Enlace Judío México e Israel – “… las mejores parejas se pelean, y casi todas se persiguen con un hacha…”
IRVING GATELL PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO.
El amor es uno de los temas más controversiales que existen. ¿Sentimiento? ¿Actitud? ¿Convicción? ¿Estilo Hollywood? ¿Arreglado por los padres y los rabinos? ¿Amor es igual a sexo? ¿Existe amor sin sexo?
A lo largo de la Historia, el Judaísmo ha acumulado montones de reflexiones sobre el tema. Tomando en cuenta que en la red se podrán encontrar muchos ejemplos de frases sesudas y trascendentales, propuestas por jajamim y rabinos de gran estatura espiritual, en esta ocasión me avocaré a presentarles las opiniones de los otros sabios judíos, los heterodoxos maestros en el arte de… la comedia.
Comencemos con Woody Allen, que en los guiones de sus películas o en sus shows de Stand Up Comedy, nos regaló joyas como estas:
“Escribí mis memorias amorosas y las quise vender a alguna editorial, pero ninguna se interesó. Me las compraron los de Parker Brothers, y ahora van a hacer un juego de mesa con ellas”
“No recuerdo cuál es la pregunta, pero la respuesta es el sexo”
“La diferencia entre el sexo y el amor es que el sexo relaja la tensión, y el amor… la produce”
“¿Que el sexo es cochino? Sólo cuando se hace adecuadamente…”
“Los hombres aprenden a amar a las mujeres que les atraen; las mujeres aprenden a atraer a los hombres que aman”
“La respuesta es el amor, pero mientras llega esa respuesta, el sexo te ayuda a resolver algunas otras preguntitas”
“Amar es sufrir. Para evitar el sufrimiento uno debe no amar. Pero entonces uno sufre porque no ama. Entonces, amar es sufrir y no amar es sufrir; sufrir es sufrir. Ser feliz es amar. Entonces, ser feliz es sufrir, pero sufrir nos hace infelices. Así que para ser feliz uno debe amar o amar para sufrir o sufrir por tener mucha felicidad”
“Es una pareja hecha en los cielos… por un ángel con retraso mental”
“El sexo sin amor es una experiencia sin significado alguno; pero dentro de lo que es una experiencia sin significado alguno, es endemoniadamente bueno”
“No me casé con la primera chica de la que me enamoré en la universidad porque hubo un conflicto religioso entre los dos. Ellá era atea y yo agnóstico, y nunca nos pusimos de acuerdo sobre en cuál religión no educar a nuestros hijos”
“¿El cerebro? ¡Mi segundo órgano favorito!”
“Soy un gran amante porque practico mucho conmigo mismo”
“No te quejes de la masturbación. Es sexo con alguien a quien realmente amas”
“Recuerdo la noche, recuerdo el hotel, recuerdo la cama, pero no la recuerdo a usted; a menos que haya sido quien estaba debajo de mí”
“Hacer el amor con la propia esposa es como dispararle a un pato dormido”
“Mucha gente cree que el matrimonio interfiere con el romance. Es cierto. Siempre que tienes un romance, tu esposa está lista para interferir”
“Cualquiera que diga que puede ver el interior de una mujer, se está perdiendo demasiadas cosas buenas”
“Me casó un juez; debí haber exigido un jurado”.
“Siempre he buscado una mujer como tú; no tú, sino una mujer como tú”
“El matrimonio es la principal causa del divorcio”
“Cortejé a una mujer durante dos años sólo para descubrir que teníamos los mismos gustos: a los dos nos volvían locos las mujeres”
Y también de Billy Crystal:
“Cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con esa persona, quieres que el resto de tu vida empiece de inmediato”
“Las mujeres necesitan una razón para tener sexo; los hombres sólo necesitamos un lugar”
En “El Rey Enamorado”, un monarca de tintes shakespeareanos se debate entre mantenerse en el trono o renunciar a él para dedicarse al amor que siente por una plebeya:
“¿El trono, o María Blessing? A fin de cuentas, el trono sólo lo quiero para posarme encima de él y satisfacer mis deseos, los más sublimes y los más perversos; en cambio, a María Blessing la quiero para… ¡Caramba! ¡Qué coincidencia!”
En el “Canon Real”, dos músicos intentan complacer a un rey tratando de elogiar a la reina. Presentan una primera versión de su canción, interpretada por una sola persona:
“Dulce reina mía
Una nueva fantasía en cada nuevo verso
Deseo mostrarte
No quiero decir más
Lo que tú ya sabes
El día en que te conocí
Me pareció muy grande tu inteligencia
Vi tu nariz diminuta
Vi tu cabellera cayendo sobre tu cintura
Y tus pechos maternales
Y ahora ves la sombra
De uno que sin esperanzas te ama
Ves el llanto
Del infeliz
Porque tú perteneces a otro
Sólo eres de tu marido”
Pero el rey les pide que la canten a dos voces, y entonces intentan hacerlo en canon, uno imitando lo que previamente cantó el otro. El resultado es un absoluto desastre (marco en itálicas lo que canta el segundo músico; de todos modos, léase todo de corrido para disfrutar el desastre en toda su plenitud):
“Dulce reina mía
Una nueva fantasía en cada nuevo verso
Dulce reina mía
Deseo mostrarte
Una nueva fantasía en cada nuevo verso
No quiero decir más
Deseo mostrarte
Lo que tú ya sabes… (quejas del público)
El día en que te conocí me pareció
El día en que te conocí
Muy grande
Me pareció muy grande
Tu inteligencia, vi tu nariz
Tu inteligencia
Diminuta (el público murmura)
Vi tu nariz
Vi tu cabellera
Diminuta
Cayendo sobre tu cintura
Vi tu cabellera
Y tus pechos
Cayendo sobre tu cintura… (gritos de molestia)
Y ahora ves la sombra de uno que sin esperanzas te ama
Y ahora ves la sombra
Ves el llanto
De uno que sin esperanzas te ama
Del infeliz
Ves el llanto
Porque tú perteneces a otro
Sólo eres
Del infeliz
De tu marido…” (el rey ordena a los guardias arrestar a los músicos)
Y en la “Marcha de la Conquista” tenemos la muy particular perspectiva que un militar puede tener sobre el romanticismo:
“Siempre guardo el recuerdo de aquel día
Aunque nunca comprendí lo que ocurrió
Mi amor le declaré a María
Y ella entonces se ofendió
Caminábamos por un bosquecillo
Alegres cantaban los pajarillos:
¡Pío!
¡Pío!
Saltamontes, abejas y cigarras,
Gusanillos, luciérnagas y grillos,
Abejorros, libélulas, mariposas,
Revoloteaban en torno a nuestro afecto
Y le dije con voz temblorosa:
Este sitio está lleno de insectos
Con dulzura le pedí que se acercara
Su mirada desvío timidamente
Y para lograr que me mirara
Yo le dije: ¡Vista al frente!
Nunca pude comprender lo que ocurrió
Y por eso mi relato aquí se cierra
Nunca supe por qué causa se ofendió
Cuando le dije
¡Cuerpo a tierra!”
O la cita de una carta del inmortal Johan Sebastian Mastropiero:
“Querida Condesa Shortshot, nuestro amor se rige por el Teorema de Tales: cuando nuestros cuerpos están horizontales y paralelos, nuestros segmentos resultan maravillosamente proporcionales”
Y para contarnos el origen del madrigal “La hermosa y graciosa moza”, primero nos explican la extraña relación entre Mastropiero y tres damas de la aristocracia:
“Mastropiero era muy amigo de la Condesa de Lowbridge, mujer madura cuyos encantos no habían disminuido con los años. Habían desaparecido. Mastropiero fingía ardorosa pasión por la duquesa, pero a sus espaldas le hacía la corte a su hija, Genoveva. De esta manera siempre podía ingresar en el castillo y frecuentar a su nieta, Matilde. Semejante juego de simulacros galantes daba excelentes resultados. No era la primera vez que este sistema era utilizado… por las tres mujeres”
Y nos han dado también el maravilloso bolero “Perdónala”, donde un hombre dolido se alterna con sus amigos para reflexionar sobre lo que ha sido su relación con Esther. Allí incluso nos enteramos de algunos hábitos que suelen tener las mejores parejas cuando se pelean:
“No querría con Esther seguir viviendo
Lo que hizo ya no puede perdonarse
Que se vaya, no me agrada estar sufriendo
Ciertas cosas no deben olvidarse
Perdónala, perdónala, es dulce, te fue fiel, es una dama
Perdónala, perdónala, seguro que ella aún te ama
No querría con Esther seguir viviendo
Lo que pude perdonar lo he perdonado
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
Confesó que ella nunca me había amado
Perdónala no obstante, regresa a aquellos besos como miel
Esther te fue leal, te fue constante y toda la vida te fue fiel
No querría con Esther seguir viviendo
Nuestra vida fue amarga como hiel
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
Confeso que ella nunca me fue fiel
Compréndela, ten calma, fueron sólo veinte hombres hasta ayer
Y piensa que en el fondo de su alma, esa muchacha es una dulce mujer
No querría con Esther seguir viviendo
Ya no puedo perdonar a esa muchacha
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
Me persiguió por la casa con un hacha
Tolérala, es sólo una muchacha
Conviene que unos días no se vean
Las mejores parejas se pelean
Y casi todas se persiguen con un hacha
No querría con Esther seguir viviendo
Mis amigos nunca fueron de su agrado
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
Opinó que eran todos unos vagos
¡Olvídala! Debes olvidarla
De esa bruja por fin te liberaste
Pero cuéntanos antes de olvidarla
Qué fue lo peor, lo que no le perdonaste
Lo último que hizo fue tremendo
Eso sí que no puede perdonarse
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
Decidió quedarse”
Y terminamos con una última frase sobre la verdadera amistad:
“Si estás en la cárcel, un buen amigo es aquel que está intentando sacarte de allí; pero tu mejor amigo es el que está en la celda de junto diciéndote ‘demonios, qué divertido estuvo eso…’”
Groucho Marx
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