Enlace Judío México.- El Mar Rojo, y particularmente su sección sur que rodea el Estrecho Bab el-Mandeb, en los últimos años se ha vuelto el sitio de competencia y lucha entre actores regionales y superpotencias por igual.
YOEL GUZANSKY / ODED ERAN
Aparte de los estados junto a la costa del Mar Rojo y el Cuerno de África, EE.UU, China, Turquía, Irán – el cual está involucrado en la guerra en Yemen – y actores sub-estatales tienen una presencia allí. Hasta ahora no ha habido interrupciones para las vías de navegación y vuelo israelíes, las que conectan a Israel con el Océano Indico, el Lejano Oriente, y África. Sin embargo, los involucrados en la toma de decisiones en cuestiones estratégicas en Israel deben estar cada vez más conscientes de este escenario y considerar si invertir recursos militares y políticos para impedir la realización de amenazas potenciales contra Israel en esta región, en particular por parte de Irán y sus satélites. Para este fin, Israel debe identificar a las partes con un interés en la cooperación de entre los países del Mar Rojo, y deben considerarse y proponerse directa e indirectamente a los actores relevantes mecanismos para la cooperación, incluida la prevención de contrabando de armas. La participación de actores no regionales crea conflictos de interés entre ellos y los países localizados junto a la línea costera del Mar Rojo, la cual a su vez produce terreno fértil para la cooperación formal e informal en seguridad, económica y política con Israel.
La guerra en Yemen
Desde la perspectiva de Israel, la fuente más problemática de peligro potencial es Irán. Ya en la década previa, Irán aumentó su presencia naval en el Golfo de Adén, afirmando que sus fuerzas estaban allí para combatir piratas. Fortaleció de igual manera sus relaciones con Sudán, Djibouti, y Eritrea, tal que pudo mantener una presencia militar activa en el Mar Rojo, con la opción de usarla para tomar acciones contra Israel, incluso contrabandeando armas a elementos palestinos. Irán todavía aspira a tener una presencia naval en el Mar Rojo, evidenciado por su creciente ayuda a los huzíes, y sus barcos incluso izaron la bandera iraní en el Mar Mediterráneo. Pero la debilidad del ejército y fuerza aérea permanentes de Irán obstaculizan su acceso operativo a este escenario.
Aunque la amenaza presentada por los piratas en el Estrecho Bab el-Mandeb ha decaído en los últimos años como resultado de la acción internacional, ha surgido una nueva amenaza para la libertad de navegación allí debido a la guerra en Yemen, la que asumió un carácter distintivamente regional con el inicio de la campaña saudí contra los huzíes en el 2015. Los huzíes apoyados por Irán han minado áreas junto a la costa de Yemen, usaron barcos explosivos y misiles anti-buques para atacar principalmente buques militares marítimos estadounidenses y saudíes, y en al menos una ocasión (en abril del 2018) atacó a un buque cisterna saudí.
La guerra en Yemen, ahora en su cuarto año, ha resultado en la destrucción extendida ampliamente de infraestructura y hasta ahora se ha cobrado alrededor de 10,000 vidas, dejando a decenas de miles de heridos y millones de refugiados y personas desplazadas. Además, otros miles han muerto de cólera. Fue iniciada una campaña reciente para la ciudad portuaria estratégica de Hodeida en el Mar Rojo, el conducto para la mayoría de la ayuda humanitaria para Yemen, tanto como para – según evaluaciones árabes – la ayuda iraní para los rebeldes huzíes. El control de la ciudad proporcionará a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos impulso militar y mayor confianza. También ayudará a estos países a presionar a los huzíes y sus partidarios en Irán a aceptar regresar a las negociaciones.
Israel tiene un interés claro en asegurar que la coalición árabe en Yemen tenga la mano ganadora, ya que los contingentes de la Fuerza Quds iraní y de Hezbolá en Yemen presentan una amenaza para los intereses israelíes y podrían presentar una amenaza para el tráfico marítimo hacia y desde Israel. Podría también convertir a Yemen en una parada intermedia para contrabando a Hamas y a la Yihad Islámica en la Franja de Gaza, en vez de Sudán. Según fuentes extranjeras, Israel también tiene una presencia militar en Eritrea y acceso de inteligencia a la escena yemenita. En el pasado, los huzíes han amenazado atacar estas instalaciones israelíes.
Creciente competencia regional
La región del Cuerno de África y el Mar Rojo ha visto creciente competencia entre países meso-orientales, incluyendo a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, y Turquía. Todos estos países se esfuerzan por consolidar su presencia en los estados africanos – en algunos casos estados fallidos – a fin de obtener acceso a escenarios distantes y por proyectar poder mucho más allá de sus fronteras. Como resultado, muchos actores, algunos de los cuales son hostiles a Israel, están tratando de establecerse junto a la ruta de acceso sur al Golfo de Eilat y al Canal de Suez, lo que también podría resultar en amenazas de seguridad.
Como parte de su creciente actividad en el continente africano, Turquía ha construido su base permanente más grande localizada fuera de sus propias fronteras en Mogadiscio, Somalia, también el sitio de la embajada turca más grande en el mundo. En el 2018, Ankara firmó un acuerdo con Jartum que permitió a Turquía mantener una presencia militar en Sudán y aguas territoriales sudanesas, incluyendo una base en la isla Suakin, y está conduciendo negociaciones para el establecimiento de otra base en Djibouti. En el 2018, Qatar también firmó un acuerdo con Sudán respecto al puerto en Suakin. Esta creciente participación en Sudán por parte de Turquía y Qatar ha resultado en una crisis en las relaciones de Sudán con Egipto y Eritrea. En enero del 2018 hubo informes respecto al despliegue de tropas egipcias en Eritrea y a la concentración de fuerzas sudanesas para contrarrestarlas.
Arabia Saudita está construyendo una base en Djibouti adyacente al Estrecho Bab el-Mandeb, y Emiratos Árabes Unidos, que anteriormente alquilaba una base en Djibouti, está ahora alquilando un puerto marítimo y aeropuerto en Somalia y un puerto marítimo y aeropuerto en Assab, Eritrea, y está usando esta base para ataques en Yemen. Los Emiratos Árabes Unidos también tienen bases en el propio Yemen, incluida la isla de Perim, como parte de una campaña para impedir que Irán y los huzíes amenacen la libre navegación a través del Estrecho Bab el-Mandeb y el contrabando de armas a Yemen. En la mayoría de los casos, estas bases consisten en instalaciones militares limitadas, incluyendo pistas y áreas de anclaje y un número de edificios logísticos y equipo. Al mismo tiempo, en años recientes, Arabia Saudita, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, y Egipto han invertido recursos crecientes en mantener sus armadas, las cuales les proporcionarán una capacidad mejorada para actuar en ésta área.
Los estados del Golfo están compitiendo por el acceso a bases e instalaciones en el Mar Rojo, e informes han indicado sus intentos por arruinar las intenciones de otros de establecer un punto de apoyo en una cantidad de países. Parece no sólo que esa competencia entre un número de estados del Golfo y Qatar se ha extendido al Mar Rojo, sino que esta competencia tiene el potencial de avivar las llamas existentes y crear nuevas. El cultivo de relaciones más estrechas entre Qatar y Turquía por un lado, y Sudán por el otro es relevante aquí. Los últimos años han visto relaciones cálidas entre Jartum y Riad, manifestadas en parte en la expulsión por parte de Sudán del embajador de Irán de Jartum en el 2016 y su envío de fuerzas militares para ayudar a Arabia Saudita en el combate en Yemen.
Los países africanos localizados sobre la costa del Mar Rojo están aprovechando su localización estratégica con el objetivo de mejorar su situación política y financiera. Djibouti, por ejemplo, está albergando fuerzas francesas, españolas e italianas dentro de sus fronteras. Las potencias mundiales también han aumentado su interés en la región en los últimos años. La base de Estados Unidos en Djibouti, por ejemplo, es la suya más grande en África, y China hace poco completó la construcción de una base naval en Djibouti, la que es su primera base militar fuera de sus fronteras. La base de China en Djibouti fue desarrollada en paralelo a una base que construyó en Gwadar, Pakistán.
Importancia económica
La escena del Mar Rojo posee considerable importancia económica. El Estrecho Bab el-Mandeb tiene 29 kilómetros de ancho y constituye un punto de control marítimo y vínculo estratégico entre el Mar Mediterráneo y el Océano Indico. Un volumen significativo del tráfico marítimo del mundo pasa a través del Estrecho, incluyendo un promedio diario de unos cinco millones de barriles de petróleo. El Canal de Suez constituye una fuente de ingresos importante para Egipto, como es el puerto de Aqaba para Jordania y el puerto de Jeddah para Arabia Saudita (su puerto más importante). Es también la ruta de paso al puerto de Eilat.
Como parte de su ambiciosa Visión 2030, Arabia Saudita busca desarrollar unos 200 kilómetros de su línea costera del Mar Rojo, incluyendo 50 micro islas, para la promoción de iniciativas que atraerá inversiones extranjeras. La línea costera será también el sitio de la futura ciudad saudí de Neom, tanto como un plan egipcio-saudí para construir un puente sobre el Mar Rojo, el cual facilitaría el paso directo de bienes entre los dos países y acercar más los mercados de la Península Arábiga y Europa. Estos son también proyectos en los que Israel puede tomar parte, aun si no abiertamente.
Recomendaciones
Se desconoce si un cambio en el avance de la estrategia de seguridad estadounidense a partir de una guerra global contra el terrorismo a una guerra de enfrentamiento contra competidores estatales, muy prominentemente China y Rusia, reducirá el interés de la administración estadounidense en el continente africano. A pesar de informes respecto a la intención de Washington de cortar el alcance de las fuerzas especiales estacionadas en África, no se ha hecho ningún corte en la actividad militar estadounidense allí aún. Es importante que el Cuerno de África y el Mar Rojo permanezcan en la agenda en el dialogo estratégico entre Israel y Estados Unidos. Estados Unidos puede ayudar en facilitar contactos entre Israel y los países de la región.
Israel debe definir sus intereses en el Mar Rojo y examinar si su política actual sirve a estos intereses. Debe identificar a las partes con un interés en la cooperación de entre los países del Mar Rojo, tanto como oportunidades y amenazas presentadas por la presencia creciente de actores diferentes en la escena, algunos de los cuales son nuevos. Deben considerarse y proponerse directa e indirectamente a los actores relevantes mecanismos para la cooperación, incluyendo prevención de contrabando de armas. Según informes extranjeros, ya está en marcha cooperación importante en otras cuestiones con algunos de esos actores sobre la costa del Mar Rojo. La participación de actores no regionales crea conflictos de interés entre ellos y los países localizados junto a la línea costera del Mar Rojo, la que a su vez produce terreno fértil para la cooperación formal e informal en seguridad, económica y política con Israel.
Fuente: INSS
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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