Betsabé, la Reina de Saba y el Arca de la Alianza

Enlace Judío México.- Betsabé (Batsheba o Batsheba), mujer de extraordinaria belleza, era esposa de uno de los generales del rey David,Urías, el hitita, que aunque no era israelita combatía en el ejército del rey. David se enamoró de ella cuando la vio bañándose y ordenó que la llevaran al palacio. “Se acostó con ella” y Betsabé quedó encinta.

ELBA SZCLAR

Temiendo que Betsabé fuera acusada de adulterio y castigada con la muerte como lo exigía la ley-, David recurrió a una medida desesperada: envió a Urías a las primeras filas de la batalla en la cual murió. Así, David se a apresuró a casarse con la viuda Betsabé.

Este suceso causó le indignación del profeta Natán, quien lo recriminó por su pecado, y le hizo ver “que lo que había hecho desagradó a D-os”. D-os castigó le soberbia de David y el primer hijo que tuvo con Betsabé murió. David se arrepintió y fue perdonado. “El arrepentimiento de David lo redimió ante los ojos de D-os, de su pueblo y de la posteridad”.

Betsabé concibió nuevamente y nació Salomón; se convirtió en favorita de David y en mujer influyente de su corte. Posteriormente, con ayuda de Natán, obtuvo de David el derecho de sucesión al trono para Salomón, quien llegaría a ser el rey más sabio del pueblo judío. Betsabé tuvo con David otres hijos, vivió largo tiempo después de la muerte de David, a edad muy avanzada, durante el reinado de Salomón.

Los autores Lionel y Patricia Fanthorpe, en su libro Los Grandes Misterios de le Biblia mencionan que el nombre de Betsabé no se relacione con su padre, sino con su lugar de nacimiento. Era de Saba y se le llama Hija de Saba… ¿Es posible que Salomón, el más grande de los reyes judíos tuviera sangre de Saba? (1).

La Reina de Saba, también llamada Makeda (“Bilkis o Balkis”) (2).

El reino de Saba -patria del pueblo sabeo- se puede ubicar tanta en Etiopía como en Egipto, o al sudoeste de Arabia, en lo que hoy es Yemen.

Aunque Saba no era una nación grande, los hallazgos arqueológicos demuestran que tuvo una cultura refinada, financiada en gran parte por un activo comercio que unía a África Oriental y Arabia Meridional con los mercados de Palestina y Mesopotamia. “Una leyenda judía menciona que existían fantásticas riquezas en el país de Sheba” (3).

Los sabeos eran dueños de un importante centro comercial en el sur de Arabia, en el cruce del camino de la India hacia Egipto, Mesopotamia y Fenicia. “El rey Salomón controlaba una gran parte de esta rutas. Además, bajo la guía de sus aliados fenicios y por iniciativa de Salomón, los israelitas habían armado una numerosa flota mercante en la ciudad portuaria de Asiongaber (cerca de la actual Eilat) que hacía recorridos regulares y enriquecía al reino con “oro, plata, marfil, monos y pavoreales” (4).

El Viaje de la reina de Saba.

El viaje de la reina de Saba se debió a verles razones:

a)”Supongamos que Betsabé, la madre de Salomón, realmente hubiera nacido en Saba. Es una mujer tan inteligente y culta como bella, y como es natural, le habla a su hijo sobre su lejana patria, y sobre su infancia allá. Salomón, que es tan inteligente y sensitivo como ella, se impresiona profundamente. Los recuerdos que atesora su madre llegan hasta el fondo de la mente del muchacho.

“Años después, cuando es rey, Salomón vuelve a hablar con Betsabé sobre su antigua patria. “¿Te gustaría volver a ver a algunos de tus compatriotas, madre? Puedo invitarlos”. A su debido tiempo, la invitación real llega a la reina de Saba” (5).

b)Motivos comerciales. El establecimiento de un fuerte Estado israelita bajo David y Salomón amenazó el comercio de las sabeos, y es posible que la reina viajara hasta Jerusalén para asegurarse la amistad israelita. Eso explicaría también los valiosos obsequios -y como parte de éstos- el tributo de 120 talentos de Plata que la reina de Saba regaló a Salomón.

c)”Salomón era considerado uno de los hombres más grandes y sabios que han vivido”. La reina de Saba había oído hablar de su sabiduría, su riqueza, sus ejércitos, sus embarcaciones, sus prósperos y aventureros mercaderes, su soberbio templo y su palacio real.

“Se lleva a cabo la famosa visita. La joven y atractiva reina conoce a Betsabé y a su ilustre hijo, el Rey Salomón. Como su madre era de una belleza radiante, Salomón es irresistiblemente atractivo. La vivaz reina, llena de juventud, puede ver en él la sangre de su madre, sangre de Saba, y pasa por su mente un repentino pensamiento atrevido y descabellado. ¿Brotó de este encuentro el conmovedor poema de amor conocido como El cantar de los cantares? (6).

La reina de Saba viajó a Jerusalén para poner a prueba a Salomón con “preguntas difíciles”. “Debió de haber viajado por tierra en caravana (unos 2000 kms o quizá hizo parte del viaje en uno de los barcos de la flota de Salomón que surcaban el Mar Rojo”(7). Entregó al rey tres mil novecientos sesenta kilos de oro, y gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca llegó a Israel tal cantidad de perfumes como la que regaló la reina de Saba al rey Salomón.

También trajo mucha madera de sándalo y piedras preciosas. Con la madera de sándalo hizo el rey barandas, para el Templo y para, el palacio real” y con el sobrante se hicieron numerosos instrumentos musicales.

“Era costumbre proponer acertijos o preguntas difíciles de resolver en el mundo antiguo (Jueces 14,12-18), particularmente en las cortes de los reyes. Esto daba lugar a una especie de juego o competición que servía para poner a prueba el ingenio y demostrar los propios conocimientos.’ (8). No hubo una sola pregunta de la reina a la cual Salomón no hubiera dado respuesta.

Al ver le reina de Saba la sapiencia de Salomón, y el palacio que había construido, los manjares de su mesa, los lugares que ocupaban sus oficiales, el porte y la ropa de sus criados, sus coperos, y los holocaustos que ofrecía en el templo, se quedó tan asombrada que dijo al rey: “Lo que escuché en mi país acerca de tus hechos y de tu sabiduría, es verdad; pero sólo he podido creerlo hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos.
“En realidad, no me habían contado ni la mitad, pues tu sabiduría y tus bienes son más de lo que yo había oído. ¡Qué felices deben ser tus esposas, y qué contentos han de sentirse estos servidores tuyos que siempre están a tu lado escuchando tu sabias palabras!” (9).

Salomón le dio “todo lo que ella deseó y pidió”. Esta frase ha dado origen a muchas interpretaciones suspicaces acerca de la relación entre la reina de Saba y el rey Salomón. Hubo quienes la consideraron como una alusión de que la reina deseaba tener un hijo del monarca sabio. “De ser así, cuando le reina de Saba descubrió que estaba encinta, salió de Jerusalén para que su hijo naciera en su propio reino (Etiopía)” (10).

“La creencia de que la reina de Saba tuvo un hijo de Salomón puede estar detrás de una de las leyendas más arraigadas que surgieron en turno al relato original. Según una tradición etíope, el hijo de Salomón y Saba fue Menelik o Ibn Al-Hakim, ¡hijo de hombre sabio! De joven vivió con su padre, estudió le religión israelita y regresó a su país para fundar una dinastía. Esta versión fue certificada apenas en 1955 por los autores de la Constitución revisada de Etiopía, donde se declara que el linaje real “desciende sin interrupción de Menelik I, hijo de la reina de Etiopía, la reina de Saba, y del rey Salomón de Jerusalén” (11).

“Cuando el Príncipe Menelik tenía veinte años, fue a ver a su ilustre padre, y fue bien recibido por Salomón. Es probable que su abuela Betsabé nacida en Saba, estuvo entre quienes lo recibieron tan calurosamente en Jerusalén. Según estas tradiciones etíopes, los Ancianos Judíos le otorgaron tantos honores y atenciones que los cortesanos y sus numerosos hermanos empezaron a estar celosos. Se quejaron con Salomón sobre la larga duración de la visita de Menelik, y le pidieron que lo enviara a casa. Salomón estuvo de acuerdo, pero de mala gana, y puso como condición que lo acompañaran los primogénitos de las familias hebreas prominentes”(12).

 

Bibliografía:

(1) FANTHROPE, Lionel y Patricia, Los Grandes Misterios de la Biblia, Grupo Editorial Tomo, S.A. de C.V.

(2) Enciclopedia Judaica Castellana.

(3) Ibídem.

(4) SELECCIONES DEL READER’S DIGEST. Misterios de la Biblia.

(5) FANTHORPE, Lionel y Patricia.

(6) Ibídem.

(7) SELECCIONES. Misterios de la Biblia.

(8) Biblia de Estudio.

(9) SELECCIONES. Misterios de la Biblia.

(10) FANTHORPE, Lionel y Patricia. Los Grandes Misterios de la Biblia.

(11) SELECCIONES. Misterios de la Biblia.

(12) FANTHORPE, Lionel y Patricia. Los Grandes Misterios de la Biblia.

 

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