El “Dayenu” de Trump

Enlace Judío México e Israel.- Trump no tiene precedentes en la historia de las relaciones entre Estados Unidos e Israel y el presidente se encuentra a solo dos años de su administración. Este es mi Dayenu para él.

RABINO STEVEN PRUZANSKY

Este es el Dayenu para el presidente Trump, basado en la simple comprensión de que nunca ha habido un presidente tan pro israelí como Trump, y es casi impensable que alguna vez haya otro.

Contemos las formas, los actos individuales por los que solo cantaríamos Dayenu, “habría sido suficiente

  • Si Trump hubiera dejado de llamar “refugiados” a los palestinos, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera rechazado la idea de que el destino de los palestinos es el quid de todos los conflictos en Medio Oriente, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera detenido la ayuda financiera a la Autoridad Palestina para protestar por su diabólico programa de “pagar por matar”, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera cuestionado la sabiduría y la viabilidad de la ilusión de dos estados, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera devastado ISIS en Siria e Irak, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera cancelado el acuerdo nuclear con Irán y se hubiera comprometido a frustrar una bomba nuclear iraní, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera reconocido el derecho de Israel a establecerse en toda su patria ancestral, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera vetado todas las resoluciones antiisraelíes presentadas en las Naciones Unidas, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera retirado a Estados Unidos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y de la UNESCO por su vicioso sesgo antiisraelí, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera apoyado inequívocamente el derecho de Israel a la legítima defensa, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera trasladado la embajada estadounidense a Yerushalayim, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera reconocido a Yerushalayim como la capital eterna e indivisible de Israel, habría sido suficiente;
  • Si Trump hubiera reconocido formalmente la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera denunciado rutinariamente el flagelo del odio de los judíos, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera dicho, como hizo después de la masacre de la sinagoga de Pittsburgh, que “a aquellos que están tratando de destruir al pueblo judío, los destruiremos”, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera excluido las voces antiisraelíes en Estados Unidos, habría sido suficiente;
  • Si Trump solo hubiera entablado una cálida amistad con el Primer Ministro de Israel y su pueblo, habría sido suficiente.

Solo un Trump, que no está sujeto al cansado pensamiento de todos los antiguos expertos de Medio Oriente y su imparcialidad, sus fracasos y su animus anti-Israel apenas ocultos, podría haber logrado esto: una realineación de la política exterior estadounidense.

Esa es una lista, incluso sin recitar el al achat kama v’chama (על אחת כמה וכמה) que maravillaría con el logro de cada uno de los anteriores. No tiene precedentes en la historia de la relación entre Estados Unidos e Israel y el presidente se encuentra a solo dos años de su administración.

Por supuesto, ha habido otros presidentes que fueron “pro israelíes” y otros que fueron menos amigables, pero nunca ha habido un presidente cuyo apoyo sea inequívoco e haya influido en tantas otras naciones del mundo como este presidente. Debemos estar agradecidos y expresar nuestra gratitud sin dudarlo.

La gratitud es una virtud especialmente apreciada entre los judíos y particularmente en Pésaj cuando celebramos la fundación de nuestra nación. E incluso si limitamos el Dayenu real al Rey de reyes, reconocemos que, como lo expresó el Rey Shlomo, “Al igual que las corrientes de agua, el corazón de un rey está en las manos de Di-s …” (Mishlei 21: 1).

Claro, puede que tuitee demasiado y demasiado vívidamente a veces, y uno puede discutir con una política cuestionable aquí y allá, y otros pueden criticar una debilidad de carácter o dos, pero nos traicionamos a nosotros mismos y nuestros valores más profundos si no expresamos gratitud.

Solo un Trump, que no está sujeto al cansado pensamiento de todos los antiguos expertos de Medio Oriente y su imparcialidad, sus fracasos y su animus anti-Israel apenas ocultos, podría haber logrado esto: una realineación de la política exterior estadounidense.

E incluso si los judíos no son votantes monotemáticos, nos corresponde reconocer al menos el contraste con los presidentes anteriores, algunos de los cuales hicieron promesas que no cumplieron, reprendieron a Israel y a los judíos cuando se agregaron cuartos nuevos a los departamentos de Ofra y Kiryat Arba, nunca reconocieron (o reconocieron a regañadientes) el derecho natural, histórico, religioso y moral de Israel a su tierra natal, abrazaron de todo corazón a las quimeras de “tierra por paz” y la “ilusión de los dos estados“, instaron a la restricción y la proporcionalidad cada vez que los judíos eran atacados y deseaben tomar represalias y prevenir ataques futuros, y se obsesionaron con volver a dividir la tierra de Israel y extirpar su corazón de la soberanía judía.

Si el presidente Trump es culpable del delito de obstrucción de la justicia o de la virtud y el derecho natural de la obstrucción de la injusticia (parece más esto último) se resolverá de acuerdo con la nueva costumbre estadounidense: los medios de comunicación. En lo que respecta a nosotros, incluso los demócratas judíos deberíamos al menos reconocer estas bendiciones y cómo la administración actual ha fortalecido a Israel, y sin importar el fantasioso “acuerdo del siglo” que viene por el camino.

No solo deberíamos ver a Maror, sino también abrir los ojos a las maravillas de una amistad y alianza que ha alcanzado alturas inimaginables hasta ahora.

A veces se nos pone a prueba con abundancia de bien y no con la incidencia del mal. Eso también es un regalo de la Providencia por el que deberíamos estar siempre agradecidos.

Fuente: Arutz Sheva – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico

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Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.