Enlace Judío México e Israel.- El 26 de marzo del año 1979, ocurrió un acontecimiento que cambió la historia del conflicto árabe-israelí: los Acuerdos de Paz entre Israel y Egipto, que ese día se firmaron en la Casa Blanca con la intermediación del presidente norteamericano Jimmy Carter. Del lado israelí, su Primer Ministro Menahem Begin. Del lado egipcio Anwar el Sadat, su Presidente.
LIC. RAFAEL (RUFO) WINTER
A partir de ese momento, el conflicto del Medio Oriente pasó a una nueva etapa muy distinta: Egipto, que había liderado al mundo árabe en cuatro guerras contra Israel (de 1948 a 1973) a partir de los Acuerdos y hasta hoy, nunca más volvió a liderar, ni siquiera a participar de una guerra contra Israel.
Ya en noviembre de 1977, el Presidente egipcio había dado un paso gigantesco al visitar Israel y específicamente la Knéset (el Parlamento) ocasión en la que reconoció el derecho de Israel a una existencia soberana. En setiembre de 1978, tuvieron lugar los decisivos acuerdos de Camp David que finalmente prepararon el terreno para el Acuerdo final.
Por supuesto que no fue sencillo. Israel tuvo que entregar a cambio de su reconocimiento, toda la enorme Península del Sinaí: es decir 60.000 km2 de territorio incluyendo obviamente ciudades y pozos de petróleo. La devolución se hizo por etapas. Particularmente, la última fue traumática pero… era necesario hacerlo.
Era la oportunidad histórica, única, de una paz con Egipto: el país líder del mundo árabe en la región.
Begin y Sadat demostraron ser estadistas, mucho más que políticos. Demostraron ser pragmáticos, realistas. Y si bien durante estos cuarenta años, como era de esperar, no todo fue color de rosa entre Israel y Egipto, con momentos de tensión en las relaciones entre ambos países, los hechos finalmente les dieron la razón a ambos estadistas que, por este Acuerdo, obtuvieron el premio Nobel de la Paz.
Los hechos les dieron la razón porque pasaron cuarenta años y el Acuerdo sigue en pie.
Los hechos les dieron la razón porque Egipto es el país árabe estabilizador en la región.
Los hechos les dieron la razón porque Egipto es un país que también se enfrenta al terrorismo asesino de Hamas.
Incluso hoy día, en ciertos aspectos, Israel y Egipto son aliados.
Lamentablemente Sadat pagó con su vida sus esfuerzos en pro de la paz con Israel, de la misma forma que, años después, Rabin pagó con su vida sus esfuerzos en pro de la paz con los palestinos.
¿Es el destino de los hombres que buscan la paz?
Qué pasará en los próximos cuarenta años…no es posible hacer futurología.
En una región del mundo tan volátil, donde no es posible saber a veces lo que va a ocurrir al día siguiente.
Lo que sí sabemos, es que transcurrieron cuarenta años, casi dos generaciones y los Acuerdo de Paz entre Israel y Egipto sigue en pie.
Es quizás lo único estable en esa región del mundo. Estable y para bien.
En este contexto es muy importante destacar que nuestro Uruguay ha aportado a la estabilidad y a la paz, enviando desde hace mucho tiempo soldados, Fuerzas de Paz, para garantizarla.
Dios quiera que esto no cambie.
En beneficio de Israel, Egipto y de la estabilidad regional.
Fuente: cciu.org.uy
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