Enlace Judío México – Alguna vez has tenido algo tan especial, que te gusta tanto que decides apartarlo para un uso particular. Por ejemplo, el vestido que te compraste para tu cumpleaños y que sólo usas en ocasiones especiales, el vino que guardaste específicamente para año nuevo, o cosas parecidas. La característica que comparten ambos objetos es que están separados del resto de tus bienes, los cuidas especialmente y no sólo eso, además les asignas un objetivo, le das sentido especial. Esa es la esencia de la santidad en el judaísmo, aquello que está separado para cumplir un objetivo mucho más importante.
Shabat es el día más sagrado para el judaísmo, porque es el único día de la semana que D-os nos pide santificar. Lo hacemos de dos maneras, le damos un sentido, el cual es recordar la Creación del mundo y recordar el pacto que hizo D-os con Israel. Es un día de celebración y festejo porque a través de nuestro disfrute estamos agradeciendo haber sido creados en este mundo y que dicho mundo haya sido hecho para servir a D-os. Básicamente es el día en que buscamos mayor conexión con D-os.
Lo apartamos del resto de los días absteniéndonos de ciertas actividades y actitudes y le damos sentido a través de nuestro disfrute. Sin embargo, también tenemos rituales que nos ayudan a separar y santificar el día, el más importante de ellos se llama kidush (santificación) y lo hacemos dos veces durante el Shabat. Al iniciar el día, en la cena del viernes en la noche y a la mañana después de los rezos en la sinagoga o en las casas durante la segunda comida. Es uno de los elementos más importantes del Shabat, porque a través de él recordamos la santificación del día (una de las formas en que separamos y damos sentido al Shabat) y el mandato que nos dio D-os de recordar y respetar el Shabat. Es en este ritual en que cumplimos con el mandato de recordar el Shabat y que recibimos sobre nosotros la responsabilidad de respetarlo.
¿En qué consiste?
Básicamente consiste en tomar una copa (dedicada especialmente para este momento) llenarla de vino y sobre ella leer los fragmentos de la Torá donde se nos pide recordar y respetar el Shabat; decir una bendición por la santificación del día, otra bendición por el vino y beber de la copa. Cualquiera puede decirlo y todos están obligados a escucharlo y beber del vino.
Los fragmentos que se leen y las bendiciones que se dicen son distintos entre el kidush de la noche y el kidush de la mañana. Durante la noche recordamos la Creación, leemos el fragmento que hablan sobre el Shabat dentro del Génesis y las bendiciones que decimos recordamos el Éxodo de Egipto. Mientras que el kidush que se dice en la mañana trae los fragmentos del Éxodo, donde D-os especifica las leyes del Shabat y nos recuerda la importancia de abstenernos de los trabajos prohibidos. En ambos casos se finaliza con las bendiciones.
Para que se considere que se cumplió con la mitzvá (el mandato) de kidush tiene que existir una cantidad mínima (119 ml) de vino sobre la cual se hizo, idealmente cada persona toma al menos un poco de él, sin embargo, si no hay suficiente vino o jugo de uva para que cada asistente tome se puede comer una galleta, una rebanada de panque o cualquier alimento hecho a base de los cinco cereales especiales (trigo, avena, cebada, centeno, espelta). Estos alimentos deben estar presentes en la mesa aunque haya suficiente jugo de uva o vino para todos, ya que el kidush debe hacerse en una comida donde hay granos también. Usualmente suele hacerse con pan, ya que se acostumbra hacer el kidush durante las comidas celebratorias del Sábado donde es obligatorio comer pan. A menos que se haga en la sinagoga (como es común que suceda en el kidush de la mañana), en esos casos se suele ofrecer una comida pequeña a los asistentes.
Generalmente la dinámica es la siguiente: En la noche del Shabat después de que la familia regresa del templo se reúnen todos a la mesa; se cantan dos canciones que se recitan siempre al caer la noche del Shabat (“Shalom Aleijem” y “Eshet Jail”) y que es una forma de darle honor al día. El padre de familia toma la copa que se dejó en la mesa previamente, sirve el vino o el jugo de uva; dependiendo de la tradición a la que pertenezca cada familia todos se sientan o se levantan; el padre dice el texto correspondiente, separá en otro recipiente una parte del vino, bebe de la copa y empieza a servir y repartir a los demás asistentes. Todos toman del vaso que les fue repartido y se levantan para hacer el lavado ritual de las manos y comer del pan. En lo que los hijos terminan de preparar la mesa los padres le dan a cada hijo una bendición. Acabando esto empieza propiamente la cena; desde que cae el Sol o desde que las mujeres prendieron velas está prohibido comer alimentos o consumir bebidas hasta antes de haber hecho kidush.
En cuanto a la mañana la dinámica es un poco distinta, las familias acostumbran a ir a la lectura de la Torá en el templo, donde se organiza un kidush y una comida. Algunos acosumbran quedarse al kidush y otros prefieren hacerlo en su casa. En cualquiera de los casos se suele abstenerse de comer entre el haber rezado y haber hecho kidush. Por lo mismo no se suele cantar ni se dan bendiciones a los hijos. Simplemente cuando se reúnen todos a la mesa se comienza a leer del texto correspondiente. Igualmente al finalizar comienza la comida correspondiente.
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