Enlace Judío México e Israel.- “Soy un novelista y dedico mis días y mis noches a la gratísima tarea de fabricar mentiras que parezcan verdades”. Dijo Vargas Llosa en la recepción del Premio Jerusalén.
JOSÉ B. AKNIN
Fabricar mentiras que parezcan verdades crean ficciones que alimentan el género de la novela, por el contrario cuando están dirigidas al mundo real son simplemente mentiras.
Izquierdas y derechas
“….dentro de diez, veinte o cincuenta años habrá llegado a todos nuestros países, como ahora a Cuba, la hora de la justicia social…..” declaró Vargas Llosa al recibir el Premio Rómulo Castillo (1967).
Pero en 1971 cambió de postura, lo que ratificó al recibir el Premio Jerusalén (1995) destinado a quienes luchan por “la libertad del individuo en la sociedad”.
“Luego de haber renunciado a la utopía colectivista y estadista que abracé en mi juventud, y ya defendía, frente a ésta, como una alternativa más realista y más humana, el pragmatismo democrático”.
A pesar de haber confesado su decepción con la “utopía colectivista”, cuando se refiere Israel Vargas Llosa abandona su “pragmatismo democrático“ y critica a la única sociedad de Oriente Medio que respeta la libertad. Pero para evitar ser catalogado de judeofóbico, se ampara en un pequeño grupo de insensatos escritores y activistas de izquierda, despreciados por la mayoría de los demócratas israelíes, a quienes adopta como sus “amigos israelíes”, y se atreve a nombrarlos injustamente como “Justos de Israel”, y aunque cita a Camus, parece más una burla a los “Justos de las Naciones”, reconocidos como tales en el Museo del Holocausto (Yad Vashem) erigido como sentido homenaje hacia las víctimas y a aquellos justos que arriesgaron sus vidas para salvar la de cientos de familias, principalmente niños.
Amparado en sus falsos justos, culpa Israel por “las penurias del pueblo palestino” y poco dice de la responsabilidad de sus dirigentes apoyados por países árabes vecinos y líderes religiosos, quienes nunca estuvieron dispuestos a convivir pacíficamente, ni siquiera entre ellos mismos, aunque reclaman tierras que Israel obtuvo en legítima defensa, como condición de una paz que no respetaron cuando las tierras estaban bajo su dominio. ¿Por qué debería Israel confiar que esta vez sería diferente?, sobre todo con el antecedente de las tierras que entregó en Gaza en 1994 y que se transformaron en base del terrorismo.
Al recibir el Premio Jerusalén, Vargas Llosa reconoció importantes virtudes del estado judío:
“Haberse mantenido siempre como una sociedad abierta a la discusión y a la crítica, a la renovación electoral de sus gobernantes, aun en los momentos más graves, incluso en el cataclismo de las guerras, cuando su existencia pendía de un hilo, reside la más perdurable lección brindada por Israel a los demás pueblos del mundo, sobre todo a los del llamado Tercer Mundo, en los que, a menudo, las dificultades y problemas internos o externos son esgrimidos como pretexto para conculcar las libertades y justificar las tiranías que todavía mantienen a tantos de ellos en la barbarie y el atraso”.
Pero luego, Vargas Llosa recomienda soluciones que, simulando ser favorables a Israel significan su destrucción, la caja de los truenos es un ejemplo:
“Tengo muchos amigos en Israel, sobre todo entre sus escritores, y he defendido muchas veces su derecho a la existencia, bajo fronteras seguras, y, sobre todo, a que encuentre una manera pacífica de coexistir con el pueblo palestino, y estoy seguro de que todos ellos han sentido tanta tristeza e indignación como yo por la matanza en las alambradas de Gaza. Ellos representan un Israel que parece desaparecido en estos días. Pero esperemos que vuelva. En nombre de ellos y de la justicia, hay que proclamar a todos los vientos que no son los palestinos quienes representan el mayor peligro para el futuro de Israel, sino Netanyahu y sus secuaces, y la sangre que derraman.”
Vargas Llosa cambia nuevamente de opinión, al colocarse del lado de los regímenes que mantienen a sus ciudadanos en la barbarie y el atraso y culpa a la democracia Israelí por defenderse de las hordas suicidas que intentaban romper la última barrera y agredir a su población, a pesar de las solicitudes del ejército de Israel y las gestiones de Egipto y otros países para detener las agresiones irresponsables promovidas por Hamás y otras organizaciones similares.
¿Debería Israel haberlos dejado pasar?, pero los pérfidos judíos osaron defenderse de quienes aman la muerte y no están dispuestos a la paz, para el terrorista la muerte tiene más valor que la vida, por eso tantos jóvenes han debido inmolarse y mujeres y niños son ubicados en primera fila de batalla, pero para Vargas Llosa el gran culpable será siempre Israel, esta vez por decidir dónde será su capital, en tierras que le corresponden por historia, moral y derecho
Atocha en vez de Gaza, la doble vara que losa la verdad
El marrullero se evidencia en dos notas: Madrid en el corazón, escrita luego del atentado de Atocha, y Provocación en Jerusalén, por el traslado de la embajada norteamericana, ambos títulos anticipan el contenido, los atentados contra Madrid afectan el corazón de VLL, pero a Israel lo tilda de provocador hasta cuando es atacado, España tiene el derecho de elegir su capital, pero a Israel se lo niega, España no acepta el doble estado con Catalunya, pero Israel debe aceptarlo con los islamistas que son sus enemigos, España tiene víctimas, Israel victimarios, en algo coinciden, Tanto Atocha como Gaza fueron agredidas por terroristas, en ambos lugares se inmolaron, pero en Atocha las víctimas son las agredidas, en Gaza son los agresores.
Cuando Israel se defiende Vargas Llosa se indigna por “las matanzas en las alambradas de Gaza” pero cuando España se defiende lo justifica, pues “los propios países democráticos interpretarían como un rendirse ante el terror y reconocer que éste, poniendo bombas y matando inocentes, consigue lo que se propone”.
A quienes cometen atentados contra Israel los llama “adversarios que Israel acusa de terroristas”, pero cuando los atentados son contra España, los terroristas son fanáticos y suicidas que “animan a la internacional del terror”.
Cuando España es el país agredido, culpa a “Al-Qaeda y sus huestes de dementes homicidas” pero cuando Israel es el país agredido, los culpables son los mismos israelíes pues “tirotean, hieren y asesinan a mansalva con el menor pretexto”.
Vargas Llosa asimila a las autoridades de Israel y, por añadidura, a los ciudadanos que los eligieron con el régimen nazi, pero en realidad el socio de los nazis fue el gran muftí palestino, Muhammad Amin al-Husayni, quién se reunió con Hitler en 1941, la afinidad con el nazismo perdura en el actual presidente de los palestinos, Mahmud Abbas, un negador del Holocausto y justificador del odio a los judíos por su función social (las finanzas) pero hipócritamente disfruta sus aportes en la industria, medicina, ciencias y artes.
El citado muftí palestino ya había incitado pogroms en 1929 y 1936 contra la población judía en Palestina (nombre imperialista impuesto por Roma) ¿Acaso también fue culpable un Israel aún no creado?
¿Existe algún común denominador entre las víctimas israelíes, españolas, argentinas, francesas, inglesas, holandesas, norteamericanas?, ¿quiénes están enojados con todos?
Quizás esta sea la pregunta que responde al artículo de Vargas Llosa: Israel / Palestina: ¿Paz o guerra santa?, quien quiso firmar la paz con Israel lo logro de inmediato, y quienes persiguen la guerra santa descargan su ira en la rambla de Barcelona o en Madrid, cada vez más cerca de la mansión donde Vargas Llosa disfruta de los vaporosos vestidos de Isabel Preysler.
“Un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad”: Real Académica Española.
Culpar a Israel por el fracaso de la fórmula de dos estados cuando los palestinos se negaron a firmar los tratados de paz a pesar de concesiones notables, es otro aporte de Vargas Llosa al infundio israelofóbico, según escribe en La caja de los truenos dos frases antagónicas, los palestinos rechazan la paz pero el culpable es Israel, por ocupar territorios que había ganado en legítima defensa, y que sus vecinos rechazaron, solo para no firmar la paz.
“Por desgracia, en tiempos de Arafat, los palestinos rechazaron un proyecto de paz en el que Israel hacía concesiones notables, como devolver buena parte de los territorios ocupados y aceptar que Jerusalén fuera compartida como capital de Israel y de Palestina”.
Y lo contrario:
“Aunque la teoría de los dos Estados todavía asoma a veces en boca de los dirigentes de ambos países, nadie cree ya que aquella fórmula sea todavía factible, dada la política expansionista israelí, cuyos asentamientos en Cisjordania siguen devorando territorios y aislando cada día más a los pueblos y ciudades que conformarían el Estado palestino”.
Obviamente si los dirigentes palestinos continúan con su objetivo de acabar con Israel, los israelíes continuarán reforzando su seguridad, ya que de haber sido otro el resultado en una sola de las guerras en las que Israel fue agredido, sus ciudadanos habrían sido arrojados al mar.
Todo lo contrario sucedió con Egipto y Jordania que optaron por la paz y encontraron en Israel un socio para mantenerla.
Favorecer a los palestinos.
Si a Vargas Llosa le interesa el futuro de los palestinos más que criticar a Israel debería asesorarlos bien: en vez de culpar a terceros, que logren convivir entre ellos mismos, así sabrán de qué se trata la paz, para luego poder negociarla, que exijan a sus autoridades que inviertan en salud, educación e infraestructura los cuantiosos fondos que reciben en vez de armamentos y corrupción, que erradiquen la educación de sus niños hacia el odio y el martirio y les permitan ser protagonistas de un futuro mejor, fundamentalmente que opten por líderes religiosos que interpreten sus libros a favor de la paz, que modifiquen sus odiosas cartas constitutivas que establecen la destrucción de Israel, echar a los judíos al mar no los hará progresar, por lo contrario mediante el esfuerzo conjunto podrán lograr rápidamente desarrollo y bienestar.
¿Podrá Vargas Llosa superarse a sí mismo en pos del bienestar del pueblo palestino?
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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