Una vivencia enriquecedora con la Comunidad Judía de Monterrey

Enlace Judío México e Israel.- Trabajando por mantener la llama comunitaria.

ANA JEROZOLIMSKI

Recientemente tuve el gusto de participar en una delegación enviada por OTS Amiel BaKehila a la comunidad judía de Monterrey, en el marco de un proyecto del Ministerio de las Diásporas de Israel destinado a fortalecer el vínculo entre Israel y comunidades judías pequeñas y medianas de la diáspora. La delegación estaba encabezada por el Rabino Israel Diament, uruguayo-israelí, lo cual dada su singular personalidad y la amistad que nos une desde hace años, fue un absoluto deleite garantizado de antemano. A ello se sumó el hecho que años atrás Israel (alias “Zapa” para los amigos), se desempeñó durante algo más de 4 años como Rabino de la comunidad en Monterrey.

Mi participación fue como periodista, para compartir mis vivencias como tal y mi modo de ver la realidad israelí. Y el otro miembro de la delegación fue el fotógrafo Salomón Sutton , quien dictó conferencias sobre su especialidad y fue un gran compañero de viaje.

Con cierta demora, compartimos hoy testimonios recabados en la Comunidad Judía de Monterrey, donde a pesar de los cambios que se dan allí al igual que en muchas colectividades del mundo, se trabaja fuerte para preservar el marco que une y sirve de hogar a todos sus miembros.

Conversamos entre otros con el Presidente León Dachner, originario de Costa Rica, instalado en Monterrey desde hace 24 años y evidentemente enamorado de su comunidad , que lo ha vuelto a elegir para el cargo que ya había ocupado hace casi tres lustros. Lo encontramos en su despacho, coordinando cosas de trabajo con Carla Mendelejis.

Y hay ya ejemplos concretos de este proyecto especial mencionado por León, como el testimonio de Michelle Bitterman.

Pero no todos los nuevos miembros llegaron en el marco de esta singular iniciativa de León. El caso de Mauricio Valanci y su familia es de otro tipo. Para quien creció como la única familia judía en Chiapas, llegar a Monterrey fue algo totalmente enriquecedor.

Quien conoce la comunidad muy a fondo es Telma Sandler de Kirsch, Licenciada en Educación y Literatura, pero dedicada más que nada a escribir. Es una reconocida dramaturga cuyas obras han sido expuestas no sólo en México sino también en el extranjero. Y su historia comunitaria tiene la particularidad de retrotraerse a tres generaciones. Sus abuelos llegaron a Monterrey ya antes de casarse. Y su papá fue el primer alumno de la escuela judía de Monterrey.

Y está también el Rabino Pinjas Ben Mordejai Halevi, a quien muchos llaman Rav Pini, que se siente privilegiado por estar trabajando en esta comunidad.

Sin despreciar a los adultos, lo más lindo de la visita fue llegar al Colegio Judío de Monterrey. Aquí los alumnos judíos son la minoría, no sólo porque la comunidad es mucho más pequeña que antes sino porque el nivel del colegio es sumamente reconocido y mucha gente fuera de la comunidad quiere participar.

Y no podemos discriminar a los más pequeños….

Claro que hubo también juegos bien orquestados por el Rav Diament.

Y con los más grandes, enseñanzas de su mano.

El mejor resumen nos lo dan los pequeños, cuando les preguntamos si les gusta ir a la escuela.

Un placer conocerlos. Vaya a través de esta nota, mi agradecimiento púbico por la calidez con que nos recibieron en Monterrey, muy especialmente a Yanina Galpern con quien coordiné temas y detalles ya antes de viajar, quien acompañó y ayudó en todo. También a Sara y todo aquel que veló por nosotros en la comunidad.

Y por cierto a OTS Amiel Bakehila por estas oportunidades de acercarnos a hermanos de otras partes del mundo judío.

Fuente:semanariohebreojai.com