Enlace Judío México e Israel.- La Fundación “Friends of Ziv” lanzó esta semana una campaña internacional para postular a los médicos al servicio de Israel al Premio Nobel de la Paz.
El máximo referente de este grupo de médicos es el doctor Alejandro Roisentul, quien nació hace 53 años en Buenos Aires, y que actuamente trabaja en el Hospital Israelita Ziv, ubicado cerca de la frontera con Siria. Es cirujano maxilofacial y director de la Unidad de Cirugía Maxilofacial de lo que se ha transformado en un hospital de guerra.
En diálogo con Radio Jai, el médico aclaró que recién se trata de “una propuesta de candidatura y todavía no es la candidatura en si”. Sin embargo, aseguró sentirse “súper orgulloso de poder de alguna manera representar el arduo trabajo de muchos enfermeros, paramédicos y médicos que desde hace ya cinco años están brindando asistencia médica a niños, adolescentes, mujeres y jóvenes que han escapado de los horrores de la guerra civil de Siria”.
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Roisenful y su equipo ven a la medicina no solo desde el punto de vista de la asistencia sanitaria sino también desde “los puentes de amistad y paz que se pueden ofrecer para unir a las personas”.
Este doctor argentino y su equipo no trabajan en un hospital “normal”. “Hemos sido atacados por decenas de misiles provenientes del Líbano en el 2006 y nos estamos preparando para posibles ataques futuros”, lamentó. Esto se debe a que el Hospital Israelita Ziv está situado a once kilómetros de distancia del Líbano y a 40 de Siria y “eso pone al lugar en una situación muy particular”.
Roisenful y su equipo realizan varias tareas diarias. Por un lado, explicó, “está la rutina hospitalaria normal, en la que se atiende a los ciudadanos de la zona (aproximadamente 300 mil habitantes de la alta Galilea y las Alturas del Golán)”. Además, también se realizan tratamientos para soldados del Ejército de Defensa de Israel. Lo particular de este hospital acontece cuando llegan los heridos provenientes de la guerra civil de Siria: “Hasta el momento hemos atentido a más de 4.000 personas, que llegan sin previo aviso, y cambian por completo la rutina de atención”.
Para el doctor, en la vida “hay que tomar responsabilidades y no huir de ellas”. “Yo he jurado el juramento Hipocrático cuando me recibí en la Universidad de Buenos Aires muchos años atrás, y aprendí que uno tiene que tomar las decisiones no solo en favor personal sino que hay que pensar en la comunidad y el bien general de la humanidad”. “Mucho no hablamos con los pacientes, pero si existe el lenguaje de los ojos, ese que es más fuerte y que no miente”, apuntó.
“Es una cuestión humanitaria. Esta gente está totalmente desamparada porque no hay hospitales en Siria. Más de 15 mil médicos han dejado el país desde que empezó la guerra civil. Más de 80% de las instalaciones sanitarias están dañadas”, concluyó el médico.
Fuente:radiojai.com
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