La mutación del terror

Enlace Judío México e Israel.- En días pasados se anunciaba con bombos y platillos el fin del Estado Islámico (ISIS) en Oriente Próximo, sin embargo el domingo 21 de abril, correspondiente a la pascua cristiana, se dio un cruel atentado terrorista contra cristianos en Sri Lanka que cobró la vida de más de 300 personas y un similar número de heridos. Lo que ha dejado de manifiesto que lo único que se logró con respecto a ISIS fue su repliegue y desmovilización en el denominado Levante Mediterráneo, sin embargo no se tomó en consideración que en el esquema de las guerras asimétricas modernas, esa desmovilización solo cambia el modo de operar de este tipo de organizaciones para echar mano de nuevos elementos para sus actividades.

BRYAN ACUÑA

Una célula local de la agrupación terrorista más importante de la actualidad, revelaba no solo su participación en el nefasto ataque contra los fieles que estaban en medio de sus celebraciones religiosas, sino también daban a entender que es probable que su prominente líder, Abu Bkar Al Bagdadi, se encuentre vivo pese a que se ha dicho en medios que fue asesinado meses atrás, lo cual se sumaría al fracaso de la lucha contra la organización.

Cabe mencionar que desde que fue lanzada “oficialmente” la denominada “guerra contra el terrorismo” en el año 2001 durante el gobierno de George W. Bush, los objetivos han sido escogidos de forma incorrecta, por cuanto se han dedicado a intentar “decapitar” a los líderes de las agrupaciones enemigas, así como procurar desmantelar sus aparatos operativos, sin darse cuenta que en realidad sacando del juego a una determinada célula no traerá consigo el fin de este tipo de acciones, sino solo un cambio funcional en sus operaciones.

El ataque a grupos específicos lo atomiza brevemente hasta que algún factor específico los vuelva a unir; en ocasiones bajo otro nombre, se puede decir que simplemente “duermen” temporalmente. En ocasiones se movilizarán hacia otro territorio donde la situación política les permita trabajar a sus anchas o cambiar sus estrategias, como ocurre con el trabajo social y religioso que realiza Al Qaeda en África. De alguna manera se omite que el éxito de estas organizaciones está en su capacidad de sobrevivencia a través del tiempo.

Hacia donde se debe eventualmente destinar esta “guerra” (si es que en realidad se le puede llamar así), no es en el terrorismo como elemento abstracto intangible, sino en el fondo que es ideológico y que es pocas veces mencionado. Es imperativo decir abiertamente que la guerra no es contra el terrorismo sino contra los promotores de esta versión de Islam político.

Aclarar que la guerra no es contra los musulmanes o el Islam, lo cual sería otra forma de tergiversar la idea del enemigo directamente, sino contra la versión radical, purista y violenta que ha tomado principios religiosos y los ha transformado en una excusa para promover su propio esquema de agenda política.

La guerra abierta que no sólo debe emprender Occidente, sino que es el propio mundo musulmán quien sufre los embates del mismo, es contra esta ideología político – religiosa que muta constantemente en sus motivaciones entre la lucha contra lo que ellos llaman infieles y contra los herejes.

El cambio en la estrategia lleva a cambiar los métodos de ataque; en algunos casos imperceptible, porque quien lo realiza puede ser alguien que se radicalizó de manera independiente sin haber pertenecido nunca a alguna organización criminal. Así se ve como han pasado de utilizar sistemas balísticos, armamento pesado y explosivos, a la utilización de ataques por medio de herramientas de uso civil; acuchillamientos, ataques con hachas, atropellos masivos, etc.

De igual modo, también se usan distintos canales de reclutamiento, desde las regulares a través de lugares de culto radicalizados aún en lugares de Occidente, hasta el uso de estrategias modernas como la red oscura, redes sociales e incluso páginas de contenido “inofensivo”, de ahí el crecimiento en los denominados “lobos solitarios”.

Si bien no se puede hablar de un choque interreligioso como algunos lo proclaman, sí queda en evidencia que el enfoque de la lucha está mal designado y que mientras se dediquen a combatir grupos y no a contrarrestar ideas, ataques como los sufridos por la minoría cristiana de Sri Lanka se seguirá replicando en otras partes del planeta, incluyendo lugares donde el impacto de un ataque podría ser más grande, amenaza que se mantiene latente con o sin un ISIS en un territorio bajo su administración.

 

 

 

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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