Enlace Judío México e Israel – Gracias a la detección de ondas gravitacionales anticipadas por Einstein hace años que logró, el físico judío norteamericano Barry Barish obtuvo el Premio Nobel de Física 2017. Este año fue uno de los invitados de honor en la Ciudad de las Ideas y pudimos platicar con él.
¿Por qué recibió el Premio Nobel?
En 1950, Einstein hizo una nueva teoría de la gravedad después que habíamos vivido 200 años con la teoría de Newton. Esta teoría es muy difícil científicamente pero hizo una predicción específica que dice que justo como la electricidad tiene ondas, la gravedad también las tiene. Pero jamás pensó que podrían ser detectadas porque son muy pequeñas. No pudo tener la visión de lo que podríamos hacer en nuestro tiempo con láseres modernos y óptica, dispositivos más sensibles de los que pudo llegar a imaginarse.
Y mucho después de que hizo esta predicción, detectamos ondas de gravedad que venían de la fusión de dos hoyos negros.
Esto ocurrió hace 1.3 mil millones de años, pero tan lejos en el Universo que le tomó todo ese tiempo en años luz llegar hasta el punto en que captamos su señal. Y hace 1.3 mil millones de años en la Tierra apenas estábamos evolucionando de la vida unicelular a la multicelular.
Yo hice el pequeño metal con lo que la captamos y por ello me dieron el Premio Nobel.
¿Cómo nos afecta esto?
Cuando hacemos investigación no nos hacemos esa pregunta, pero tiene importancia. No estamos motivados para hacer un mejor celular o algo similar. Eso ocurre después. Uno no sabe para qué esto pueda ser positivo, lo que es verdad para los descubrimientos más importantes, pero cuando uno aprende más, lo puede usar, aunque a veces quizá no sea posible.
Alguna vez en los laboratorios que estaban cerca de donde yo estaba, había un experimento de Premio Nobel que vio algo llamado una “emisión espontánea”, que es otro concepto de Einstein. Ganó un Premio Nobel, alrededor del año 1950 o 1955, nadie sabía si tendría algún uso. Y resultó que ese fue el principio por el cual trabajan los láseres y estos son una de las más grandes industrias que hoy tenemos.
Sabía que sólo era un principio de física, probado en un laboratorio cerca de mi, donde alguien se hizo famoso y ganó un Premio Nobel.
Algún tiempo trabajé en la Universidad de Cornell y había un físico que estaba en un laboratorio nuclear donde probó otro principio de física nuclear llamado “resonancia magnética nuclear”, del que igualmente nadie sabía cuál sería su uso. Pero hoy día, creo que se trata del dispositivo de escaneo más importante que tenemos en medicina: la Imagen por Resonancia Magnética (IRM).
La moraleja de la historia es que aprender acerca de cómo trabaja la naturaleza a veces paga con muchos beneficios y a veces es solamente aprendizaje. Nosotros lo hacemos por conocimiento y deberíamos de apoyarlo por ello, pero tenemos el beneficio añadido de que a veces al aprender más acerca de la naturaleza obtenemos recompensas muy grandes.
¿Tu educación judía tuvo algo que ver con lo que haces y en cómo ves el universo?
Creo que toda educación tiene influencia sobre quiénes somos, cómo vivimos, cuáles son nuestros valores. No tuve una educación judía religiosa. Más que nada porque mi familia era muy pobre, por lo que no podía ir a una escuela hebrea. Pero vivimos dentro de una cultura judía de manera social y mi esposa es judía, y creo que ha afectado mi vida y valores. Me identifico con ello. Creo que es verdad en cualquiera que crezca en cierto tipo de ambiente.
Mis abuelos eran de la región de Europa del Este. Mi antepasados crecieron en una pequeña aldea cerca de Kiev. Llegaron a EE.UU. a inicios del siglo XX., a Omaha en Nebraska, donde yo nací y donde había una pequeña comunidad judía. Luego mi familia se movió a Los Ángeles por cuestiones laborales, donde hay una comunidad judía más grande.
No soy religiosamente judío, pero en mi vida tengo una esposa, amigos y cultura judíos. Eso me define.
¿Cómo te interesaste por la física?
De niño me gustaba leer. Mis padres no fueron a la escuela. Mi abuelo murió cuando mi padre era muy joven y tuvo que trabajar, no creo que haya terminado ni la secundaria. Mi madre venía de una familia donde su padre no le permitía a sus hijas ir a la escuela, por lo que no asistió. No tuve unos padres que fueron educados. Tenían un valor por la educación, pero no fueron educados.
Lo primero que descubrí de niño que me educó fue leer, me encantaba la narración de historias cuando era joven. Leía y escribía historias. Y eventualmente, quizá a los 12 o 13 años descubrí que leer ficción era mejor que las historias de misterio o ciencia ficción. Por lo que claramente estaba destinado a crecer no para hacer ciencia, sino para realizar una gran novela, a los 15 años esa era mi ambición.
Mi talento siempre estuvo en las ciencias y las matemáticas, era muy bueno en ello, pero no entendía qué hacer con ello. Fui disuadido de continuar mi camino por las letras debido a una profesora de la secundaria. Nos dio una novela para leer que no debía ser dada a alguien de 15 años, no entendía mucho del mundo para apreciarla: Moby Dick. Es una gran novela y muy larga, pero no para un joven de 15 años que no entendía metáforas. Fue algo de lo más aburrido para mi. Me dije a mi mismo: si esto es gran literatura, creo que tendré que hacer algo diferente de mi vida. Y así lo hice.
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