¿Quiere Hezbolá una guerra con Israel ahora?

Enlace Judío México e Israel.- Voces en los medios árabes han sugerido hace poco que la guerra entre Israel y Hezbolá estallará este próximo verano. Este debate comenzó aun antes del aumento en la tensión entre Estados Unidos e Irán en el Golfo, la cual trajo nuevamente al foro la posibilidad de que Irán use a Hezbolá como un representante contra Israel.

ORNA MIZRAHI-YORAM SCHWEITZER

En discursos recientes, sin embargo, el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, actuó rápidamente para calmar las aguas, mientras enviaba mensajes pensados para disuadir a Israel de tomar medidas contra Hezbolá. Nasrallah afirmó que Hezbolá era capaz de atacar sitios estratégicos en el frente interno israelí y de conquistar partes de la Galilea. Estas declaraciones indican que en lo que respecta a Hezbolá, las circunstancias actuales no son convenientes para un conflicto con Israel, debido a la participación continua de Hezbolá en la guerra en Siria y a un deseo de evitar debilitar los logros recientes de Hezbolá en el sistema político libanés.

Importante también es la difícil situación económica, cada vez más profunda, de Hezbolá, resultante en parte de las sanciones estadounidenses contra la organización y su patrón, Irán, aunque estas dificultades económicas aún no han afectado la inversión continua de Hezbolá en su acumulación militar y despliegue para una guerra futura con Israel. No obstante, aun cuando Hezbolá no tiene ningún interés en un conflicto a gran escala con Israel en este momento, no puede descartarse la escalada como resultado de medidas particulares por parte de Israel en Líbano y la respuesta de la organización, o de las acciones propias de Hezbolá contra Israel dirigidas a servir a los intereses iraníes. Israel, por lo tanto, debe prepararse por adelantado para la posibilidad de una campaña militar en el norte.

La discusión en los medios árabes, particularmente en los estados del Golfo, Siria, y Líbano, de la posibilidad de otra guerra entre Hezbolá e Israel fue provocada principalmente por declaraciones recientes atribuidas al secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah.

El 21 de abril del 2019, el diario kuwaití al-Rai informó que en una reunión a puertas cerradas con comandantes de Hezbolá, Nasrallah declaró supuestamente que deben hacerse preparativos para una guerra contra Israel este verano. Poco después de este informe, Nasrallah negó haber hecho estos comentarios en un número de ocasiones, mientras al mismo tiempo enviaba un mensaje de disuasión cognitiva a Israel. Él enfatizó la capacidad de Hezbolá de causar daño serio a Israel, citando un plan de Hezbolá de conquistar Galilea, a pesar del descubrimiento por parte de Israel de túneles excavados por Hezbolá, y la debilidad y temor de Israel a una guerra total, como quedó demostrado hace poco por su comportamiento frente al lanzamiento de cohetes y misiles desde la Franja de Gaza:

• En un discurso (al-Mayadeen, abril 22) en una ceremonia conmemorando el 34o aniversario de la fundación del movimiento de jóvenes exploradores Imán al-Mahdi, Nasrallah negó el informe en el diario kuwaití. Dijo que Israel iniciaría una guerra contra Líbano porque sabía que el frente interno israelí no estaba preparado para la guerra. Nasrallah mencionó el cohete disparado en el centro de Israel desde la Franja de Gaza, diciendo que demostró la vulnerabilidad de Israel.

 

• En otro discurso (al-Manar, abril 22) en recuerdo de Mustafa Badr al-Din, quien fue eliminado en Siria hace tres años, Nasrallah descartó la probabilidad de que Israel iniciara una guerra, argumentando que Israel teme entrar a la Franja de Gaza, y por lo tanto está aún más temerosa de entrar al sur de Líbano. Él amenazó que cualquier fuerza israelí que ingrese a Líbano sería destruida, declarando que era importante que todos sepan esto.

• Nasrallah también dio a entender la capacidad de Hezbolá de atacar objetivos estratégicos en Israel, diciendo que él no deseaba hablar sobre un posible ataque contra los tanques de amoníaco en Haifa, sino acerca de las fuerzas terrestres de Hezbolá, las cuales le permitirían invadir la Galilea. Este fue un mensaje a Israel que la eliminación de los túneles excavados por Hezbolá sobre la frontera israelí-libanesa no afectaría la capacidad e intención de Hezbolá de conquistar objetivos en la Galilea.

Los comentarios de Nasrallah reflejan su creencia de que en las condiciones actuales, no es conveniente para Hezbolá iniciar una guerra con Israel, y que él espera disuadir a Israel de tal ofensiva. Durante los últimos cinco años, Hezbolá estuvo fuertemente involucrado en la guerra civil en Siria, dedicando extensa atención y recursos para este teatro. La guerra en Siria se ha cobrado un duro precio de Hezbolá – 1,800 de sus combatientes resultaron muertos y 8,000 heridos. La organización tuvo que proporcionar apoyo financiero a las familias de los muertos, y para invertir en la rehabilitación de los heridos. Nasrallah también desea evitar socavar los logros de Hezbolá en el sistema interno libanés, reflejados en los resultados de las elecciones de mayo del 2018 y en la composición del nuevo gobierno, donde el peso de Hezbolá aumentó y su bando contó con una mayoría de los ministros. Hezbolá tiene poder de veto sobre las decisiones del gobierno y controla ministerios claves con grandes presupuestos. Un evento militar es responsable de poner en peligro estos logros.

Además, los meses recientes han mostrado varios indicios  de la desesperación creciente de Hezbolá en un número de aspectos. La situación económica de Hezbolá ha obligado a la organización a recortar salarios y beneficios para aquellos en su lista de pagos. Por ejemplo, fue informado un gran recorte en el salario de los combatientes de Hezbolá: los combatientes casados están recibiendo sólo la mitad de sus salarios, y los salarios de los combatientes solteros han sido cortados aún más. Los salarios de los proveedores de servicios en favor de Hezbolá en comunicaciones, educación, y medicina también han sido recortados, y se informó que algunos de los empleados en las instituciones religiosas de la organización no han recibido sus salarios por muchos meses.

Además, Hezbolá ha cerrado muchos cientos de oficinas a fin de cortar los costos de alquiler y ha dejado de contratar a nuevos empleados. Simultáneamente, ha apelado al público general para aumentar las donaciones a la organización, con cajas de caridad puestas en lugares públicos.

Los problemas económicos de Hezbolá se deben principalmente a un incremento en los gastos, siguiendo a su continua participación en el combate en Siria (aunque su presencia ha sido reducida) y la necesidad de cuidar a los heridos y a las familias de los muertos, mientras sus fuentes de financiación han disminuido.

Esta pérdida de ingresos es causada en parte por la situación económica problemática de Líbano, lo cual le dificulta a Hezbolá usar fondos estatales para fortalecer su estatus entre la población (los intentos en curso por parte del primer ministro libanés Hariri de instituir una política de “austeridad presupuestaria” a fin de reducir el déficit enorme del país y promover reformas han aumentado la oposición interna y aún tienen que tener éxito). Otro factor significativo son las sanciones impuestas sobre Hezbolá por parte de la administración estadounidense y otras medidas ideadas para sofocar económicamente a la organización, tales como el llamado reciente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ofreciendo una recompensa monetaria a cambio de información sobre el personal financiero de Hezbolá.

Las dificultades de Hezbolá han sido exacerbadas durante el año pasado por la angustia económica de su patrón, Irán, el cual es objeto de fuertes sanciones económicas crecientes por parte de Estados Unidos. Irán es el contribuyente principal del presupuesto anual de Hezbolá (los estimados son que Irán da a Hezbolá aproximadamente u$s700 millones al año del presupuesto total de la organización de u$s1, 100 millones). La angustia de Irán pone presión sobre Hezbolá, aunque aún no hay ninguna información sobre el tamaño del recorte en este presupuesto.

También está aumentando la presión contra Hezbolá en la arena política, especialmente después de que Gran Bretaña se unió a los países categorizando como organización terrorista a la organización entera, incluyendo sus alas no militares (Estados Unidos, Canadá, Holanda, e Israel). El reconocimiento estadounidense de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán (marzo del 2019) genera más presión sobre Hezbolá debido a la disputa (aunque todavía limitada) acerca de si el área de las Granjas de Shab’a pertenece a Líbano o a Siria. El derecho de Líbano a esta área es central para la narrativa de la resistencia de Hezbolá, el cual sostiene que actúa para liberar la zona de Israel. En este contexto, es notable el comentario raro del líder druso libanés Walid Jumblatt en una entrevista en la televisión rusa el 25 de abril respecto a que el área de la Granjas de Shab’a no es libanesa, y fue contradicho rápidamente por miembros de la coalición libanesa de Hezbolá.

La respuesta débil de Hezbolá hasta ahora al golpe serio que sufrió a manos de las FDI en el marco de Operación Escudo Norte luego del descubrimiento por parte de Israel y destrucción de túneles de Hezbolá que penetraban dentro de territorio israelí también indica una falta de interés en un conflicto en el futuro cercano. Sólo recientemente, el 25 de abril, UNIFIL anunció que reconoció que tres túneles de Hezbolá habían penetrado dentro de Israel. UNIFIL llamó nuevamente a la demolición de los túneles en Líbano, legitimando así las acciones de Israel.

No obstante los desafíos que enfrenta Hezbolá, no obstruyen sus esfuerzos continuos por invertir en su acumulación militar y despliegue hacia una posible guerra con Israel. La organización tiene recursos financieros diversos y grandes activos acumulados con los años que puede usar para este propósito. Además, aunque parece que Hezbolá no tiene interés en un conflicto con Israel en el momento actual no puede descartarse un estallido resultante de medidas individuales tomadas por Israel llevando a una respuesta por parte de la organización, o siguiendo una iniciativa por parte del mismo Hezbolá al servicio del interés iraní. En vista de la posibilidad de un conflicto a gran escala, aun si esto va contra los intereses actuales de ambos, Israel debe prepararse por adelantado para la posibilidad de una campaña militar en el norte.

 

 

 

Fuente: Institute for National Security Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

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