Enlace Judío México / Rab. Yehuda Prero – Los diez días que transcurren entre Rosh Hashaná y Yom Kipur se llaman “Aseret Yemei Teshuva” (Diez Días de Arrepentimiento). Durante este tiempo continuamos recitando selijot (rezos de penitencia) y seguimos enfocando nuestros pensamientos y plegarias en el arrepentimiento. En la porción de Torá que se lee esta semana (Netzavim) la Torá nos dice:
“Porque este mandamiento que te ordeno hoy no está oculto, ni lejos de ti. No se encuentra en el Cielo, para que digas ‘¿Quién subirá al Cielo por nosotros y lo bajará para que podamos escucharlo y obedecerlo?’ Ni se encuentra más allá del mar para que digas ‘¿Quién cruzará por nosotros el mar y nos lo traerá para que podamos escucharlo y obedecerlo?’ [No], este asunto está muy cerca de ti, en tu boca, en tu corazón para que lo hagas” (Deut 30:11-14) ¿Cuál es el asunto que se encuentra cerca de nosotros? Preguntan tanto el Rambam (Maimonides) como S’forno (uno de los comentaristas más grandes) y explican que dicho asunto es el arrepentimiento. El mandato que no se oculta de nosotros es el arrepentimiento.
Dinámicas del arrepentimiento
A rab. Chayim Shmuelevitz le sorprende que estos versos no parecen describir la realidad. Si el arrepentimiento es tan cercano a nosotros y no se encuentra oculto, como nos dice el verso, entonces ¿por qué la gente no suele arrepentirse? La gran mayoría de las personas que pecan saben que sus acciones son impropias y aun así no desisten de su comportamiento nocivo. Si el arrepentimiento es tan cercano ¿por qué la gente que peca decide no escoger el camino del arrepentimiento?
Rab. Shmuelevitz contesta que la gran barrera del hombre es que suele acostumbrarse y aclimatarse a su situación. El hombre se acomoda tan bien a su entorno y su nivel de observancia que la auto-complacencia se vuelve la norma y deja de aspirar a mejorarse. La persona suele acostumbrarse a sus propias acciones y deja de molestarse por cambiar y arrepentirse, porque deja de percibir la necesidad de hacerlo. ¿Qué puede provocar en una persona el deseo de cambiar el status quo? Un encuentro sorprendente con la realidad. Rab Shmuelevitz suele dar el ejemplo de una persona que no está familiarizada con el concepto de la muerte. Esta persona ha vivido su vida entera, sin saber que eventualmente todo llega a su fin. Un día, ve a alguien morir justo enfrente de él. ¿Acaso no la impresión que ocasione esta escena en la persona sería tan fuerte que sin dudas se arrepentiría y cambiaría sus acciones?
El arrepentimiento está cerca de nosotros, en efecto está a nuestro alcance. Sin embargo, tenemos que estar conscientes de que necesitamos un cambio. Tenemos que alentarnos a cambiar. Únicamente cuando logremos hacer esto exitosamente podremos empezar el proceso de arrepentimiento. Para ello necesitamos un choque emocional, algo sorprendente que nos haga despertar.
Midrash Talmúdico
Rab. Shmuelevitz pone como ejemplo una historia del midrash (relato talmúdico). El midrash nos cuenta que Yakum Ish Tzoros, el sobrino de Rav Yosi ben Yoezer estaba cabalgando un caballo en Shabat, el cual usaba para arrastrar a su tío el gran sabio rab. Yosi (uno de los grandes maestros ue aparecen en el Talmud) a una muerte por ahorcamiento.
Yakum intentando burlarse de su tío le dijo: “Mira al caballo que mi amo me ha dado para cabalgar, y mira el caballo que tu amo te ha dado” (implicando que el servicio a la Torá y las mitzvot que hacia rab. Yosi era inservible ya que igualmente estaba llegando a una muerte horrenda). A lo cual rab. Yosi contestó: “Si está es la recompensa que le da D-os a los que se rebelan contra Él, incluso más grande será la que dé a quienes obedecen Su voluntad.” Yakum atonito por la respuesta le preguntó “¿Acaso hay alguien que obedezca la palabra de D-os más que tú?” Rab. Yosi respondió “Si esto es lo que sucede a quienes obedecen la palabra de D-os, cuanto más [terrible] será lo que suceda a aquellos que se rebelan contra Él.” El midrash nos dice que sus palabras entraron al corazón de Yakum como un veneno y se arrepintió con tal fuerza y tal fue su tristeza que falleció. Cuando rab Yosi se encontraba en su lecho de muerte vio a Yakum entrar al Edén.
Rab. Shmuelevitz remarca que de este midrash podemos aprender cómo inspirarnos a arrepentirnos. Rab. Yosi al contestarle a su sobrino en la forma en que le contest, le produjo un choque emocional, le dio una ventana a realidad. Cuando la ventana se apareció frente a él fue tan poderosa su imagen que le ocasionó a Yakum un sentimiento de malestar tan profundo sobre sus acciones pasadas que le vida que estaba llevando dejo de tener sentido.
Si logramos producir en nosotros un sentido de asombro, sorpresa y choque, podemos empezar el camino al arrepentimiento. Si logramos salir de la complacencia y el status quo que hemos creado solos, podremos alcanzar aquello que está tan cerca de nosotros – el arrepentimiento completo y el regreso a D-os.
Fuente: torah.org
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