Enlace Judío México.- Expulsados en 1492, los judíos llevaron su cultura y su lengua por el mundo.
PATRICIA SUÁREZ
Aunque hacía cientos de años que los judíos residían en la que solemos llamar “Madre Patria”, el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron el edicto de Granada decretando su expulsión de la península. El sentido, decían, era evitar que siguieran judaizando a los cristianos españoles. Los judíos que no se bautizaran no tenían ninguna posibilidad de vida digna en el reino y fueron perseguidos y condenados por la Inquisición. A pesar de que se cree que fue la brujería a quien la Inquisición dedicaba todos sus esfuerzos, en general tenían el ojo puesto antes que nada en herejes y judaizantes. Eran quienes podían ser desposeídos y pagar altas multas por sus palabras y su fe.
La población judía en Sefarad (España) por aquel entonces era muy numerosa en los reinos, había grandes sabios como Maimónides, médicos de los reyes y artistas. Hablaban el español del Arcipreste de Hita y cantaban los romances españoles, como el del Conde Niño y Estaba la Catalina, que todos los lectores conocemos hoy día. Claro, que las canciones de las que fueron protagonistas por ese tiempo, no eran justamente de buen tono. De una canción castellana de aquel tiempo se conservan aun los dos primeros -y desgraciados- versos: “¡Ea, judíos, a enfardelar!”, que aludía a la rapidez con la cual debieron armar sus fardos para salir del lugar. Emigraron en principio a Portugal y Navarra; otros cruzaron al África. Desde Portugal hubo dos rutas: una por barco hacia América y otra por el Mediterráneo, Francia, Italia, Grecia, la antigua Yugoslavia y los países de los Balcanes y Turquía.
Donde fueron, los judíos sefardíes, llevaron sus cantos y su lengua, el español que hablaban en Sefarad y que durante un tiempo largo fue llamado “ladino” hasta que, por sus connotaciones infamantes, su nombre viró a “judeoespañol”
El Cidicsef (Centro de Investigación y Difusión Cultura Sefardí) organiza para este fin de semana en Buenos Aires el VII Simposio Internacional de Estudios Sefardíes en la Universidad Maimónides. La apertura, el sábado, estará a cargo del profesor Edwin Seroussi de la Universidad Hebrea de Israel, que habará sobre la canción sefaradí. Después, las interpretará el cantante Jorge Mehaury.
Los temas del día siguiente son sumamente atractivos y van desde la genealogía y etimología de los apellidos judíos, los asentamientos en América, canciones y costumbres sefardíes, una conferencia sobre los mitos y supersticiones acerca de la sal, y otra sobre la astrología sefardí. La exposición trata sobre la carta autógrafa de Cresques Abnarrabí, médico judío de Lérida, con fecha del 28 de septiembre de 1468 en esa ciudad, en la que comunica al rey aragonés que, pese a que le ha operado con éxito de la catarata del ojo derecho “en aquel día elegidísimo de 11 de septiembre” de ese año, no le es posible fijar fecha para realizar la misma intervención en el ojo izquierdo, porque habrían de pasar doce años hasta que la conjunción astrológica fuera tan favorable como lo había sido en la anterior ocasión. (Los fanáticos de las series pueden encontrarse con esta escena en la serie Isabel de la RTVE que puede verse gratuitamente en https://www.rtve.es/television/isabel-la-catolica/)
El Cidicsef, invita a toda la comunidad a participar: cualquier persona que simplemente se inscriba ese mismo día, puede participar de todo el Simposio. Los que no viven en Buenos Aires, y residen en el interior o en el extranjero, pueden ver todo el Simposio a través de la página de Facebook Cidicsef Simposio 2018, donde será transmitido.
La historia de los sefardíes es apasionante. A medida que se integraban a sus nuevas tierras, incorporaban a su lengua palabras regionales, y con esto también enriquecieron su habla. Llevaron sus costumbres adonde pisaban y la mayoría era resistida al principio y bienvenida después. Desde sus amuletos contra el mal de ojo como la Hamsá o el Ojo turco que vemos hoy proliferar en pulseras y colgantes, a la berenjena como plato usual.
Fue en la Italia del Renacimiento donde se creó el primer ghetto judío del que se tenga memoria, el ghetto de Venecia, que más tarde Shakespeare inmortalizará con su obra El mercader de Venecia, con un personaje que pide como garantía por su préstamo “una libra de carne”. Consideraciones aparte sobre la obra de Shakespeare, considerada antisemita hoy día pero normal en su tiempo, los judíos fueron una comunidad importante en Italia; para ellos el zapallito seguía siendo costoso y la berenjena, posible. Un gastrónomo de la época, Andrea Mattioli, escribirá en 1557 que la berenjena era “esa hortaliza que comen los judíos”. Poco a poco, los italianos comprendieron que la “melanzane” -palabra que venía de mela insane, “manzana insalubre”- era comestible y hasta podía ser sabrosísima. Era un alimento tan popular entre los sefardíes que hasta le dedicaron una canción tradicional, sobre los siete modos de guisarlas y que hoy podemos oír en la voz de María Salgado, por ejemplo.
Un siglo atrás, casi todas las comunidades sefardíes tenían su periódico, sus editoriales y su teatro representado en la lengua. (Una de las mayores exponentes fue la escritora Laura Papo, bosnia, quien recogió un romancero en judeoespañol y en la misma lengua escribió la obra teatral Esterka). Hoy por hoy, es una lengua que vive más que nada en la intención y la voluntad de poetas, historiadores y creadores. Así escribió Juan Gelman su libro de poemas Dibaxu y aun lo hace la poeta tucumana Denise León. Escuchar o leer el judeoespañol, no exige mayores esfuerzos que aquellos textos de la España medieval que debíamos enfrentar en la escuela secundaria.
Mario Cohen, presidente del Cidicsef, explica acerca del judeo español: “Si bien se cree que es una de las lenguas que irá morir en el siglo XXI, debido a la cantidad de hablantes, (hoy se calculan que son entre 300 y 400 mil, aunque nunca es una lengua materna, sino segunda o tercera lengua) el idioma resiste y persiste en congresos y estudiosos de todo el mundo. Justamente este año, la Real Academia Española, decidió crear la academia número 24 de toda América Latina y España, la cual estará en Israel y será dedicada exclusivamente al estudio del judeoespañol.” En Buenos Aires, puede aprenderse judeoespañol en algunas instituciones sefardíes, lo mismo que leer los periódicos virtuales.
Fragmento del Edicto de los Reyes Católicos
“… mandamos a todos los judíos e judías de qualquier hedad que sean que biuen e moran e estan en los dichos nuestros reynos e señorios assy los naturales dellos como los no naturales que en qualquier manera e por qualquier causa ayan venido e estan en ellos, que fasta en fin del mes de jullio primero que viene deste presente año salgan de todos los dichos nuestros reynos e señorios con sus hijos e hijas e criados e criadas e femailiares judíos assy grandes como pequeños de qualquier hedad que sean. E queno sean osados de tornar a ellos ny estar en ellos ny en parte alguna dellos de biuienda ni de passo ny de otra manera alguna, so pena que si no lo fiziesen e cumplieren assy… incurran en pena de muerte e confiscación de todos sus bienes para la nuestra camara e fisco” (Edicto de Expulsión).
Cuándo, dónde
El simposio abre este sábado 11 a partir de las 20 horas y sigue el domingo 12 de 9 a 18 horas. En la Universidad Maimónides (Hidalgo 775). Gratis.
Fuente:clarin.com
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