Enlace Judío México.- Con conflictos cociéndose a fuego lento en el Golán y en Gaza, Teherán busca despojar a Israel de sus ventajas estratégicas.
TONY BADRAN
Israel está a punto de enfrentar dos frentes activos sobre sus fronteras: uno en Gaza, y el otro en los Altos del Golán. Mientras facciones en Gaza disparaban cohetes a Israel, una ofensiva de la alianza que respalda al régimen de Assad estaba en marcha en el sur de Siria, que es probable que alcance pronto el Golán. Si bien esto podría parecer coincidencia al azar, es más a propósito: Los ataques intensificados desde Gaza deben ser vistos como parte de una estrategia iraní coordinada.
Después del estallido de la guerra siria, los iraníes buscaron establecer el sur de Siria como otro frente activo sobre las fronteras de Israel. Esta es una línea roja para Jerusalén. Por consiguiente, durante el año pasado especialmente, la Fuerza Aérea Israelí ha estado bombardeando a voluntad la infraestructura militar de Irán en Siria. La presencia de Rusia en Siria no se ha traducido en protección para Irán y las fuerzas que éste comanda en el país devastado por la guerra. Y los iraníes no han tenido ninguna respuesta eficaz para la dominación de inteligencia y superioridad militar de Israel en Siria. El débil ataque con cohetes en los Altos del Golán en mayo puso de relieve este punto.
Eso, sin embargo, no significa que los iraníes se estén replegando. Teherán podría no estar a punto de sacrificar sus posesiones en Líbano recalentando el frente libanés contra Israel, lo cual llevaría a Jerusalén a devastar la base de Hezbolá. Pero hay otras opciones, menos costosas, para volver el calor contra Israel: Gaza.
La lógica iraní es lo suficientemente simple. Aun cuando el sudoeste de Siria fue parte del llamado acuerdo de des-intensificación que alcanzaron Estados Unidos, Rusia y Jordania el verano pasado, el bando del régimen de Assad, respaldado por la fuerza aérea rusa, ahora está en el medio de una ofensiva para recapturar el área y regresar el régimen de Assad a las fronteras con Jordania e Israel. Por supuesto, los rusos prometen que sólo el “estado” sirio estará presente en la frontera. Los iraníes y Hezbolá, dicen los rusos, no se desplegarán allí, o, si lo hacen, se retirarían gradualmente. ¡Vladimir Putin lo garantiza! Los israelíes, en su extremo, esperan que su historial comprobado disuada a los iraníes de moverse sobre el Golán. Al mismo tiempo, los iraníes mantendrán el frente de Gaza cocinándose a fuego lento. Su juego, en otras palabras, es probar y disuadir a los israelíes de tomar acciones decisivas en cualquier frente.
Cualquiera buscando más evidencia en apoyo de esta observación debe simplemente estudiar la ofensiva del régimen de Assad en el sur de Siria, la cual ha sido principalmente en la parte oriental de Daraa, hasta la frontera jordana. Este es el enfoque más seguro. El empuje hacia la parte occidental, Quneitra y el Golán, carga el riesgo de la acción israelí, especialmente ya que milicias lideradas por Irán están insertas en cualquier resto del ejército de Assad, y hay documentación de su participación en la ofensiva. A pesar de informes durante el mes pasado de un entendimiento entre Rusia e Israel concerniente al retorno del régimen al área, no ha habido ningún acuerdo sobre la cuestión de la presencia de Irán.
Ha habido mucha especulación acerca de a lo que llevará la conversación con Rusia. Pero con toda probabilidad, las reglas de cualquier “acuerdo” que pueda ser logrado es que Moscú no es responsable ya se por lo que hagan los iraníes o los israelíes. Eso es decir que Rusia no hará nada acerca de Irán, e Israel continuará atacando a voluntad a los iraníes en Siria. El beneficio que Putin está buscando para él es convertirse en el negociador a través del cual todos tienen que pasar—sin tener sus sistemas avanzados de armas destruidos públicamente.
Una vez que la campaña militar encuentre su camino a la frontera de Israel, Irán también—ya sea inmediatamente o en el camino hace poca diferencia. Israel tendrá que tomar acciones, con la zona de amortiguación de facto sobre su frontera desaparecida.
Los activos de Irán no tienen ninguna posibilidad contra Israel en una guerra total. Pero el conflicto de baja intensidad puede funcionar para su ventaja. La estrategia de los iraníes, por consiguiente, es probar y despojar a Israel de su ventaja. El propósito de toda la actividad en Gaza, por lo tanto, es limitar y distraer a Israel, y luego buscar dividir sus fuerzas entre dos frentes activos, en la esperanza de disuadirlos de actuar verdaderamente contra ellos. Si tiene éxito, Irán tendrá frentes establecidos sobre las fronteras de Israel con Gaza, Líbano y Siria.
En tanto Irán sea capaz de evitar el conflicto de alta intensidad en estos escenarios, puede presionar hacia adelante con su plan. Como mis colegas y yo explicamos en un documento próximo de la Fundación para la Defensa de las Democracias, los israelíes han dejado en claro que no aceptarán el conflicto de baja intensidad sobre sus fronteras como una norma, y no permitirán a los iraníes atrincherarse no sólo en el Golán sino en Siria más generalmente, sin importar el costo.
Hay debate en Israel acerca de si ha llegado la hora de golpear duro a Gaza ahora. Y no obstante toda la conversación sobre un acuerdo con Rusia, hay igual necesidad para Israel de intensificar su campaña de ataques contra la infraestructura, personal y líneas logísticas de Irán en Siria.
“Tenemos sólo una opción,” me dijo el Gen. de Brig. (ret.) Shimon Shapira, un estudioso israelí del Hezbolá e Irán. “Y esa es actuar con fuerza, abiertamente y encubiertamente, contra la presencia iraní en Siria. Consentir o aceptar la presencia iraní, sea directa o indirecta, al final llevará a una guerra con Irán en Siria y en Líbano.”
Israel tendrá que llevar a cabo sus ataques con una postura que muestre disposición para ir a la guerra total. Normalizar la guerra prolongada de baja intensidad, similar a la situación con Líbano entre los años 1996 y 2006, probará ser un error costoso. Como dijo hace poco el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, “si tiene que haber” conflicto con Irán, “es mejor ahora que después.”
*Tony Badran, analista del Levante para la revista Tablet, es miembro investigador en la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Fuente: Tablet Magazine
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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