Enlace Judío México e Israel.- El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se han comprometido a crear un “eje contra la inmigración” con el objetivo de contrarrestar las políticas promigratorias de la Unión Europea.
SOEREN KERN
En una reunión en Milán celebrada el 28 de agosto, Orbán y Salvini se comprometieron a cooperar con Austria y el Grupo de Visegrado –la República Checa, Polonia y Eslovaquia– para oponerse a un grupo de países de la UE –encabezado por el presidente francés, Emmanuel Macron–, partidarios de la migración.
Orbán y Salvini están intentando seguir una estrategia coordinada de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de marzo de 2019 para derrotar al Partido de los Socialistas Europeos (PES, por sus siglas en inglés), una formación a favor de la inmigración y paneuropea que representa a los partidos socialistas a nivel local de todos los países miembros de la UE. El objetivo es cambiar la composición política de las instituciones europeas, incluido el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, para revertir las políticas migratorias de puertas abiertas de la UE.
En una rueda de prensa conjunta, Salvini dijo:
Hoy empieza un trayecto que continuará en los próximos meses hacia una Europa distinta, un cambio en la Comisión Europea, de las políticas europeas, que sitúe en el centro el derecho a la vida, el trabajo, la salud, la seguridad; todo lo que las élites europeas, financiadas por [el multimillonario filántropo húngaro George] Soros y representadas por Macron, niegan.
Nos acercamos a un punto de inflexión histórico a nivel continental. Me asombra el estupor de una izquierda política cuya única razón de ser hoy es desafiar a los demás y creer que Milán no debería acoger al presidente de un país europeo, como si la izquierda tuviese la autoridad de decidir quién tiene derecho a hablar y quién no. Y después se preguntan por qué ya nadie les vota.
Esta es la primera de una serie de reuniones para cambiar los destinos, no sólo de Italia y Hungría, también de todo el continente Europeo.
Orbán añadió:
Las elecciones europeas se van a celebrar pronto, y deben cambiar muchas cosas. Por el momento hay dos bandos en Europa: uno está encabezado por Macron, que defiende la migración masiva. El otro está encabezado por los países que quieren proteger sus fronteras. Hungría e Italia pertenecen al segundo.
Hungría ha demostrado que podemos frenar a los migrantes en tierra. Salvini ha demostrado que podemos frenar a los migrantes en el mar. Le damos las gracias por proteger las fronteras de Europa.
Los migrantes tienen que ser devueltos a sus países. Bruselas dice que no podemos hacerlo. También dijo que era imposible frenar a los migrantes en tierra, pero lo hicimos.
Parece que Salvini y yo compartimos el mismo destino. Es mi héroe.
Macron respondió:
Si querían verme como su principal oponente, tenían derecho a hacerlo. Es evidente que hoy se está construyendo una oposición fuerte entre los nacionalistas y los progresistas y no haré ninguna concesión a los nacionalistas y a quienes defienden el discurso del odio.
Salvini devolvió el disparo:
Desde principios de 2017 hasta el día de hoy, la Francia del “bienhechor” Macron ha rechazado a más de 48.000 inmigrantes en la frontera italiana, entre ellos mujeres y niños. ¿Es esta la “receptiva y solidaria” Europa de la que hablan Macron y los bienhechores?
En lugar de dar lecciones a otros, invitaría al hipócrita presidente francés a reabrir sus fronteras y dar la bienvenida a los miles de refugiados que ha prometido aceptar.
Italia ya no es el campo de refugiados de Europa. ¡La fiesta de los traficantes y los bienhechores se ha terminado!
En julio, Salvini dijo que quería crear una red paneuropea de partidos nacionalistas de mentalidad similar:
Para ganar [las elecciones italianas] tuvimos que unir a Italia, y ahora tenemos que unir a Europa. Estoy pensando en una “Liga de las Ligas de Europa”, aunando a todos los gobiernos libres y soberanos que quieren defender a sus pueblos y fronteras.
Salvini propuso que la red incluyera al canciller austriaco, Sebastian Kurz, al líder del Partido por la Libertad holandés, Geert Wilders, a la líder del Frente Nacional de Francia, Marine Le Pen, y a Orbán, de Hungría, entre otros. También ha dicho que las elecciones al Parlamento europeo de 2019 deberían ser un referéndum sobre “una Europa sin fronteras” frente a “una Europa que proteja a sus ciudadanos”.
Salvini ha criticado repetidas veces a la Unión Europea a propósito de la migración masiva, acusando al bloque de haber abandonado a Italia en su lucha por lidiar con los más de 600.000 migrantes que han llegado al país desde 2014. El problema se ha visto exacerbado por las regulaciones de la UE.
Según una norma de la UE –conocida como el Convenio de Dublín–, los migrantes deben solicitar asilo en el primer país al que llegan de la Unión Europea. Esto ha puesto una carga excesiva sobre Italia, dada su proximidad geográfica con África.
Italia ha intentado durante mucho tiempo que se revise el Convenio de Dublín, pero otros países miembros de la UE, especialmente Hungría, se han opuesto a cambiar el acuerdo. La disputa subraya las dificultades de formar un eje unido contra la inmigración a nivel de la UE: los intereses de muchos países miembros de la UE son diametralmente opuestos.
Aunque Italia y Hungría, por ejemplo, están de acuerdo en que se debería frenar completamente la migración masiva, discrepan en cómo gestionar los migrantes que ya están en la UE. Aunque Italia quiere que los migrantes sean redistribuidos a otros países de la UE, Hungría y los países de Visegrado se oponen obstinadamente a aceptar a ningún migrante en absoluto.
En una entrevista con el periódico checo DNES, el primer ministro, Andrej Babiš, de cara a su reunión del 28 de agosto en Roma con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo:
Insisto en que no aceptaremos a ningún migrante ilegal desde Italia o desde cualquier otra parte. Esto no es nada contra Italia, que tiene nuestras simpatías; es una estrategia fundamental. Es, bajo mi punto de vista, una señal clave, un símbolo y un mensaje a los migrantes y traficantes de que no tiene sentido zarpar a Europa.
Babiš añadió que la Unión Europea debe superar sus diferencias y ponerse de acuerdo en una política migratoria paneuropea:
Si Italia no acepta migrantes, y Malta no los acepta, entonces lo hará España. Estamos enviando el mensaje de que es posible llegar a Europa desde Marruecos a través de España. Debemos frenar el flujo migratorio. Quiero hablar sobre ello con mis socios en Italia, Malta y, por supuesto, con la canciller alemana Angela Merkel, que ahora ha actuado con España. Tenemos que trabajar muy duro en la solución porque hemos perdido tres años sin necesidad con el absurdo debate de las cuotas.
Debemos proteger lo que nuestros antepasados construyeron durante más de mil años. No es un eslogan, es una realidad.
El apoyo de Salvini a Orbán también ha puesto de manifiesto las diferencias en la coalición gobernante de Italia, compuesta de la Liga de Salvini y la formación populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), liderado por Luigi Di Maio.
El 23 de agosto, Di Maio amenazó con retener los pagos italianos a la Unión Europea si en una cumbre de alto perfil en Bruselas fijada para el 24 de agosto no se lograba el compromiso de otros países de la UE de aceptar migrantes desde Italia. En una entrevista con la televisión italiana, que también publicó en su cuenta de Facebook, Di Maio dijo:
Si mañana no sale nada de la reunión de la Comisión Europea, si no deciden nada respecto a la […] redistribución de los migrantes, el Movimiento Cinco Estrellas y yo ya no estaremos dispuestos a dar 20.000 millones de euros a la Unión Europea cada año.
Después de que en la reunión de la UE no se produjera una solución, los líderes del M5S en la Cámara de Diputados y el Senado de Italia, Francesco D’Uva y Stefano Patuanelli, respectivamente, emitieron un comunicado:
Los países que no participan en la reubicación y que ni siquiera se dignan a responder a la petición de ayuda de Italia no deberían seguir recibiendo fondos europeos de nosotros, y entre ellos, en estos momentos, está Hungría.
En una entrevista el 27 de agosto con el periódico La Stampa, Di Maio volvió a atacar a Orbán:
La Hungría de Orbán levanta vallas alambradas y rechaza las asignaciones de migrantes. Los que no aceptan la asignación no deberían tener derecho a la financiación europea.
Salvini defendió a Orbán: “Respeto el absoluto derecho de Hungría a defender las fronteras y la seguridad de sus ciudadanos. El objetivo compartido es la defensa de las fronteras externas”.
Orbán respondió: “Necesitamos una nueva Comisión Europea que esté comprometida con la defensa de las fronteras de Europa. Necesitamos una Comisión después de las elecciones europeas que no castigue a aquellos países que, como Hungría, protegen sus fronteras.
*Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York.
Fuente:es.gatestoneinstitute.org
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