Enlace Judío México e Israel.- Una retirada estadounidense de Siria presenta un desafío serio para la estrategia del Presidente Trump — Irán está a punto de sacar ventaja de ello.
TONY BADRAN
La administración Trump anunció recientemente que todas las 2,000 tropas estadounidenses en Siria comenzarán a regresar a casa muy pronto. El Presidente Donald Trump, quien había expresado hace mucho tiempo su malestar con un despliegue militar extendido en Siria, explicó su decisión en un tweet: “Hemos derrotado al ISIS en Siria, mi única razón para estar allí durante la presidencia Trump.”
La decisión carga implicaciones para la política hacia Irán de la administración, cuando Teherán y su cliente, el régimen de Assad, están a punto de sacar ventaja de la retirada estadounidense. En septiembre, el Asesor en Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, dijo que Estados Unidos no abandonaría Siria “en tanto las tropas iraníes estén fuera de las fronteras iraníes, y eso incluye a los satélites y milicias iraníes.” El cambio repentino de esta política declarada podría tener serias consecuencias para la estrategia estadounidense en la región.
Los iraníes han estado trabajando para establecer un llamado “puente terrestre” o continuidad territorial que se extiende desde Teherán al Mediterráneo vía Irak y Siria. En el presente, la zona controlada por Estados Unidos en Siria oriental presenta un gran obstáculo para este objetivo. Ya las milicias chiíes lideradas por Irán están operando en los límites de la zona estadounidense y podrían avanzar rápidamente y conectar los terrenos iraquí y sirio. Esto proporcionaría a Irán rutas terrestres para entregar armas avanzadas a Hezbolá en Líbano, mientras aumenta las capacidades ofensivas en Siria, incluso en el sur, junto a la frontera del país con Israel.
En sus comentarios anunciando la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán en mayo, Trump confirmó que su administración trabajaría para “bloquear la actividad amenazante [de Irán] a través del Medio Oriente.” En abril, el presidente habló de no querer “dar a Irán acceso irrestricto al Mediterráneo.” No está claro que medidas tiene intención de tomar ahora la administración para cumplir este objetivo declarado. Aunque la retirada de Siria no elimina todas las opciones estadounidenses, cede terreno crucial a Irán.
La retirada de Siria afectará también la campaña de presión económica de la administración contra Irán y sus activos regionales. La zona controlada por EE.UU. en el este de Siria es hogar del grueso de los campos gasíferos y petroleros del país, actualmente fuera de los límites para Assad. Así, por años, Irán ha estado subsidiando las necesidades energéticas de su aliado sirio, costando miles de millones a Teherán. El régimen de Assad, con apoyo ruso e iraní, ahora se preparará para recapturar estos campos petroleros y de gas.
Salir de Siria significa que otros ingresarán
El vacío que crea la retirada estadounidense invitará a otros actores a ingresar. Turquía, que se ha opuesto durante mucho tiempo al surgimiento de una zona dominada por los kurdos protegida por Estados Unidos sobre su frontera sureña, también buscará capitalizar la situación. El Presidente Recep Tayyip Erdogan ya ha amenazado con atacar pueblos clave retenidos por los kurdos. Temiendo un ataque turco, las fuerzas kurdas probablemente mirarán hacia Rusia e Irán en busca de protección. Alternativamente, Turquía misma podría aceptar la supremacía rusa en la región, dado que mantiene a raya a los kurdos. De cualquier forma, las fuerzas y regiones kurdas probablemente se plegarán dentro del bando ruso-iraní.
La retirada estadounidense también afecta a Israel. Desde el estallido de la guerra en Siria, Israel ha estado atacando infraestructura militar y sistemas de armas avanzadas iraníes desplegados en Siria y en tránsito a Hezbolá en Líbano. Aunque Israel, según se informa, ha atacado blancos iraníes en Siria oriental, sobre la frontera con Irak, la presencia de una zona controlada por Estados Unidos allí mitigaba la amenaza. Israel tendrá que recalibrar, y posiblemente intensificar sus operaciones en el área, aun cuando vuelve su atención a la amenaza iraní en Líbano.
La retirada de la administración Trump del acuerdo con Irán y campaña anunciada de presión máxima sobre Teherán fueron medidas estratégicas importantes para replegar la expansión de Irán en el Medio Oriente. Pero una retirada estadounidense precipitada de Siria — dando a los clientes de Irán el control de los recursos energéticos de Siria y a sus fuerzas libertad de movimientos a través de la región — presenta un desafío serio para la estrategia del Presidente Trump.
*Tony Badran es miembro investigador especializado en Siria en la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Fuente: USA Today
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.
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