Enlace Judío México.- La Gran Marcha del Retorno de los Palestinos hace alusión a las manifestaciones convocadas por Hamás todos los viernes, a partir del 30 de marzo pasado, para que la población palestina de la Franja de Gaza, que gobierna desde el 2007 a dos millones de personas, concurra a la barrera fronteriza entre Israel y la Franja para protestar “por su derecho de retorno a sus tierras”.
LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
En junio de 2007, tras violentas luchas intestinas entre el movimiento Fatah, leal al presidente de la Autoridad Palestina (AP) y los terroristas de Hamás, la totalidad del territorio cae bajo el control de este último grupo. Esto provoca la suspensión de la mayor parte de ayuda económica proveniente del mundo occidental, Israel por su parte declara a Gaza “territorio hostil en septiembre del 2007, e impone restricciones adicionales a los productos que entran al territorio de Gaza y a la comunicación de ésta con Cisjordania, sede del gobierno de la AP, y con los mercados internacionales, así como los espacios aéreos y marítimo y el suministro de combustible y agua, provenientes en su totalidad de Israel debido a que no cuenta con recursos propios. Los líderes de Hamás no se han preocupado por el bienestar de los gazaties, para mantenerse en el poder han desatado tres guerras contra Israel desde el 2008, con ello las graves condiciones de vida de los gazatíes se han acentuado, los milicianos de Hamás han reforzado su capacidad bélica por el apoyo financiero y de armas que le otorga el régimen teocrático de Irán.
En este contexto, el inicio de la Gran Marcha coincidió con el Día de la Tierra de los Palestinos en el que conmemoran la muerte de 6 manifestantes abatidos por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), durante las protestas que se llevaron a cabo en 1976 por las confiscaciones de sus tierras. Por otra parte, los reclamos de los palestinos están relacionados con la denominada Nakba, la expulsión o huida de 700 mil palestinos de sus tierras con la creación del Estado de Israel en 1948.
Azuzados por terroristas de Hamás, decenas de miles de hombres, mujeres, niños, e incluso, lisiados, han participado en las marchas todos los viernes, en ellas se mezclan milicianos de ese movimiento para provocar la violencia contra las FDI y propiciar que se registren víctimas entre los gazatíes y con ello hacerles ver y también a la opinión mundial la “reacción excesiva” de las FDI, buscan victimizarse frente al mundo para justificar las marchas.
Las multitudes de gazatíes que han concurrido a la frontera con Israel han tratado de derribar la barrera que los separa de este último país para penetrar a su territorio; asimismo, han lanzado bombas molotov, piedras, neumáticos ardientes y globos incendiarios que han provocado numerosos incendios en las tierras agrícolas de los kibutzim (colonias colectivas) próximas a la frontera y que han representado un riesgo para la vida de sus habitantes y considerables pérdidas económicas para los mismos.
Las FDI advirtieron a la población de la Franja de Gaza que no se dejen utilizar por sus líderes, mediante octavillas escritas en árabe lanzadas en aviones, de que no se acerquen a la valla que la separa de Israel; empero, no ha hecho caso. La respuesta a los manifestantes ha sido con balas de goma y reales, y en la medida que se escaló el conflicto, Hamás lanzó cientos de cohetes y morteros a territorio israelí, la aviación de Israel ha atacado instalaciones de Hamás, hasta el momento un soldado israelí fue abatido por un francotirador de Hamás y varios colonos israelíes han sido heridos. Del lado palestino se han registrado 171 muertes, de las cuales Hamás reconoce que aproximadamente la mitad son sus militantes y de otras organizaciones islámicas radicales. Asimismo, 17 mil manifestantes han sido heridos.
La Gran Marcha ha sido la mayor protesta palestina contra Israel y la más mortífera en 4 años, empero, a los líderes de Hamás no le importa la pérdida de vidas de su población, la filosofía terrorista que profesan es de muerte.
Defensores de derechos humanos en el mundo han acusado a Israel del uso excesivo de la fuerza en Gaza y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha solicitado una investigación “por el uso de la fuerza letal” de las FDI en Gaza, empero, se ha omitido el derecho del uso de la fuerza de los israelíes para defenderse de las agresiones de Hamás y otros grupos terroristas en la Franja de Gaza. Los acontecimientos bélicos en la Franja de Gaza han vuelto a reproducir un entorno similar existente previo a la operación Plomo Fundido del Verano de 2014.
En este entorno, el Gabinete de Seguridad de Israel aprobó el 15 de agosto una tregua en Gaza gestionada por Egipto y la ONU para poner fin a la guerra encubierta con Hamás, que en las últimas semanas desembocó en ataques generalizados entre ambos lados. Para Israel la tregua es una opción menos mala a un conflicto abierto porque salva la vida a muchos civiles y soldados israelíes; aunque el Ministro de Educación, Naftali Bennett considera el acuerdo con Hamás como un premio al terrorismo; igualmente voces en Israel se pronuncian por un golpe contundente contra Hamás, entre ellos los colonos vecinos a la Franja que se sienten abandonados por el gobierno ante el multitudinario lanzamiento de cohetes y cometas incendiarios, que ha afectado seriamente su estabilidad emocional.
Para Hamás el Acuerdo refuerza su política de que la vía militar es el camino “para negociar con Israel” y hace a un lado a su rival, la AP de este proceso. La división política palestina bloquea avances hacia un pacto de recuperación de la economía de Gaza. La Autoridad Palestina, rechaza que Hamás pueda negociar con Israel sobre el futuro del enclave.
La situación humanitaria de los dos millones de palestinos confinados en el enclave se ha agravado en el último año. Dos terceras partes sobreviven gracias a la ayuda internacional en un territorio donde la tasa de desempleo roza el 45% y la electricidad apenas llega a los usuarios cuatro horas al día.
El cese de hostilidades ha permitido la reapertura completa del puesto fronterizo de Kerem Shalom, cerrado para el paso de mercancías desde el pasado 9 de julio. Más de 700 camiones atravesaron la terminal de carga con material de construcción, productos textiles, pienso para ganado, combustible y otros productos básicos para la maltrecha economía del territorio palestino. El Ejército de Israel había seguido autorizando el paso de alimentos y medicinas por Kerem Shalom, pese a la medida. El Ministerio de Defensa también ha ordenado ampliar la zona de pesca hasta nueve millas náuticas de la costa.
“No habrá un acuerdo real con Hamás para un periodo duradero de calma mientras no devuelva a nuestros hijos y ciudadanos”, aseguró una fuente política israelí, en alusión a los restos de dos militares muertos que son retenidos por las milicias islamistas palestinas desde la guerra de 2014 y a dos israelíes que permanecen secuestrados tras haber entrado por su propio pie en la Franja.
La misma fuente advirtió que las acciones del Ejército continuarán en Gaza si es preciso. “Si Hamás mantiene su compromiso, se abordarán después las cuestiones humanitarias”, puntualizó para dar a entender que no se trata aún de la tregua permanente que se ha intentado negociar en el último mes con mediación del jefe de la inteligencia militar de Egipto, general Kamal Abbas, y del enviado regional de Naciones Unidas, Nickolay Mladenov.
Por su parte, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, presentó 4 opciones para aumentar la protección de palestinos en Judea y Samaria (Cisjordania) y la Franja de Gaza:
– Proporcionar una presencia de la ONU más sólida sobre el terreno con supervisores de derechos y funcionarios políticos para informar sobre la situación.
– Emitir más ayuda humanitaria y de desarrollo de la ONU para garantizar el bienestar de la población.
– Creación de una misión de observación civil presente en áreas sensibles, con el mandato de informar sobre cuestiones de protección.
– Desplegar una fuerza militar o policía armada, bajo mandato de la ONU para proporcionar protección física a los civiles palestinos.
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, condenó las sugerencias del Secretario General de ese organismo, alegando que los palestinos requerían protección de sus líderes más que de Israel; Danon consignó en un comunicado que la AP incita a su gente a demonizar y atacar a los judíos y Hamás utiliza a la gente de Gaza como rehenes y pone en peligro las vidas de civiles mediante el terror.
Por lo demás, un mandato de la ONU para una fuerza de protección requeriría de una decisión del Consejo de Seguridad, en el que EUA podría usar su poder de veto para bloquear una medida con la oposición de Israel. El cese de hostilidades de largo plazo en la Franja de Gaza no se ve en el horizonte.
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