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viernes 15 de noviembre de 2024

Ucrania honra a militares que colaboraron con los nazis

Enlace Judío México e Israel.- El embajador de Israel en Ucrania, Joel Lion, en el 2018 describió a los héroes nacionalistas de ese país “como históricamente un horror para los judíos”. Stepán Bandera y Roman Shokhevych son vistos como “héroes que lucharon por la independencia de Ucrania, empero, no se contemplan como lo que realmente fueron: asesinos de miles de judíos y polacos durante la Segunda Guerra Mundial”.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Inexplicablemente, el gobierno de Ucrania ha tratado de rehabilitarlos como héroes nacionalistas que lucharon contra los nazis y contra las tropas de ocupación de la URSS. Bandera y Shokhevych fueron activos militantes del Ejército Ucraniano, una guerrilla surgida durante la Segunda Guerra Mundial (1942), UPA, que fue la rama militar de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, su meta era lograr la independencia de Ucrania. Entre 1943 y 1950 su jefe fue el General Roman Shokhevych y su líder político Stepan Bandera.

Bandera, hijo de un sacerdote católico griego con vocación nacionalista, nació en 1909, es evaluado como un personaje fanático y nocivo. Desde los 20 años se mostró como un líder y usó su influencia para guiar a un grupo de violentos a una dirección extrema; ordenó la ejecución de un par de presuntos informantes y fue responsable de otras muertes; robó bancos, oficinas de correos, comisarías y casas privadas en busca de fondos, un verdadero bandolero.

El odio de Bandera a los judíos había estado profundamente vinculado al concepto nacionalista ucraniano, desde al menos el siglo XVII cuando miles de campesinos ucranianos, “enloquecidos” por los abusos de los terratenientes polacos y sus gerentes de raíces judías, se embarcaron en una cruel sangría bajo el liderazgo de un noble llamado Bahdán Jmelnytsky, el “rey histórico de los pogromos”, (matanzas despiadadas contra civiles judíos). En 1938 los miembros del grupo nacionalista ucraniano quemaron alrededor de un centenar de familias judías fuera de sus hogares en la ciudad de Kostopil, situada en lo que hoy es Ucrania Occidental.

Por su parte, Román Shokhevych nacido en 1907, fue el jefe supremo militar de la UPA, desde 1943 fue uno de los artífices del genocidio nazi entre los polacos. En 1939 dirigió el batallón “nachtigall” de la Wehrmacht (Fuerzas Armadas unificadas de la Alemania nazi 1935-1945), formado por ucranianos al servicio de la Alemania nazi. Tras la Segunda Guerra Mundial continuó la guerra por la independencia de Ucrania contra la Unión Soviética. Murió en 1950 en combate. Recibió póstumamente el título de “Héroe de Ucrania” por el presidente Yüshchenko en el 2007, el cual fue revocado posteriormente.

Si bien Bandera y Shokhevych eran antisemitas consumados vía los judíos que durante siglos sirvieron a los polacos para manejar sus tierras en Ucrania, empezaron a cooperar con los nazis por razones geopolíticas, en virtud de que Alemania era un oponente tradicional de Polonia y también podría ser un vínculo para que Ucrania lograra su independencia de la URSS. Alemania era el único país que podía desafiar a Polonia y a la URSS.

Bandera y Shokhevych, a través de su colaboración con los nazis, son culpables indirectos de la tragedia de Babi Yar (Barranca de la Abuela), una herida ucraniana donde fueron asesinados en un breve lapso hasta 100 mil personas. Babi Yar fue el primer sitio del Holocausto judío “realizado con macabra eficiencia” por los comandos de ejecución nazi, en dos días, a las afueras de Kiev, la actual capital de Ucrania.

El 22 de junio de 1941 las tropas de la Alemania nazi y sus aliados invadieron la Unión Soviética en la denominada operación Barba Rosa. Los ciudadanos de Kiev dieron la bienvenida a los nazis, ingenuamente pensaron que los liberarían de la opresión del estalinismo. Muchos se alegraron de que por fin alguien iba a poner en orden a sus vecinos judíos, a los que la propaganda soviética culpaba de las hambrunas que había provocado la colectivización de la agricultura de Ucrania.

En este contexto, no lejos de Kiev estaba Babi Yar, donde estaban situados un hospital siquiátrico y una prisión, fue el mejor lugar, sin testigos ni interrupciones. El 27 de septiembre de 1941 fueron masacrados los pacientes de la clínica, “basura humana”, como los nazis los llamaban y que decidieron borrar del mapa a los judíos. El 28 de septiembre los nazis ordenaron a todos los judíos de Kiev y sus alrededores presentarse en las calles Meinika y Dokhturov, debiendo portar sus documentos, dinero, y ropa de abrigo; cualquier judío que no cumpliera sería fusilado.

Decenas de miles de judíos se presentaron al sitio indicado creyendo que se trataba de una deportación, al borde de una barranca de Babi Yar se les disparó y los cuerpos rodaron al fondo del barranco. Muchos nazis estaban medio borrachos para cumplir su tarea de matar a sangre fría.

Entre el 29 y 31 de septiembre, 33,771 judíos fueron ejecutados, sin embargo, las matanzas fueron mayores, hasta 50 mil, durante esos días. En Babi Yar también mataron sin piedad a prisioneros soviéticos, gitanos, enfermos mentales e integrantes de la resistencia ucraniana. Se estima que murieron 120 mil, aunque otros cálculos sitúan la cifra hasta en 200 mil.

El papel de los colaboradores ucranianos con los nazis en las masacres de judíos está ampliamente documentado. Hasta el día de la liberación de Kiev por el Ejército Rojo, el 6 de noviembre de 1943, 200 mil personas murieron en Babi Yar y sus alrededores. Durante la Guerra Kiev fue duramente bombardeada y en gran parte fue destruida. Kiev se convirtió en la capital de la Ucrania independiente en 1991; su población hoy en día asciende a 2.9 millones.

A pesar de las escaramuzas con los alemanes, la UPA llevó a cabo entre 1943 y 1944 operaciones de limpieza étnica en las provincias de Temopil, Lviv y Stanyslaviv en las que mataron entre 35 mil y 70 mil civiles polacos, mientras que por el terror provocaron el desplazamiento de otros 300 a 400 mil. La UPA tenía entre 100 y 200 mil efectivos hombres en el verano de 1944.

En 1939 había 175 mil judíos en Kiev, 20.0% del total de la población, cuando llegaron alemanes solo quedaban un poco más de 50 mil, los demás habían huido.

En el presente se estima que en Ucrania viven alrededor de 250 mil judíos, la comunidad está en crisis por la situación económica existente por la Guerra de Ucrania con Rusia, además carece de una base sólida de identidad y se ve afectada por el antisemitismo que impulsaron con vigor Bandera y Shokhevych. Los problemas de desarrollo, la educación, la juventud y la identidad deben ser abordados; la comunidad carece de organización y estructura. Aunque la comunidad judía de Ucrania está a favor de Israel, hay una sensación de falta de apoyo de este último.

El antisemitismo y la negación del holocausto se encuentran entre los retos que la comunidad intenta superar. Por lo demás, es inaceptable que en el presente el gobierno de Ucrania glorifique a los verdugos de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

 

 

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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