Enlace Judío México e Israel – El rabino de la sinagoga de Jabad en Poway, Yisroel Goldstein dijo en una rueda de prensa tras el ataque al norte de San Diego, que el hecho de que el arma del atacante se haya atascado evitó una tragedia mucho mayor.
Lori Gilbert-Kaye, de 60 años, murió en el ataque, que hirió a Goldstein, a Noya Dahan, de ocho años, y a su tío de 34 años, Almog Peretz, informaron las autoridades. Horas después de que los tres heridos fueron dados de alta de los hospitales, Goldstein describió la terrible experiencia fuera de la sinagoga.
“De pronto, en medio de las oraciones del último día de Pésaj vi a un joven con lentes de sol frente a mi, apuntando con una pistola”.
“No pude ver sus ojos. No pude ver su alma”, dijo Goldstein. Levantó las manos para protegerse y perdió uno de sus dedos por el disparo.
“Milagrosamente el arma se atascó”, recuerda Golstein.
“Corrí [para reunir a los niños]. Mi nieta, de cuatro años y medio, vio a su abuelo con una mano ensangrentada, me vio gritar: ‘¡Fuera! ¡Salgan! Ella no merecía ver a su abuelo de esa manera “.
Minutos después de que el atacante huyó de la escena, Goldstein envolvió su mano ensangrentada con un talit (chal de oración) y se dirigió a la congregación: “Somos una nación judía que se mantendrá en pie. No dejaremos que nadie nos intimide. Este acto de terrorismo no nos derrumbará”, dijo Goldstein a los congregantes tras los disparos.
Goldstein describió a Lori Gilbert Kaye Z”L como un “miembro pionero y fundador” de la congregación y dijo que su muerte le había “roto el corazón”.
“Lori me salvó la vida”, dijo el rabino. “Ella no merecía morir”.
El marido de Lori, quien es médico, fue llamado para atender a un herido y se desmayó cuando se dio cuenta de que era su esposa.
Noya Dahan, de ocho años, relató desde el hospital que acababa de orar y salía a jugar con otros niños cuando escuchó los disparos. Su tío la sacó a ella y a otros niños.
“Mi pierna estaba sangrando, pero los médicos me dijeron que no necesitaba cirugía”, agregó.
“Estaba muy, muy asustada”, dijo. “No vi a mi papá. Pensé que había muerto”.
La policía de San Diego indicó el domingo que el atacante que abrió fuego en la sinagoga el último día de Pesaj, aparentemente actuó solo y no es parte de un grupo organizado.
El sospechoso, John Earnest, de 19 años, fue detenido por asesinato en primer grado e intento de asesinato en primer grado, dijo el alguacil del condado de San Diego, Bill Gore, según la agencia de noticias Reuters.
Poco después de huir, el atacante llamó al 911 para informar sobre el tiroteo, dijo el jefe de la policía de San Diego, David Nisleit. Cuando un oficial lo alcanzó en una carretera, “el sospechoso se detuvo, salió de su auto con las manos en alto y fue inmediatamente detenido”, dijo.
Earnest podría ser condenado por delitos de odio además de homicidio cuando sea incriminado esta semana, dijo el alguacil del condado de San Diego William Gore. La policía registró su casa de Earnest y dijo que también estaba siendo investigado en relación a un ataque contra una mezquita en Escondido, California, el 24 de marzo.
Gore dijo que las autoridades están revisando las publicaciones de redes sociales del atacante, incluido lo que describió como un “manifiesto”.
Una persona que se identificó como John Earnest publicó mensajes antijudíos en línea aproximadamente una hora antes del ataque. El atacante se describe a sí mismo como estudiante de enfermería y elogió a los sospechosos de haber llevado a cabo los ataques mortales contra dos mezquitas en Nueva Zelanda el mes pasado que dejaron 50 muertos y en la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh el 27 de octubre, en el que murieron 11 personas.
“Fue un crimen de odio, sin duda”, dijo el asesor de seguridad nacional John Bolton a Fox News. Dijo que los investigadores no han visto ninguna conexión entre el sospechoso y otros grupos extremistas.
La Universidad del Estado de California, San Marcos, confirmó que Earnest era un estudiante en la lista del decano y dijo que la escuela está “consternada y descorazonada” por “este acto despreciable”.
Varias decenas de personas, muchas vestidas de negro, se reunieron en una esquina de Poway el domingo para mostrar su apoyo a las víctimas y pedir el fin del odio y la violencia.
Llevaban letreros que decían “No más asesinatos” y “Shalom”. Los conductores tocaban el claxon al pasar. Un niño se sentó con un letrero de cartón que decía “debemos hacerlo mejor”.
“Estoy aquí porque soy judía y este es mi mensaje”, expresó Deb Lira, de 71 años, señalando a un cartel que decía “nunca más” y “nunca olvidaré”.
“No guardaré silencio”, apuntó.
Con información de: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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