Enlace Judío México e Israel – La fiscalía militar de Israel anunció hoy su decisión de retirar cargos contra un hombre palestino que fue inicialmente acusado de violar a una niña israelí de siete años en un asentamiento de Cisjordania.
El ejército israelí y la Policía de Israel, afirmaron en una declaración conjunta que hay pruebas en el caso que demuestran que la niña fue agredida sexualmente, que “apuntan a la participación” del sospechoso, Mahmoud Qatusa. Sin embargo, los funcionarios involucrados en la investigación “opinan que no hay pruebas suficientes para presentar cargos contra Qatusa”.
Asimismo, están de acuerdo en que “se requiere una mayor investigación … con respecto a Qatusa, además de seguir otras pistas”.
“Gracias a Dios”, dijo un familiar de Qatusa tras la decisión. “Hemos estado diciendo desde el primer momento que es imposible que Mahmoud haga algo así. No podemos describir lo felices que estamos”.
El abogado de Qatusa, Nashef Darwish, dijo a la Radio del Ejército: “Mejor tarde que nunca. No creo que un pedófilo haya sido puesto en libertad debido a la negligencia de la policía, sino que un hombre inocente estuvo detenido durante un mes y medio sin motivo relacionado con la investigación”.
“Estoy convencido de que este caso será investigado más a fondo, y debería examinarse bien”, agregó. Este caso, argumentó Darwish, “dice mucho sobre la forma en que el poder judicial maneja todo lo que tiene que ver con los palestinos del otro lado de la Línea Verde”.
Un tribunal militar extendió la condena de Qatusa el pasado miércoles. La policía afirmó entonces que había recibido nueva información de los servicios sociales. Sus representantes también dijeron que de no verificarse la información, considerarían retirar los cargos.
La víctima fue interrogada nuevamente el lunes por una interrogadora especial para menores.
Haaretz informó el lunes que la prueba de detección de mentiras aplicada a Qatusa estaba en hebreo y no en árabe, su idioma nativo. Esto se suma a reportes anteriores de irregularidades en la investigación, que el Fiscal General Militar Sharon Afek dijo que analizará.
Durante la primera prueba, realizada en la estación de policía de la localidad cinco días después de su arresto, se le preguntó si violó a la niña y respondió negativamente. Los examinadores decidieron que era imposible obtener resultados inequívocos y luego realizaron una segunda prueba con las mismas preguntas, en la que dijeron que se encontró que estaba mintiendo.
Su abogado afirmó que aunque Qatusa habla hebreo, el hecho de que no fue examinado en árabe es una prueba más de negligencia del equipo de investigación. “Esta claro para todos que dicha prueba debe realizarse en la lengua materna del sospechoso”, dijo.
Tras su liberación, decenas de simpatizantes acompañaron a Mahmoud Qatusa de regreso a la aldea palestina de Dir Kadis en Cisjordania donde radica.
En una entrevista a Radio Kan, Qatusa enfatizó que es inocente y dijo que las autoridades deben atrapar al culpable y matarlo.
“Me alegra estar fuera y reunirme con mi familia y todos mis amigos, estoy contento, pero por otro lado me duele todo esto después de dos meses de prisión. Nadie puede entender lo que pasa en mi interior, soy el único que lo sabe”, expresó.
“No conozco a la niña. No la vi, y desde el principio grité y lloré y les dije: ‘Tienen a la persona equivocada, no puedo oír de esas cosas'”.
Qatusa describió su arresto y dijo: “Cuando llegaron a la escuela y me dijeron que estaba detenido no lo creí. Les dije: ‘¿Están seguros que estoy detenido?’ Me dijeron que sí y yo respondí ‘¿Por qué?’ Me dijeron, ‘lo sabrás en la estación de policía’. No puedo creerlo. Estaba seguro de que volvería ese mismo día. No entiendo por qué estuve detenido hasta hoy”.
“No tengo nada en contra de nadie, no tiene nada que ver con ser árabe, o judío. Trabajé 7 años en el asentamiento ultraortodoxo. Tengo amigos judíos allí, ellos me conocen, pregúnteles. Le explicarán mejor que yo”.
Uno de esos amigos es Zvika Golbanzitz, quien le envió a la familia de Qadusa un ramo de flores felicitándolos por su liberación. Cuando la policía llegó a la conclusión de que el ataque se había producido el 5 de abril en una propiedad de Golbanzitz, donde trabajaba Qadusa, Zvika declaró en su nombre y dijo que estuvo con él todo el tiempo.
“Soy una persona que no puede pensar en violar a una niña. El que lo haya hecho no debe ir a la cárcel sino morir”, concluyó.
Con información de Haaretz y Radio Kan / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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