Enlace Judío – En lugar de reubicar a los refugiados, los líderes de los palestinos los han explotado descaradamente a ellos y a sus descendientes.
DAVID HARRIS
¿Por qué?
Reportes de prensa sugieren que la administración de los EE.UU. está considerando una decisión histórica para redefinir quién es y quién no es un “refugiado” palestino. Espero que los reportes sean ciertos. Un cambio necesario desde hace mucho tiempo que podría ayudar a la búsqueda de la paz a largo plazo.
Trágicamente, ha habido innumerables refugiados en los anales de la historia.
Tan sólo en el siglo XX, decenas de millones de refugiados, si no más, se vieron obligados a buscar nuevos hogares: víctimas de guerras mundiales, ajustes fronterizos, transferencias de población, demagogia política y patologías sociales.
El Tratado de Lausana de 1923 codificó el intercambio de población entre griegos y turcos, con un total de más de 1,5 millones de personas.
Un gran número de hindúes y musulmanes se vieron desplazados debido a la partición del subcontinente en dos naciones independientes: India y Pakistán.
Millones de refugiados, incapaces de regresar a sus países, surgieron como resultado del Tercer Reich que duró 12 años.
El éxodo de Camboya, Laos y Vietnam después de la victoria de las fuerzas comunistas y rebeldes fue masivo.
Los flujos de refugiados de las guerras civiles y tribales de África han sido constantes.
Los yemeníes fueron expulsados de Arabia Saudita por cientos de miles durante la primera Guerra del Golfo debido al apoyo de Yemen a Iraq.
Innumerables musulmanes bosnios y kosovares huyeron, o fueron expulsados, debido a la agresión serbia.
Y esto es sólo la punta del iceberg de los refugiados.
De hecho, no tengo que mirar muy lejos para entender las crisis interminables de refugiados de nuestro tiempo, o el trauma que han creado. Mi madre, mi padre y mi esposa eran todos refugiados. Sin embargo, en lugar de revolcarse en la victimización o ser consumidos por el odio y la venganza, comenzaron de nuevo, agradecidos a sus tierras de adopción por hacerlo posible.
El pasado mes de mayo, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) contó 19.9 millones de refugiados bajo su jurisdicción, siendo las mayores poblaciones las originarias de Siria, Sudán del Sur, Somalia, Sudán y la República Democrática del Congo. En más de cinco décadas, el ACNUR estima que ha ayudado a 50 millones de refugiados “a ayudar a reiniciar sus vidas”.
Y, sin embargo, de todos los refugiados del mundo, un grupo, los palestinos, son tratados de manera completamente diferente.
De hecho, la Convención de Refugiados de 1951 no se aplica explícitamente a los palestinos, que caen dentro del ámbito de acción del Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA por sus siglas en inglés).
No hay un organismo equivalente de la ONU para nadie más en el mundo.
La definición de refugiado bajo el mandato de la UNRWA también es única. Cubre a todos los descendientes, sin límite, de aquellos considerados refugiados en 1948. Esto ayuda a explicar por qué su carga de casos se ha quintuplicado desde 1950.
A diferencia de la ACNUR, la UNRWA no busca reubicar a los refugiados palestinos, sino que proporciona servicios sociales mientras, de hecho, los mantiene en un limbo perpetuo.
Y a pesar de las lágrimas de cocodrilo derramadas por los países árabes sobre la difícil situación de sus hermanos palestinos, han figurado entre los donantes más mezquinos de la UNRWA. Afirman que no es su responsabilidad cuidar a los refugiados creados por las decisiones de otros. Los cinco principales donantes de la UNRWA han sido hasta ahora los gobiernos de EE.UU. y Europa.
Por cierto, debo apresurarme a aclarar que sólo aquellos palestinos vistos como víctimas del conflicto árabe-israelí reciben este trato especial.
Durante la primera Guerra del Golfo en 1991, cuando Kuwait echó a 400 mil palestinos por su supuesto apoyo a Saddam Hussein de Irak, no hubo mucha reacción de la comunidad internacional. Y más recientemente, mientras miles de palestinos han sido desplazados por la guerra civil siria, nuevamente hay silencio. Las violaciones árabes de los derechos humanos de los árabes se ven aparentemente de manera diferente, si acaso se les presta atención.
Y en Líbano, con su gran población palestina bajo los auspicios de la UNRWA, el gobierno impuso desde hace tiempo restricciones estrictas al derecho del pueblo palestino a trabajar en numerosos campos. ¿Dónde está la protesta?
Entonces, nos enfrentamos a algo sin precedentes.
Los palestinos no son la primera población de refugiados del mundo, pero su liderazgo puede ser el primero en resistir una solución factible a largo plazo.
Piénsenlo. En 1947, la ONU ofreció un plan de dos Estados para abordar los reclamos nacionales en competencia. Los judíos lo aceptaron; los árabes lo rechazaron. O en la jerga de la ONU, el “Estado árabe propuesto no se materializó”. Si hubiera sido de otra manera, dos Estados podrían haber surgido, y con un poco de suerte, aprendieron a convivir. A propósito, hasta el día de hoy, ese concepto de dos Estados sigue siendo el resultado más factible.
En cambio, el lado árabe fue a la guerra. ¿Ha habido alguna guerra sin refugiados? En un caso de causalidad inversa, Israel es culpado por los refugiados resultantes de las hostilidades desencadenadas por cinco países árabes.
Mientras tanto, el conflicto árabe-israelí produjo aún más refugiados judíos originarios del mundo árabe (e Irán). Sin embargo, se reubicaron en otros lugares con poca fanfarria y sin ninguna atención de la ONU.
Luego, a propósito, los refugiados palestinos, y sus descendientes ad infinitum, se mantuvieron en los campamentos de la UNRWA para servir como recordatorios permanentes de la inestabilidad de su situación. Se les enseñó a centrar su odio contra Israel, a creer que un día “volverán”, y se les han negado las posibilidades de nuevas vidas. Y han sido utilizados para crear el mayor obstáculo para lograr la paz: la fantasía palestina de poner fin a la soberanía judía en Israel.
Incluso ahora, 13 años después de que Israel se retiró totalmente de Gaza, de manera asombrosa, más de 500,000 palestinos continúan viviendo en los campamentos de la UNRWA allí. ¿Por qué? Gaza está bajo el dominio palestino, no israelí.
Mientras que los palestinos se encuentran entre los receptores de ayuda per cápita más grandes del mundo, gran parte de esa asistencia se ha desviado para llenar los bolsillos de los funcionarios palestinos, que luego se dan la vuelta y buscan más fondos para su presunto pueblo abandonado.
Es la misma lógica absurda que Hamás despliega cuando denuncia la los cortes de energía eléctrica, mientras intenta bombardear las plantas de energía israelíes que suministran electricidad a Gaza.
Todo el proceso está respaldado por un elaborado y bien financiado aparato de la ONU, que abarca más que sólo la UNRWA, creada por la mayoría de los Estados miembros para apoyar a los palestinos. Por el contrario, entre otros, los kurdos, que tienen un convincente caso para tener un Estado, y los chipriotas, que han vivido en una isla dividida debido a la ocupación turca, no tienen cuerpos comparables de la ONU para promover sus causas.
Esto no quiere decir que los palestinos hayan tenido vidas sencillas. No las tienen. Es decir que sus líderes, con la complicidad de muchos, han logrado uno de los spin-jobs más exitosos de la historia. En lugar de reubicar a los refugiados, los han explotado descaradamente a ellos y a sus descendientes.
Ahí radica la irreductible tragedia, y el corazón, de un conflicto de décadas.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico
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