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jueves 21 de noviembre de 2024

Mishpatim: Dime con quién te sientas y te diré quién eres

“Cuando prestes dinero a alguien de Mi pueblo, al pobre que vive junto a ti,
no lo oprimirás, no tomarás de él intereses”.
Shemot 22:24

Enlace Judío México e Israel.- En la Parashá de esta semana tenemos un gran número de Mitsvot. Muchas de éstas se refieren a nuestra actitud hacia el prójimo. Entre ellas nuestra obligación de asistir a los más necesitados.

EVITAR EL COLAPSO ECONOMICO

Los rabinos describieron este precepto, la tsedaqá, explicando que hay 8 categorías de asistencia material al necesitado. La categoría más alta consiste en ayudar a alguien evitando que colapse financieramente y se vea en una situación en la que necesite pedir asistencia. Por ejemplo: a) Ofreciéndole trabajo a alguien que perdió su empleo. b) Prestando dinero a alguien que le va mal en sus negocios para que se pueda mantener y no caiga o quiebre.
Refiriéndose a este segundo caso la Torá dice que el que prestó el dinero no puede cobrar intereses. Y tampoco puede acosar al deudor, por ejemplo, yendo a su domicilio particular, avergonzarlo frente a su familia o conocidos, etc.

MI PUEBLO

Otra importante lección que se aprende de este versículo se relaciona con una palabrita que podría pasar desapercibida. Esa palabrita es ‘ami (עמי), “Mi pueblo.”

En este versículo, Dios habla de los pobres como “Mi Pueblo”, es decir, el pueblo de Dios. Los Sabios dijeron lo siguiente: “Hashem es muy diferente a los hombres. En la mayoría de los casos, cuando alguien tiene un familiar pobre, no le gusta que lo vean con él, porque no quiere ser identificado con los pobres…. pero cuando alguien tiene un familiar rico, corre hacia él y trata por todos los medios que la gente lo vea en su compañía, para elevar su prestigio… Hashem actúa diferente: “Su Pueblo” se refiere a ‘los pobres de Su pueblo’. Hashem está con los pobres, se identifica con ellos y nos enseña a que nosotros también nos identifiquemos con ellos…

DIME CON QUIEN NO TE SIENTAS…

No es raro, lamentablemente, que los pobres -especialmente si es de conocimiento público que son pobres- sean literalmente dejados de lado y que en un evento social o una fiesta nadie quiera sentarse en su mesa. Todos quieren estar en compañía de los ricos, y aparecer en las fotos con ellos.

Este pasuq nos enseña que debemos tratar a los que tienen menos que nosotros con especial deferencia. No solo a través de la ayuda material sino también empatizando con su situación. Comportarnos hacia los que tienen menos como nos gustaría que nos trataran a nosotros mismos si estuviéramos en esa condición.

Este hermoso versículo nos enseña una enorme lección. Que Hashem está del lado de los pobres, que se identifica con los más necesitados. Esta identificación, estar o sentarse junto a los más necesitados, es un acto de humildad, de bondad, de empatía y por sobre todo un acto en el cual imitamos los nobles atributos de Hashem.

 

 

Fuente: halaja.org

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