EE.UU. recurre a Israel para la investigación del cannabis medicinal

(c) JTA Photo Service

(JTA) – Cuando la científica israelí Nirit Bernstein recibió una llamada hace cinco años de un instituto de investigación preguntando si estaría interesada en trabajar en el cultivo del cannabis medicinal, ella accedió de inmediato.

MAYA MIRSKY

Bernstein estudia el cannabis en el Instituto Volcani de Israel y fue uno de varios expertos en ciencia, medicina y negocios, que se reunieron en la primera Cumbre de CannaMed / Tech, el 1 y 2 de mayo, organizada por la Cámara de Comercio de Israel en California.

“Espero que desde Israel su ciencia llegue aquí cuanto antes, porque la necesitamos”, dijo el inversionista Matthew Nordgren, CEO de Arcadian Fund y uno de los ponentes principales. “Lo necesitamos. Tenemos que entender a esta planta”.

Pese a la esperanza y optimismo sobre el cannabis medicinal, existen muchas dudas, y empresas e inversionistas en California y el resto de Estados Unidos confían en Israel para encontrar algunas respuestas. Es más fácil aprender sobre la planta multifacética en Israel, que no sólo permite la investigación sino que también la financia, a diferencia de EE.UU., donde las estrictas leyes federales son un impedimento para estudios clínicos. (La marihuana recreativa aún no es legal en Israel).

El Centro Multidisciplinario de Investigación de Cannabinoides de la Universidad Hebrea, por ejemplo, estudia posibles aplicaciones para medicamentos contra el cáncer, migrañas, tejidos inflamados, estrés, dolor y enfermedades renales.

En Volcani, Bernstein investiga cómo utilizar la luz, el calor, los fertilizantes y las condiciones de crecimiento para estandarizar los compuestos en el cannabis. (Los más conocidos son el THC y el CBD, ambos aislados por primera vez por el farmacólogo israelí Rafael Mechoulam a mediados de la década de 1960). Bernsteun afirma que el cultivo de cannabis a gran escala es mucho más difícil que cultivar una granja convencional.

Los compuestos activos del cannabis cultivado por pequeños agricultores no siempre son consistentes, pueden ser más fuertes en la parte superior de la planta o variar de una planta a otra. Bernstein dice que es como darle a un paciente diferentes cantidades de aspirina y nunca aplicarle una dosis determinada.

“Si se quiere tratar el cannabis como una droga, se debe estandarizar a un nivel aceptable”, agrega.

Lo que complica aún más la cuestión de la dosis es la administración de medicamentos, o cómo los elementos activos del cannabis entran en el cuerpo, ya sea por vía intravenosa, oral o al fumarlo, dijo el profesor Simón Benita, de la Escuela de Farmacología de la Universidad Hebrea.

“La cuestión es cuánta droga llegará a la sangre, porque todo lo demás se desperdicia”.

Una gran cantidad de factores hace que sea especialmente difícil estudiar estos factores en EE.UU. Si bien el consumo de cannabis medicinal y recreativo es legal en California, los investigadores que desean realizar ensayos clínicos deben lidiar con normas federales restrictivas, dice Donald Abrams, oncólogo en el Centro Médico UCSF y en el Hospital General de San Francisco.

Hasta ahora, la FDA ha aprobado sólo un medicamento llamado Epidiolex para tratar la epilepsia que utiliza compuestos de cannabis. El resto de los productos vendidos en California y otros estados donde la marihuana medicinal es legal se manejan más como vitaminas o suplementos, sujetos a menos regulaciones. Sin embargo, los pacientes y los médicos aún recurren a la planta por sus propiedades curativas.

La demanda de cannabis medicinal hace de Israel un socio importante para las empresas que desean unirse al boom verde, uno de los objetivos de la directora ejecutiva de la CCPI, Sharon Vanek, quien inició la conferencia. El asistente Boris Shcharansky, director de operaciones de la compañía Papa & Barkley, dijo que la empresa había recurrido a Israel para realizar una investigación de productos sin la burocracia de EE.UU.

Michael Méndez, de Renew Biopharma, comenta que en Estados Unidos aún hay un estigma en torno al cannabis, que se clasifica como una droga de la Lista 1 junto con la heroína, el LSD y el éxtasis.

“Definitivamente no veo ese estigma en Israel”, dijo. “Así que están muy por delante de nosotros”.

Hasta que se produzca un cambio de enfoque en Estados Unidos, las empresas y los profesionales de la salud seguirán buscando la experiencia de la investigación israelí con respecto al cannabis así como asociaciones que la Cámara de Comercio de Israel está alentando en California.

Actualmente, muchos ven a Israel como el lugar para obtener información avanzada sobre la marihuana medicinal.

“Israel se está convirtiendo rápidamente en la tierra de leche, miel y cannabis”, dijo el cónsul general Shlomi Kofman. “Hay muchas versiones de esto, pero esta es la más reciente”.

De la traducción (c)Enlace Judío México
Prohibida su reproducción

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