Enlace Judío México e Israel.- En la sociedad que vivimos los símbolos han alcanzado la categoría de acciones prácticas. La norma es considerar que con hacer algo simbólico ya hemos hecho lo que debíamos hacer en forma práctica. El estilo de vida práctico lo hemos cambiado por simbolismos que nos hacen pensar que ya hemos cumplido, con una cierta acción ¿Ha matado el símbolo a la práctica? Pensemos y decidamos si hemos hecho de la vida un cómodo símbolo de inacción y falta de compromiso con el Cielo, con nosotros y con los demás.
JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ
El diccionario define símbolo, entre otras cosas, como “Elemento u objeto material que, por convención o asociación, se considera representativo de una entidad, de una idea, de una cierta condición, etc. La bandera es símbolo de la patria. La paloma es el símbolo de la paz”. En esta clara definición observamos que un pedazo de tela con ciertos colores, llamado bandera, simboliza todo un territorio geográfico o nación. Si alguien rasga o mancha la bandera de un país es considerado como una afrenta al conjunto de la nación. Los símbolos materiales son fácilmente identificables por todos nosotros, pero ¿Qué sucede si el símbolo representa una acción práctica que todos deberíamos realizar?
En el campo de la fe los símbolos no están concebidos para sustituir a las acciones sino para reforzarlas y llevarlas a la práctica. El drama de nuestro tiempo es que los símbolos se han convertido en acciones prácticas. La necesidad obediente de hacer algo práctico se ha intercambiado con la exposición pública de un símbolo que acredita, a la vista de los demás, que ya hemos cumplido con una cierta prescripción religiosa, humanitaria o social. El dar unas monedas al necesitado, es un símbolo de generosidad, que no nos convierte necesariamente en seres generosos y altruistas. Bien podríamos pensar que por dar algo, que nos sobra, ya somos “alguien” en el plano de la vida religiosa o humanitaria. Lo medible no es que damos, sino la intención por la que damos ¿Pueden sustituir dos monedas la acción práctica de ser generosos? Nos mentimos a nosotros mismos cuando pensamos que un símbolo pueda sustituir una acción práctica.
Los símbolos son engañosos espejos donde creemos vernos representados de forma simbólica, valga la redundancia, renunciando así a toda acción práctica que es aquello que nos define como personas sensibles y espirituales. Lo que hacemos es lo que define, de forma práctica, lo que somos y creemos. Las buenas palabras, que puede que no se oigan, son buenas acciones que se ven, aunque carezcamos de visión. La identificación con un símbolo es sencilla, pero la acción práctica a la que nos debe llevar el mencionado símbolo es harina de otro costal.
El símbolo por excelencia en Pésaj es la levadura. En este tiempo un símbolo que repudiamos intelectual y espiritualmente. Una harina con levadura simboliza en términos bíblicos aquello que no debería estar en nuestras vidas, pero ¿solo en Pésaj? La tragedia es que hemos hecho del símbolo de quitar todo el jametz de nuestras casas, previo a Pésaj, un rito que sustituye al esfuerzo espiritual de quitar toda levadura de nuestra vida. Una costumbre, símbolo o tradición que bien puede sustituir, la de quitar todo producto fermentado, al esfuerzo práctico y espiritual de quitar todo lo que no debería estar en nosotros ¿Nos engañamos cuándo quitamos todo lo leudado de nuestras casas, pero no lo quitamos de nuestra vida? Ciertamente nos engañamos.
El mundo necesita buenos símbolos didácticos que nos lleven a buenas acciones prácticas para con nosotros y con los demás. La acción simbólica de quitar todo lo leudado de nuestra casa conlleva necesariamente que estemos en constante actitud mental y espiritual de remover todo aquello que infla nuestro carácter y actitud. Una acción simbólica, sea en el campo que sea, no puede sustituir la acción práctica que pretende simbolizar.
El buen símbolo puede matar una buena práctica. No hay derecho alguno en el mundo al revés en donde lo práctico se simboliza y el símbolo se hace práctica. El buen símbolo de remover todo jametz de nuestra casa física se completa cuando removemos todo jametz de nuestra casa espiritual o alma. Buena práctica de Pésaj mis estimados compañeros.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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