Enlace Judío México e Israel.- I.S. es uno de los oficiales de Tzahal más impactantes que hemos conocido a lo largo de los años. La primera vez que lo vimos y entrevistamos, ya años atrás, fue en ocasión de un brindis por Navidad y Año Nuevo en honor a los soldados cristianos de las Fuerzas de Defensa de Israel. Recordamos lo surrealista de la escena. Llegamos a Beit HaJaial en Haifa, donde media hora después comenzaría el evento, y a la entrada había decenas de soldados en los distintos uniformes de Tzahal y la Guardia de Fronteras….todos hablando en árabe.
ANA JEROZOLIMSKI
Ya en la primera entrevista con I.S.-cabe aclarar que se publican sólo las iniciales de su nombre y no se muestra su rostro ya que así lo requiere su nuevo cargo en la defensa cibernética en la Marina- quedó claro que estábamos ante alguien con un nervio motor muy especial: la convicción, la ideología, la certeza que estaba haciendo lo correcto al servir en las Fuerzas de Defensa de Israel, no solamente por ser un ciudadano más, sino porque para los cristianos-así nos decía-era lo mejor.
A lo largo de los años I.S. vivió un proceso singular en cuanto a su propia identidad. El vínculo con el país en el que nació, su condición de israelí defensor del Estado, los tuvo siempre. Pero años atrás, aún se consideraba “árabe cristiano”. Hasta que empezó a estudiar sobre su propia identidad, sobre sus raíces y comprendió que estaba equivocado, que aunque su idioma madre sea el árabe, él es simplemente cristiano israelí.
Sobre esto, sobre su camino en Tzahal y su visión de Israel, es esta entrevista.
P: Debo comenzar con mis felicitaciones de todo corazón. Te has ganado este ascenso marcando caminos.
R: Sin duda el tema no es mío personal, el hecho que yo llegué a ser Teniente Coronel. Claro que me alegra mucho también en lo personal, es un orgullo. Pero lo central es el camino que se ha abierto.
P: Aparte, has tenido y sigues teniendo cargos de gran confianza.
R: La verdad es que también en mi puesto anterior en el cuerpo de Telecomuicaciones, en el tema de la defensa cibernética, hay solamente tres oficiales en todo Tzahal, uno en el norte, otro en el centro y uno en el sur. Y ahora, lo haré en la Marina.
P: Marcando caminos decíamos…y me imagino que eso se mide al menos en parte cuando ves las reacciones de otros que no daban crédito cuando comenzaste.
R: Exacto. Te cuento que hace poco, en Navidad, luego del encuentro con el Primer Ministro, recibí un mensaje de un cristiano comunista que conozco. Su familia es de los fundadores del partido comunista en Nazaret. En el liceo siempre teníamos discusiones ideológicas. Yo era el número 2 en los estudios y él era el número 3. Ante todo me sorprendió recibir un mensaje suyo deseándome feliz Navidad. Me puso así: “¿Te acuerdas que en 4° de liceo ya eras muy firme respecto al camino que querías seguir? Hoy te digo que me doy cuenta que el equivocado era yo”. Le respondí que “solamente quien va contra la corriente puede descubrir el origen del río”. Y me volvió a escribir: “La corriente es un tema conceptual. Yo no olvidaré nunca cuán confundidos estábamos nosotros y cuán decidido estabas tú”.
CUESTIÓN DE IDENTIDAD
P: Aunque en aquellos años, aún te considerabas “árabe cristiano”.
R: Así es. Cuando me enrolé yo aún me presentaba como árabe cristiano. Así percibía mi identidad. Cuando comencé a lanzar el Foro para reclutamiento de los cristianos en el 2012, era un momento muy difícil en el país, no tuve tiempo de ahondar en el tema de la identidad. Aclaro que para mí, “árabe” no es un insulto sino que no es mi identidad.Ahora lo entiendo. Lo entendí cuando comencé a investigar, a estudiar más a fondo . También entendí así el tema de las minorías en Tzahal, ya que Tzahal es la casa de todos, acá todos somos iguales. Creo que Tzahal es el único lugar en el que realmente no se mira para nada el tema de la religión de cada uno. Fuera del marco militar claro que existe.
Con el tiempo me di cuenta que los cristianos no estudiábamos nada de nuestras propias raíces. Estudiábamos sobre la historia de los árabes y el Islam pero no sobre lo nuestro. Y creo que si uno no estudia sus raíces, no se siente parte, no tiene por qué sentir el apego al lugar en el que nació. El ciudadano israelí cristiano que sigue con su vida común, no se plantea todo esto. Pero para mí, justamente el servicio en Tzahal me incidió en la búsqueda de mi propia identidad.
Ya lo digo Igal Alon: “El pueblo que no conoce su pasado, tiene un presente pobre y su futuro en nebulosa”.
P: ¿Pero para los cristianos israelíes te parece que la problemática es distinta de otras, es un desafío mayor?
R: Claro, viven una realidad compleja, no porque Israel no los proteja, sino porque en su vida diaria son una minoría dentro de la minoría, viven en general en localidades de mayoría musulmana. En Gush Halav, donde vive mi amigo Shaddi Khalul, que encabeza la Asociación Aramea de Israel, él logró introducir el tema del legado arameo, pero en la Galilea eso no existe. ¿Acaso la policía puede poner a alguien a cuidar cada casa cristiana? Claro que no.
P: ¿Y tú sientes que puedes cambiar todo eso?
R: Yo siento cierta responsabilidad, porque he ido al frente. Yo estoy en el ejército y quiero seguir aquí, defender a Israel. Al mismo tiempo quiero marcar un camino en la comunidad cristiana para que todos sean conscientes de sus raíces. Y de la importancia de ver en Israel su país.
P: ¿Hay algo en todo esto que deriva de la historia de tu propia familia?
R: Sí, así es. Mi abuelo antes de morir a los 89 años en el 2015 me explicó que su abuelo había huido de Armenia cuando el genocidio perpetrado por los turcos. Lo mataron y le cortaron la cabeza. Su padre logró llegar aquí. Los cristianos de lo que es hoy Israel eran en aquel entonces en su mayoría ortodoxos. Se enroló al ejército británico en Nazaret. Los árabes lo mataron. Así que debo tener bien clara mi identidad, que no es árabe.
P: Cuando dices que estudiaste sobre tus raíces, el tema es histórico, no sólo religioso. Los cristianos estaban aquí antes de la conquista árabe.
R: Por supuesto. Hay una aldea en el norte, Dir el-Assad, considerada hoy una aldea árabe. Pues era una aldea cristiana. En la época del califa Omar Ibn Khattab él la convirtió en un pueblo árabe, echó a los cristianos. Y emitió un documento con instrucciones a “Nassar a-Sham” y “ Nassar al-Quds”.
P: Los cristianos de Siria y los cristianos de Jerusalén.
R: Exacto. No dijo en ningún momento “ a los árabes cristianos”, porque no eran árabes. Y las instrucciones eran que un cristiano no puede montar caballo, no puede tocar una campana, no puede llevar una cruz al cuello y no puede impedir que alguien de su familia se convierta al Islam si lo desea. El problema es que muchos cristianos aquí no saben, no conocen la historia, ni tampoco la identidad judía del propio Jesús. Yo me pregunto por qué los cristiano no estudian esto. Y les recuerdo que no hay ningún nombre árabe entre los apóstoles. Si no estudiamos nuestra propia historia, arruinamos nuestro legado. Por eso les digo a los cristianos aquí que vuelvan a sus raíces, así como los judíos volvieron a sus raíces.
P: ¿Todo esto pasa también por el tema de las posturas a favor o en contra de Israel?
R: Mira, yo creo que el término “árabe cristiano” es político, como para colocarnos del lado anti israelí. Yo le digo al mundo occidental: dejen de acusar a Israel de todo, de culparlo por todo lo que ocurre. Y a los cristianos les digo que miren alrededor y estudien y así comprenderán perfectamente cuál es su identidad. Y dónde es que están bien, solamente en Israel.
VÍNCULO NACIONAL
P: ¿Dónde entra aquí en este planteamiento tu vínculo a nivel nacional con Israel? Es que antes de saber todo lo que sabes ahora sobre la historia cristiana en la tierra de Israel, sobre tu propia identidad, cuando aún te presentabas como árabe cristiano, tenías claro que irías al ejército, que querías servir en las Fuerzas de Defensa de Israel. ¿Por qué?
R: Yo vivía en Nazaret Ilit, la ciudad de mayoría judía, a diferencia de Nazaret. Todos mis amigos eran judíos. Estudiaba en Nazaret y cuando volví a casa en Nazaret Ilit estaba con mis amigos judíos. Jugaba con ellos al basketball, iba con ellos a los Tzofim (Scouts), tenía una novia judía .Vivía con los judíos todo el tiempo y jamás sentí ninguna diferencia. Nunca nadie me dijo nada ni me llamó de árabe en forma despectiva.
P: Todo lo que me cuentas puede llevar a que quieras enrolarte para ser como todos tus amigos. Pero en ti había otra cosa.
R: Sí. Te diré que en aquellos años, en Nazaret, el partido comunista era muy fuerte y estaba logrando mucha influencia. Y yo oía cómo hablaban algunos de mis compañeros de clase y les decía que no entiendo de qué judíos hablan, que yo vivo con los judíos y jamás tuve problemas con ninguno, ni ningún incidente violento. Quienes sí me atacaron habían sido árabes musulmanes.
P: Mi pregunta es si ya entonces, además de querer ser como todos tus amigos judíos, ya sentías la dimensión nacional, el vínculo con Israel como tu país. Y no olvido que en aquellos años aún decías que tu identidad es árabe cristiano.
R: Yo creo que hay alguien que creó el mundo, creo en Dios. Y te diría que sentí que vino de arriba que empecé casi al mismo tiempo con el Foro para incentivar el reclutamiento de los cristianos, y lo que pasó en el mundo árabe bajo el nombre de “la primavera árabe”. Cada cosa que pasaba yo sentía que hacía que los cristianos aquí tengan más claro cuáles son sus raíces, cuál es su vínculo con la tierra en la que viven y dónde están bien. De arriba. Mira lo que les pasa a los cristianos en Belén, son un porcentaje ínfimo de la población. En Gaza creo que no pasan de 600 ó 700 familias. Sabemos con qué problemas lidian en Egipto e Irak. Hay un problema de identidad. Jesús digo que hay que amar al enemigo así que si fuera sólo por la violencia, no se irían todos. Cuando la identidad se pierde, también se pierde el vínculo con la tierra. La identidad y el sentido de pertenencia van de la mano y eso es lo que puede conectar a todos los cristianos de Israel.
Y creo que aquí la gran revolución la podemos hacer nosotros, los cristianos en Tzahal. Habrá que esperar aún unos años más, eso estimo, para ver un liderazgo que también inspire a todos mayor seguridad.
CIUDADANÍA, NO SÓLO EN TZAHAL
P: Pero la inserción y la sensación de pertenencia no puede pasar solamente por el servicio militar. En tu caso esto es clave y has avanzado mucho, pero la pregunta es cómo se sienten ciudadanos israelíes cristianos que no van al ejército y quieren ser parte integral de la sociedad.
R: Hay numerosos cristianos que no hicieron el servicio militar y que apoyan plenamente a Israel y consideran que su vida va de la mano de Israel. Hay un hotel en Nazaret, no diré cuál, cuyo dueño no hizo ejército, pero tiene banderas de Israel por todos lados y siempre me dice que lamenta no haberse enrolado. Y yo te diré por qué el ejército es tan importante.
P: Tengo clarísimo que es importante. Lo que digo es si no puede haber la misma inserción, si no se puede ser parte plenamente, también sin hacer servicio militar.
R: Claro que se puede. Pero te diré cuál es el problema. Conozco dos policías cristianos ya jubilados, que no hicieron ejército.Yo creo que no se atreverían a detener a un árabe si necesitaran hacerlo. Tendrían miedo. El ejército da mucha seguridad.¿Te parece que yo voy a tener miedo que alguien me diga algo en la calle, después de todo lo que he luchado? ¿Voy a temer que me ataquen a mí o ataquen a mi familia y que yo no pueda defenderme? Imposible. Además, el uniforme disuade porque es interpretado como símbolo del Estado. Tzahal es la tarjeta de entrada a la sociedad israelí. Quien no puede, que no se enrole, no hay problema. No pasa nada. Ni siquiera digo que todos se tienen que identificar. Pero que no molesten.
Trato también de entender de fondo cómo puede estar pensando alguna figura pública cristiana, quizás un intendente…no sé…Sabe que vive en un Estado democrático y que si critica en algo a Israel, no le pasará nada. Pero si habla contra los palestinos o critica a los árabes ¿qué le pasará? Es otra cosa. Yo sé de un ex intendente de Nazaret, hace tiempo, que como hablaba muy abiertamente por el Estado, hubo que ponerle guardia en la casa. Conozco personalmente al policía que lo cuidaba. Pero cuando empezó a cambiar de tono, la calle “dura” árabe lo abrazaba. Él sabía que Israel, democrático y libre, no le haría nada por criticar nada.
UNA VIVENCIA PERSONAL
P: ¿Cómo has vivido esto en lo personal, con tu familia?
R: Si le preguntas a mi esposa, cuando yo digo que quiero que nuestro hijo también haga ejército, tiene miedo.
P: ¿Por guerras o por ataques en la calle?
R: Ambas cosas. La puedo entender.
P: ¿Tú nunca tuviste problemas?
R: Una vez, en Nazaret. Y nunca más me molestaron. La verdad, actué con inteligencia. Fui yo mismo a las oficinas del partido comunista, de uniforme. Les dije “si tienen algún problema, me lo dicen acá personalmente, no escondidos detrás del Facebook”. Desde entonces, ni mencionaron mi nombre nunca más. Yo, claro está, no voy a tomar la ley en mis manos. Nunca. Y no tengo dudas de que a veces, a alguien que se le oye hablar contra el Estado, le están presionando por otro lado, tiene miedo a la calle.
SEGUROS EN UN ESTADO JUDÍO
P: Hay un tema de fondo que resulta ineludible tratar. Israel es un Estado democrático en el que viven libremente todos sus ciudadanos, independientemente de su religión. Al mismo tiempo, está claro que es un Estado judío, de mayoría judía. ¿Qué dices si alguien alega, discutiendo contigo, que no eres parte y que la reciente ley que determina que Israel es el Estado nación del pueblo judío, lo confirma?
R: Yo no voy a opinar directamente sobre la ley porque ahora es un tema político.
P: Aunque ya me dijiste tiempo atrás que consideras que solamente en un Estado judío los cristianos pueden estar seguros.
R: Exacto. Y lo sigo pensando. Pero te digo más. Yo me enrolé al ejército del pueblo judío. Al Estado judío.¿Quieres que te cuente qué pasó en Líbano? Tengo familiares allí. En la época de Bashir Jumayel, Líbano era un Estado cristiano. Pero empezaron a introducir cambios en su constitución, a llamarle “país de todos sus ciudadanos”.Y hoy en día los cristianos ya no son relevantes allí. Se convirtieron en extranjeros en su propia tierra. Así que yo entiendo al pueblo judío. No hay que sacar la palabra “judío” de esa ley. Israel ES un Estado judío. Y para mí, es importante que lo siga siendo. Porque en el momento en que deje de serlo, tenemos claro quién tomará el control. Y ese mismo día , en el primer avión que salga de aquí, estaré yo con mi familia. No me quedaré en un Estado que no está gobernado por los judíos, porque es por los judíos que hay aquí libertad de cultos. Todos sabemos qué pasa a nuestro alrededor.
RESPETADO, PARTE INTEGRAL
P: Tú intentas educar a los cristianos, que sepan sobre sus raíces…¿pero tienes que educar también a los judíos, verdad? Ya sabemos que según la definición oficial, el israelí judío promedio te verá como “árabe cristiano”. Doy por descontado que siempre que tienes la oportunidad, explicas.
R: Por supuesto. En todo lugar al que llegué desde que lancé el proyecto de Foro para el Reclutamiento de los Cristianos en el 2012, logré cambiar percepciones. Cuando estaba en los blindados, tenía a mi cargo 12 soldados religiosos, que hacían ejército y también estudiaban en yeshivot. Eran los mejores soldados que tuve. Recuerdo a Eitan y al rabino Yonatan. Yo estaba de vacaciones por Navidad. Cuando vuelvo, veo que mi oficina está cerrada. Al principio me enojé. Al final me abrieron ¿y qué veo adentro? Al rabino, los soldados religiosos, con un pequeño árbol de Navidad .No tenés idea qué me hicieron sentir.
Y luego, cada año, el brindis en honor a los soldados cristianos. Tzahal tiene una actitud muy abierta. Una vez escribí una carta a la oficina correspondiente en el Estado Mayor, explicando que se olvidaron de incluir en los días libres por religión la Fiesta de la Revelación. Y enseguida salió una carta del Estado Mayor a las unidades en las que hay soldados cristianos, diciendo que hay que darles esos días libres. Es algo que se ve todo el tiempo.
¿Y DESPUÉS?
P: Otro tema es qué pasa después de terminar el servicio militar. ¿No te ha pasado que soldados cristianos, ya liberados, te preguntaron de qué les sirvió?
R: Sí, me ha pasado. Dos casos. Pero uno era un soldado que terminó sólo 4° de liceo y esperaba que el ejército fuera como una varita mágica. El otro llegó a una unidad en la que resultaba difícil manejarse bien e integrarse, pero él mismo tampoco hizo grandes avances, no mejoró su hebreo, no sabía ni escribir bien un curriculum para conseguir trabajo. ¿Entonces? Al final se le ayudó a escribir su curriculum debidamente y al final consiguió trabajo. ¿Acaso cada judío que termina el servicio militar enseguida encuentra trabajo? No. Hay que tener una preparación, hacer algo.
P: En tu caso, eso no será ningún problema.
R: No, en absoluto. Yo estudié ingeniería electrónica antes de enrolarme. Claro que si estuviera trabajando en la vida civil ganaría mucho más que ahora en el ejército. Evidentemente, no estoy aquí por el dinero. Estoy para hacer un cambio. Siento que aporto. Ante todo, cuido al país. Además, detrás de mí pueden venir muchos más, está toda la comunidad cristiana.
UN RECUERDO SINGULAR
P: Estamos hablando de tu vida en Tzahal y de hecho de las minorías en general. ¿Qué vivencias especiales has tenido tú en lo personal?
R: Me sonrío cuando lo preguntas porque tengo muy frescos los recuerdos de cuando estuve en un cargo en la Brigada del Golan y el Hermon, hace muchos años, el comandante era druso, Nizar Fares, el sub comandante era judío Sam Edri, el jefe de operaciones druso, el comandante de disciplina del campamento era circasiano musulmán, el rastreador beduino, el encargado de la cerca era musulmán de Mashhad, yo cristiano y el jefe de Inteligencia judío.
P: Fabuloso.
R: Todos juntos hacíamos patrulla al sur del Golan, veíamos a los jordanos, nos saludábamos y cuando oían que contestábamos “Salam Aleikum”, pensaban que habían oído mal. No entendían qué ejército tenían enfrente. La integración es imponente. En ningún otro marco hay una integración a ese nivel. Y todos tenemos el mismo objetivo: cuidar al país.
Fuente:semanariohebreojai.com
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