Lo que antiguamente era visto como un símbolo de marginalidad o rebeldía, hoy se ha convertido en una práctica aceptada y admirada. En el judaísmo está prohibido tatuarse, lo que genera un desafío complejo en la etapa juvenil.
El reciente Mundial de Rusia nos dejó algunos ejemplos, pero la verdad es que los tatuajes con letras en hebreo se han hecho populares entre los deportistas no judíos hace ya un par de años.
Tal vez los más famosos no judíos tatuados del planeta son los Beckham: la ex Spice Girl Victoria y el jugador de fútbol retirado David están tatuados con “Ani l’dodi v’dodi li, Haroeh bashoshanim” “Yo soy de mi amado y mi amado es mío, que navega entre los lirios”, del el Cantar de los Cantares.
El seleccionado croata Mario Mandzukic reveló ante las miradas de los fotógrafos un tatuaje en hebreo en su espalda. El único inconveniente es que está al revés. La frase es una versión de un dicho de Nietzsche: “Lo que no me mata, me hace más fuerte”, pero se lee como si dijera “etreuf sám ecah em, atam em on euq oL”.
En tanto, el defensor del Real Madrid Sergio Ramos se tatuó una estrella de David, símbolo de la religión judía, en su brazo izquierdo, en recuerdo a Antonio Puerta, el jugador del Sevilla que falleció a los 22 años en el medio de un partido del equipo andaluz.
Por otro lado, el nadador francés Fabien Gilot tiene un tatuaje en el brazo en el cual se lee “No soy nada sin ellos”. Gilot consiguió el tatuaje en honor del marido de su abuela, Max Goldschmidt, un sobreviviente de Auschwitz.
Steph Curry, basquetbolista de la NBA de EEUU, tiene un tatuaje de la muñeca que dice “Ahava l’olam lo nijshelet, “el amor nunca falla”. Viene de Corintios 13:8 del Nuevo Testamento. ¡No tan judío, pero aún hebreo!
Y en Chile, arquero Paulo Garcés, también tiene numerosas inscripciones en hebreo en uno de sus brazos…
Una moda que incomoda
Entendiendo que los deportistas de elite suelen ser modelos a seguir por la juventud, consultamos al rabino Ariel Sigal respecto del uso de tatuajes, en el contexto de la religión judía.
“El judaísmo no permite los tatuajes y deberíamos desalentar esta práctica cuando se trata de inscripciones definitivas. La presunción es que D´s entrega un cuerpo para cuidarlo, a imagen y semejanza –Betzelem Elokim-, debemos conservarlo para devolverlo en las mejores condiciones. Por razones de salud, el tatuaje podría permitirse. Recientemente, Harvard y MIT encontraron un sistema de Dermal Abyss en donde se reemplaza la tinta por biosensores. O, por ejemplo, aquellos tatuajes biosensibles en donde la tinta modificada por químicos puede detectar anticipadamente enfermedades, por ocurre con el hallazgo suizo, que descubrieron hipercalcemia a través de un tatuaje”.
-¿De dónde viene la prohibición?
-El mandamiento es explícito en Vaykra 19, “ni imprimiréis en vosotros tatuaje alguno: Yo soy D´s”. En un marco histórico, Maimónides explica que las inscripciones conducían a la costumbre de los pueblos paganos de tatuarse imágenes y dioses sobre su cuerpo.
Paralelamente, muchos tatuajes hoy responden a esta visión: tatuarse el equipo de futbol, idolatrar una frase, una imagen de un cantante, un nombre, una imagen en general. La Mishna Makot 3:6 discute si están prohibidos todos los tatuajes o sólo aquellos que incorporan el nombre de D´s, porque el versículo bíblico original es “tatuaje alguno con Yo soy D´s”.
Finalmente, quien se tatúa es considerado culpable de su acto. Es diferente, cuando te han forzado a hacerlo como el caso de la Shoá.
-¿Cómo se aborda esto con los jóvenes, en el contexto del gran auge de este tipo de prácticas?
-Es una tendencia en alza, una moda que antes presentaba pruritos por el mito del contagio de enfermedades o pertenecer a ciertos sectores de la sociedad. Los jóvenes, incluso entre aquellos que deciden tatuarse, le tienen respeto a la práctica y se los educa para que declinen. Desde argumentos bíblicos hasta históricos, como querer continuar con una práctica nazi nociva y de dolor para los judíos. Y si ya deciden tatuarse, buscan algún lugar que no sea visible, por miedo a perder ofertas laborales, a ser juzgados o simplemente arrepentirse en algún momento. Esto responde a Tzniut –recato-, aquello que nace del fuero íntimo debe permanecer privado. Es paradójico que, a pesar de la prohibición, el tatuaje entre los jóvenes judíos es símbolo de reafirmación de identidad. Por ejemplo, eligen frases judías, palabras hebreas o símbolos de la tradición.
-¿Qué relevancia le asignas a este tema, en comparación a otras prácticas que tienen que ver con la santidad del cuerpo en la tradición judía, como por ejemplo no cremarse?
-Encontramos en la literatura rabínica que esta práctica no tiene una base para restringir, por ejemplo, la sepultura en un cementerio judío. Ni siquiera hay ley que prohíba a quien se tatuó formar pare de los rituales de una sinagoga. El hecho es que alguien que viola Shabbat o Kashrut en algún momento de su vida, no recibirá una sanción que lo aparte definitivamente de su grey; de la misma manera quien se tatúa no recibirá tal sanción porque ciertamente no es peor que lo anterior. Es sólo que la naturaleza permanente del tatuaje, vuelve visible la transgresión como algo constante. Lo prohibido es la decisión de hacerse el tatuaje. Si te forzaron a un tatuaje, el Talmud Guittin 20b, enfatiza que no hay culpa en ti.
Fuente: La Palabra Israelita
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