Enlace Judío México e Israel.- El Ministerio de Defensa ruso informa que el reactor que estaba a bordo de la embarcación se encuentra “aislado” y en funcionamiento
MARIA SAHUQUILLO
Tres días después, y tras las críticas por ocultar los detalles del caso, Rusia ha revelado que la embarcación militar secreta incendiada el lunes en el mar de Barents y en la que murieron 14 militares —la mayoría de alto rango— es un submarino de propulsión nuclear, confirmando las conjeturas sobre el suceso. El Ministerio de Defensa ruso ha asegurado que el reactor nuclear a bordo está “completamente aislado” y “en funcionamiento“. El incendio se produjo en la sala de baterías y desde ahí se expandió, según el ministerio. No obstante, Moscú, que ha declarado alto secreto el incidente, no ha desvelado las causas del fuego ni el tipo de misión que la embarcación llevaba a cabo. Noruega, vecino al lugar de la tragedia, ha informado de que no ha detectado niveles de radiación inusualmente altos.
Aún se desconoce cuántas personas estaban a bordo del submarino accidentado. Defensa solo ha informado de que hay supervivientes, entre ellos un “experto civil“, que fue evacuado como primera medida nada más desencadenarse el fuego. La autoridad de radiación y seguridad de Noruega ha afirmado a Reuters que se han hecho controles en la zona y que no han detectado niveles de radiación “inusualmente altos“.
Pocos detalles se conocen todavía de la estación de aguas profundas denominada Losharik. Solo en 2015 se tuvo una imagen clara de la embarcación. Y fue gracias a una fotografía que se tomó sin saber que estaba captando un proyecto de alto secreto la revista sobre coches Top Gear, que realizaba una sesión de fotos en el mar Blanco. Desde entonces, los expertos militares han apuntado que se trata probablemente de una embarcación de 79 metros de largo, siete metros de ancho y que desplaza 2.000 toneladas.
Se cree que el Losharik no porta armas. Los analistas militares apuntan que, aunque tiene capacidad de moverse por sí mismo —algo escasa—, se transporta con la ayuda de otros submarinos nucleares, por eso se le considera una estación subacuática. El secretismo que ha rodeado el caso —y ahora aún más al involucrar energía nuclear— ha derivado en la comparación con el accidente de la central de Chernóbil, en 1986. También, y sobre todo, con el suceso del submarino nuclear Kursk, en el que hace 19 años murieron los 119 miembros de la tripulación y cuya opacidad ha marcado a las autoridades rusas y a la ciudadanía.
Con el caso del submarino secreto, el Kremlin está tratando de dar pequeñas pinceladas de información sobre el asunto para frenar las críticas de la ciudadanía y las sospechas de que se está escondiendo algo, y a la vez mantener los principales detalles clasificados.
Este jueves, cientos de marinos han asistido a una misa especial en la catedral naval de Kronstadt, en la isla de Kotlin (golfo de Finlandia), conocida como la capital naval de Rusia. Allí, marinos y sacerdotes han orado y encendido velas en memoria de los 14 fallecidos en una solemne ceremonia.
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