Analizando el voto de la ciudadanía árabe israelí

Enlace Judío México e Israel.- Se espera una dramática caída en la cantidad de votantes.

ANA JEROZOLIMSKI

De los 5.881.696 ciudadanos israelíes con derecho a voto, 950.000 son votos árabes, o sea e 16% de los votantes de Israel. Los árabes son el 20% de la ciudadanía israelí, pero el derecho a voto se determina evidentemente de acuerdo a quién llegó a la edad que la ley estipula para poder votar.

Siempre hubo en la minoría árabe de Israel sectores que llamaron a boicotear las elecciones, alegando que participar en ellas es “dar legitimidad a un régimen que nos discrimina”, como nos dijo días atrás en la ciudad de Umm el-Fahem el abogado Khaled Khalifa del movimiento “Abná el-Balad”. El hecho que desde la primera Knéset electa en febrero de 1949 haya habido parlamentarios árabes y que todos los ciudadanos árabes tienen derecho a votar en igualdad de condiciones que la mayoría judía, no lo convence.

Pero en estas elecciones, la sensación clara es que han crecido los llamados a no votar, aunque esta vez las quejas están casi al mismo nivel contra el sistema político del Estado judío y contra los partidos árabes en la Kneset.

El Dr. Thabet a- Ras, experto y analista político árabe israelí, nos confirma la tendencia al boicot. Según un sondeo llevado a cabo por la “Abrahamic Initiative” en la que trabaja-que promueve proyectos de cooperación judeo-árabe en Israel- se espera que solamente el 51% de los árabes israelíes vote este martes. Eso equivale a una caída del 13% en comparación con el 64% de participación en las elecciones de marzo del 2015, un índice algo menor que el de la población judía.

“Este número es gigantesco” asegura nuestro entrevistado en referencia a la diferencia en el porcentaje de votación con las elecciones anteriores. El Dr. A –Ras responsabiliza tanto a las fallas políticas de los partidos árabes como a un sentir general irradiado por el gobierno, que él interpreta como alienación de la vida política israelí

La desintegración de la Lista Unificada , que había unido a cuatro partidos árabes, es percibida en la minoría árabe de Israel como la pérdida de la unidad, lo cual ha tenido un fuerte impacto sobre la sociedad”, asegura. “A la gente no le gustó que se hayan separado y acusa a todos los partidos que la componían por las divisiones internas”. A lo largo de los últimos cuatro años de actividad parlamentaria, las relaciones dentro de la Lista Unificada no eran buenas, por pujas por liderazgo en gran medida, y eso terminó en la división.

Para captar la importancia del cambio, basta con recordar que al presentarse en las elecciones anteriores en forma unida, los partidos árabes se convirtieron en la tercera fuerza política de Israel-después del Likud y el laborismo- con 13 escaños. La iniciativa al respecto fue producto de la suba tiempo antes del porcentaje determinado como mínimo para lograr un escaño en el Parlamento, lo cual reducía las probabilidades de cada uno por separado.

La nueva separación puede significar por ejemplo que ningún diputado árabe pueda encabezar una comisión parlamentaria, ya que ello es función del tamaño de la facción. Si bien no vuelven a postularse los cuatro partidos por separado sino en dos grupos, el peso de cada nueva asociación será ineludiblemente mucho menor que el que tenía la Lista Conjunta.

En estas elecciones, participan dos combinaciones de partidos árabes. Por un lado, el partido comunista Hadash encabezado por Ayman Odeh, junto con el partido Ta´al del Dr. Ahmed Tibi. Por otro, el Partido Árabe Unido encabezado por el Dr. Mansur Abbas, que es número 2 en el Movimiento Islámico del sur en Israel, junto con el partido Balad, con nuevos dirigentes.

“Está claro que la primera desilusión por la que se vaticina una caída en la votación de los ciudadanos árabes, es la mala actuación de la Lista Conjunta”, dice el Dr. Thabet a-Ras, pero aclara que “eso no es todo”. En su opinión “ni el Likud ni Kajol Lavan, o sea ni Netanyahu ni Gantz vienen con mensajes inclusivos”. Recuerda que “la comunidad árabe constituye el 20% de la población, pero nadie los toma en cuenta” y explica que “hay gente que se pregunta para qué voy a votar si no voy a tener influencia ninguna y no nos invitarán a participar en ninguna coalición de gobierno”.

Es cierto que nunca un partido árabe fue invitado a formar parte de la coalición de gobierno, aunque sí se tomaron en cuenta sus votos de apoyo “desde afuera”, como por ejemplo en los tiempos de Rabin. El diputado Yusef Jabareen (se pronuncia Yabarín) de Hadash, considera que eso es muestra de que “Israel es democracia sólo para los judíos”. Pero el que no se tome en cuenta a los partidos árabes para formar coalición deriva más que nada del hecho que son anti sionistas y no reconocen a Israel como Estado judío, lo cual les quita legitimidad a ojos de gran parte del público judío. Su derecho a votar y ser electos, no se ve perjudicado en nada por ello.

El Dr. Thabet a-Ras explica la contradicción interna que puede haber al analizar los llamados actuales al boicot. “Los ciudadanos árabes están tomando su ciudadanía más en serio que nunca, por diversas razones, y quieren verse integrados plenamente al sistema político israelí , pero sienten que alguien les dice que no valen”.

En este tema, la ley fundamental “Israel, Estado nación del pueblo judío”, promulgada en el mes de julio, fue vista por el grueso de la ciudadanía árabe como “una movida racista para alienar y marginalizar más y más a los ciudadanos árabes”, explica el experto. “Y si la gente siente que se permite discriminar por ley, cree que no tiene por qué ir a votar, que no tiene sentido”.

En conversaciones con figuras políticas y analistas árabes, suelen destacar dos aspectos que presentan como pruebas de “racismo y discriminación”: dicen que la ley habla de Israel como Estado “sólo de los judíos” y que quiere establecer poblados “sólo para judíos”. En realidad, los artículos en cuestión son un tanto distintos. “El derecho a ejercer la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es exclusivo del Pueblo Judío”, dice uno. Y el otro: “El Estado ve en el desarrollo de poblados judíos un valor nacional y actuará para alentar y promover su establecimiento y consolidación”. Los árabes interpretan ambos como discriminación.

A este tema se agregan las duras críticas a la retórica del Primer Ministro Netanyahu , que los ciudadanos árabes consideran incitadora en su contra.

ENTRE LOS DRUSOS

La crítica a la Ley Israel Estado Nación del Pueblo Judío fue especialmente fuerte en su momento de parte de la pequeña comunidad drusa, la única minoría no judía que se enrola por ley (y no como voluntarios) a las Fuerzas de Defensa de Israel, por pedido de su propio liderazgo en los primeros años del Estado. Varios de sus líderes dijeron que la ley los hace sentir “ciudadanos de segunda”, aunque el gobierno rechazó las acusaciones en este sentido.

Este martes, ya iniciadas las elecciones, nos dirigimos a un ex alto oficial en el ejército, Coronel ya retirado, miembro de la comunidad drusa. Le pedimos su opinión sobre las elecciones en el marco de la comunidad.Y esto es lo que nos comentó:

“La sensación en la calle, hecha pública, es que hay que castigar al Likud por la ley de nacionalidad. Mucha gente en nuestra comunidad llama a votar por Kajol Lavan (Azul y Blanco, de Beni Gantz). Pero yo creo que por otro lado también habrá más división en la votación. En Meretz y Ta´al hay candidatos drusos en lugares reales y quien se tomó muy a pecho el tema de la ley, votará por alguno de esos partidos”.

Comenta que también en Israel Beiteinu del ex Ministro de Defensa Avigdor Liberman hay un candidato druso (en el sexto lugar) y por eso es probable que reciba parte de los votos.”La gran caída respecto a la vez pasada, eso está claro”, resume, “será en el Likud de modo especialmente significativo, en Shas y Kulanu”.

ALGUNOS NÚMEROS

En las elecciones pasadas, el 83% de los votos árabes israelíes fueron para la Lista Unificada hoy inexistente. De esto se desprende que el restante 17% fueron a partidos sionistas: Meretz, Partido Laborista y-aunque sorprenda-también hay, siempre, votos al Likud y hasta al partido ultraortodoxo SHAS.

Esta vez, estimó el experto al que consultamos, el porcentaje de votos árabes que irán a partidos sionistas-por la decepción de la Lista Unificada-se estima que puede ascendar a hasta el 30%. El partido laborista suele recibir entre un 5 y 10% de los votos árabes y se estima que esta vez recibirá menos. El partido que más fuerza recibiría de los ciudadanos árabes, se supone que será Meretz. Ante todo, por su claro mensaje de absoluta inclusión e integración de la ciudadanía árabe y porque en su propia lista hay un árabe y un druso en los primeros 5 lugares.

A PESAR DE LAS QUEJAS

Resultó bastante simbólico que tras el encuentro con el Dr. Thabet, al que se sumó luego el Dr. Mansur Abbas –jefe del Partido Árabe Unido y número 2 en el Movimiento Islámico en el sur deIsrael-, que también tuvo serias críticas al gobierno, al salir a la calle a recabar opiniones de ciudadanos de a pie, la mayoría comentaban que “sí, vale la pena votar”.

Claro está que eso no es un estudio estadístico sino una mera recolección de opiniones casual. Aún así, fue alentador escucharlas. Siempre hay quienes prefieren no hablar, o que no les saquen fotos o los graben, pero el primero a quien nos acercamos, un hombre de 38 años llamado Abed Jabareen-que dijo votará por Hadash- fue muy claro al preguntársele cómo se siente en su vida diaria como árabe ciudadano israelí. Con un gesto muy natural respondió: “Bien, no tengo ningún problema, mi vida es bastante buena”. Y luego de unos segundos agregó: “Y ni que hablar si uno compara con lo que pasa en la región aquí alrededor”, en evidente referencia a los países árabes que rodea a Israel.

En realidad, lo confirmó también el experto consultado, el Dr. Thabat a-Ras. “La gente siente que a nivel individual, están mejor que hace una o dos décadas. En cualquier hospital uno ve más doctores árabes, hay cada vez más árabes en la academia, más estudiantes, se ha llegado a un número sin precedentes de 50 mil estudiantes árabes en las universidades israelíes”, comenta. “La clase media árabe se expande cada vez más. Donde se siente que no se progresa, es en la política”.

Defiende que junto a la igualdad de derechos, los ciudadanos árabes –que él también llama “ciudadanos palestinos del Estado de Israel”- “podamos ver la realidad con distintos ojos que los judíos, porque somos árabes musulmanes”.

Y aquí da un ejemplo original e ilustrativo. “Yo veo que los judíos destacan mucho la cooperación de Inteligencia que se ha logrado entre Israel y Arabia Saudita, por el tema de los intereses comunes contra Irán. Pero a mí, que puedo en Israel levantar mi voz sin problemas contra las cosas que me molestan, no me gusta ver a Israel acercándose a un país árabe que oprime a su población”.

En el terreno, aún antes de conocerse los números, se combinan los llamados a boicot con la participación activa de los árabes en las elecciones.

La propaganda electoral llenó la calle también en los poblados árabes.

 

 

 

Fuente:semanariohebreojai.com

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