Enlace Judío México – Durante más de dos décadas, Israel ha mantenido vínculos secretos con los Emiratos Árabes Unidos, en materia de inteligencia y seguridad que incluyen negocios de armas potenciales, informó el lunes la revista New Yorker.
RAPHAEL AHREN
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha mencionado frecuentemente los crecientes lazos de Jerusalén con los países árabes sunníes, que se centran en intereses comunes contra las acciones de Irán en la región y la creciente destreza de alta tecnología de Israel.
El informe revela lo que llama una profunda y duradera relación de Israel con los Emiratos Árabes Unidos, y particularmente con el príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, que comenzó durante el segundo mandato Yitzhak Rabin como primer ministro a mediados de la década de 1990.
En 1996, Israel abrió “oficinas de comercio” en Omán y Qatar (que se han cerrado desde entonces), pero el Estado judío nunca ha mantenido vínculos formales con los Emiratos Árabes Unidos.
“Los lazos secretos entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos se remontan a una serie de reuniones en una oficina anónima en Washington, DC, tras la firma de los Acuerdos de Oslo”, indica el artículo publicado en línea que aparecerá en la edición impresa de New Yorker la próxima semana.
Los lazos comenzaron cuando los Emiratos intentaron adquirir aviones de combate F-16 de EE.UU. durante el primer mandato de Bill Clinton en la Casa Blanca, según el informe que también menciona otros aspectos de las relaciones entre EE.UU. e Israel.
Funcionarios estadounidenses y emiratíes se preocupaban por la protesta de Israel contra la venta de armas, pero en lugar de vetar el acuerdo, Jeremy Issacharoff, hoy embajador de Israel en Alemania, quien en ese entonces trabajaba en la embajada de Israel en Washington, pidió una “oportunidad para discutir el asunto directamente con los emiratíes e investigar cómo pensaban utilizar el avión estadounidense”, revela el periodista Adam Entous, citando a ex funcionarios estadounidenses.
El Centro de Estudios Estratégicos e Investigación de los Emiratos, respaldado por el gobierno de Abu Dhabi, se “convirtió en el punto de contacto con Israel”, afirma la revista.
En 1994, Issacharoff se reunió “extraoficialmente” con funcionarios emiratíes en una oficina privada, según el artículo. “Funcionarios israelíes y emiratíes no se pusieron de acuerdo sobre la cuestión palestina, pero compartieron una perspectiva sobre la emergente amenaza iraní, que se estaba convirtiendo en una mayor prioridad para los líderes en ambos países”.
Más tarde, Rabin dijo a la Casa Blanca que Israel no se oponía a la venta de los F-16, una posición que ayudó a “crear una sensación de confianza entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos”, dijeron ex funcionarios estadounidenses a New Yorker.
A Mohamed bin Zayed Al Nahyan no le importó que los aviones de combate incluyeran tecnología israelí, siempre y cuando ayudaran a modernizar el ejército de su país para defenderse contra la República Islámica.
Con la esperanza de una eventual normalización de relaciones, Israel intercambió información de inteligencia con los Emiratos Árabes Unidos, que, años más tarde, llevó a un llamamiento conjunto al presidente de EE.UU., Barack Obama, para adoptar medidas contra la amenaza iraní.
A principios de 2009, un alto funcionario emiratí y el entonces embajador de Israel en Estados Unidos, Sallai Meridor, se reunieron en un hotel de Washington con Dennis Ross, el asesor de Obama para Oriente Medio. Los tres diplomáticos discutieron el tema de Irán, informa el New Yorker. Su esfuerzo sorprendió a Obama, pero no logró disuadirlo de buscar, y finalmente concluir, un acuerdo con la República Islámica.
Unos meses más tarde, Netanyahu pidió a la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton que convenciera a los líderes del Golfo para convocar una reunión pública, sin ningún resultado.
En 2010, en medio de una gran polémica sobre una supuesta operación del Mossad en Dubai que llevó al asesinato del traficante de armas Hamás Mahmoud al-Mabhouh, los emiratíes pidieron a Israel que los compensara vendiéndoles drones armados, dijeron funcionarios estadounidenses y árabes a New Yorker. Sin embargo, Jerusalén los rechazó para no molestar a la Casa Blanca, que se oponía a la venta de aviones no tripulados a los Emiratos Árabes Unidos.
Cuatro años más tarde, Netanyahu quiso ampliar los lazos de Israel con los Emiratos Árabes Unidos más allá de los canales secretos, y ordenó a su enviado especial Yitzhak Molcho “que se concentre en fomentar contactos políticos con los países árabes”, según la revista.
Israel mantiene vínculos secretos con los países del Golfo pero su oposición al acuerdo nuclear de 2015 ha llevado a mayores contactos, dijo un alto funcionario israelí al New Yorker.
Hacia el final del segundo mandato de Obama, las agencias de inteligencia de Estados Unidos descubrieron llamadas telefónicas e incluso una posible reunión entre Netanyahu y un alto líder emiratí en Chipre, según el informe.
“Obama deseaba acercar a judíos y árabes mediante la paz”, dijo a la revista el ex embajador de Israel en Estados Unidos, Michael Oren. “Lo logró a través de la oposición a su política hacia Irán”.
Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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