los soldados egipcios explotaron bombas de humo con el objetivo de cruzar el canal sin ser vistos. La táctica funcionó, pues con una visibilidad completamente imposibilitada, el ejército israelí fue incapaz de organizar la defensa necesaria. No había hacia dónde disparar, pero desde esa cortina de humo llegaban balas y misiles y las muertes israelíes se comenzaron a sumar.
El desastre en el campo de batalla provocó que terribles avisos no tardaran en llegar a los hogares israelíes. Los familiares de los soldados se comenzaban a enterar de la muerte de sus hijos, de sus esposos, de sus hermanos, de sus seres queridos. Y si hubo algo que colapsó a la población israelí fueron los entierros masivos que se extendieron por todo el país.
Era un hecho: el cumplimiento político que la Primer Ministro Golda Meir había hecho con el Presidente de los Estados Unidos se estaba reflejando en una gran desventaja militar, desventaja que se traducía en muertes; y justamente así lo expresó Moshe Dayan: “En este caso, el gobierno de Israel ha decidido no ser el primero en atacar, aunque estabamos seguros de que ellos iban a hacerlo; y eso para lograr una ventaja política, aún a expensas de una desventaja militar”.
Cuando la línea de defensa israelí estaba considerablemente golpeada, el ejército egipcio mostró su mejor arma: unos enormes puentes PMP de ingeniería soviética fueron lanzados al agua del canal. Ensamblados en cuestión de minutos los puentes quedaron listos para soportar la más pesada carga militar. Entonces, como si los tanques flotaran sobre el agua, comenzaron a cruzar el canal. En 10 horas, el ejército egipcio logró construir 10 puentes que llevaron a la otra orilla del canal 500 tanques con un éxito sorprendente.
La mayor parte del ejército israelí estaba conformado por reservistas. Llamarlos y organizarlos tomaba al rededor de 20 horas, así que mientras ese llamado se llevaba a cabo, el ejército israelí tenía que hacer algo para detener el continuo avance egipcio. Se tomó, pues, la decisión de utilizar la fuerza aérea israelí para bombardear los puentes, pero el humo esparcido por el ejército de Egipto imposibilitó a los pilotos israelíes localizar sus objetivos.
Una vez cruzado el canal, los soldados egipcios comenzaron a escalar y derribaron los bancos de arena con mangueras de agua de alta presión. Tan solo el primer día, 60 bancos de arena fueron derribados, cambiando por completo el control de la región. En esa ocasión, la fuerza del agua desmoronando la arena demostró al ejército israelí que haber confiado demasiado en esa defensa había sido un error.
Conforme los egipcios avanzaban sobre la Península del Sinaí, encontraban material militar de la Guerra de los Seis Días, llevada a cabo en ese mismo lugar seis años atrás. Aquel extenso desierto había sido para el ejército sirio el escenario de su más vergonzosa derrota. Ahora, se encontraban festejando una momentánea victoria. Motivados por el éxito obtenido, los soldados egipcios desempacaban sus misiles soviéticos Shager, y sin pausa disparaban a los pocos tanques israelíes que valientemente se acercaban asumiendo sus pocas posibilidades.
Algunos miembros de la población civil consiguieron lo que pudieron para luchar y se dirigieron al campo de batalla. Estaba en riesgo su país y sus familias, así que para muchos civiles resultó imposible quedarse pasivos esperando noticias.
Uno a uno comenzaron a caer todos los puestos de control israelíes, pero de todos ellos hubo un puesto militar que tuvo una historia especial: se trataba de una base ubicada en el puerto de Tevlik. Ahí, 42 soldados israelíes soportaron sin rendirse durante una semana el asedio egipcio, agotaron municiones para disparar y resistieron, agotaron comida y agua y continuaron resistiendo. Finalmente, los 42 soldados se entregaron después de una negociación en la que intervino la Cruz Roja. La historia era conmovedora pero no había tiempo que perder: la lucha por la defensa estaba siendo desesperada y estaban en riesgo grandes territorios del Estado de Israel.
En lo que se conoce como los lagos amargos ubicados en el sur del Canal de Suez, el ejército israelí logró derribar 14 helicópteros egipcios. Ésa fue la primer victoria del ejército de Israel, pero no hubo celebraciones ni la más mínima alegría, pues había tanta desventaja militar que cada soldado israelí sabía que tenía pocas posibilidades de sobrevivir.
Sin embargo, a pesar de los tremendos golpes recibidos, el gobierno israelí sólo mostró fortaleza. Golda Meir lo dijo así: “Este pueblo, tan pequeño como es y rodeado de enemigos por todas partes, ha decidido vivir. No somos esa clase de gente que se rinde fácilmente”.
Finalmente, ya que el daño al ejército israelí era inmenso, llegaron los reservistas; sin tiempo para el más mínimo entrenamiento fueron enviados al campo de batalla. Lo que los reservistas encontraron fue para ellos completamente inesperado: cientos de amigos y conocidos estaban muertos o terriblemente heridos. Los soldados recién llegados desconocían la magnitud del desastre, el impacto de encontrarse con ese escenario fue simplemente devastador.
Segunda parte de esta entrega.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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