Enlace Judío México e Israel.- La noche entre el 9 y 10 de abril de 1973, el Shayeret Matkal —grupo de élite del ejército de Israel— llevó a cabo la que probablemente haya sido su operación más arriesgada y exitosa: literalmente, se metieron en la boca del lobo para eliminar a destacados terroristas palestinos.
IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO
Esta operación se hizo en el marco de otra más amplia: la campaña “Ira de D-os”, que durante varios años (los historiadores del Mossad difieren al respecto) se dedicó a eliminar a casi la totalidad de los palestinos que estuvieron involucrados en el atentado terrorista en las Olimpiadas de Münich 72, cuando un comando de integrantes del grupo Septiembre Negro atacó a la delegación deportiva israelí, secuestrando y asesinando a once de sus integrantes.
Casi de inmediato, la Primera Ministro Golda Meir aprobó la implementación de un operativo de represalia, y poco a poco los terroristas involucrados fueron siendo eliminados.
En febrero de 1973, Ehud Barak —comandante a cargo del Shayeret— consiguió las fotos de tres de los principales integrantes de Septiembre Negro involucrados con el atentado en Münich: Muhamad Yousseff al-Nahar (jefe de la división libanesa de Al-Fatah y de los servicios de inteligencia de la OLP, y líder de las operaciones de Septiembre Negro), Kamal Adwan (responsable de organizar atentados terroristas tanto en Israel como en el extranjero), y Kamal Nasser (militante de la OLP).
Pero había un detalle que lo complicaba todo: los tres vivían en el barrio de Verdún, en la costa de Beirut, en dos edificios contiguos. Al-Najjar en uno, y los otros en el edificio de enfrente.
Así que el plan para eliminarnos exigía que las tropas israelíes se internaran en territorio libanés, lo que habría que hacer disfrazados de turistas.
Hacia la 1:30 de la madrugada del 9 de abril, los integrantes del comando de Ehud Barak descendieron frente a la costa de Líbano, mar adentro, en paracaídas. Se reunieron en la playa donde ya los esperaban otros integrantes del Mossad infiltrados en Líbano, que habían conseguido autos para el operativo. De ese modo fueron trasladados hacia Verdún.
La estrategia fue rápida y efectiva: comandos israelíes se introdujeron en los edificios y colocaron explosivos en las puertas de los terroristas de la OLP. Las volaron e ingresaron a las viviendas, eliminaron a sus objetivos y sustrajeron todos los documentos que encontraron. Mientras, afuera el resto de los integrantes del Shayeret Matkal repelieron el ataque de integrantes de la OLP y de la policía libanesa.
La operación fue más allá de eso: Al mismo tiempo que el comando de Ehud Barak eliminaba a Al-Najjar, Adwan y Nasser, un grupo de paracaidistas israelíes de la 35ª Brigada tomaron por asalto otro edificio bajo el mando de Amnon Lipkin-Shahak. Se trataba de una construcción de varios pisos que albergaba a varios milicianos del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Fue el sitio donde se llevó a cabo la refriega más intensa, ya que los comandos israelíes se toparon con unos 100 integrantes de la OLP que, custodiando el edificio o desde su interior, trataron de repeler el ataque. Sin embargo, la superioridad militar y estratégica de la tropa israelí se impuso. En el operativo murieron dos soldados judíos y varias decenas de terroristas palestinos.
Lipkin-Shahak tuvo que solicitar la evacuación aérea, y helicópteros de la Fuerza Aérea de Israel se encargaron del asunto. Antes de retirarse, los hombres de Lipkin-Shahak colocaron explosivos en el edificio, y la detonación provocó su derrumbe parcial.
También de manera simultánea, otros grupos del Shayetet 13 atacaron las oficinas de la OLP en Gaza, dos talleres de la OLP ubicados uno al norte y otro al sur de Beirut, y un depósito de vehículos de la OLP en Sidón.
Por su parte, tras cumplir su misión en Verdún el grupo comandado por Ehud Barak se enfrentó a una tropa de policías libaneses, pero los repelieron con relativa facilidad. Dos libaneses murieron. Los soldados israelíes lograron regresar a los autos que los habían transportado, fueron llevados de regreso a la playa (en el camino se cruzaron con un transporte blindado libanés que patrullaba la zona, pero ambos vehículos pasaron de largo), y evacuados satisfactoriamente para ser llevados de vuelta a Israel.
El nivel de sorpresa del ataque se refleja en las estadísticas: Mientras las tropas israelíes totales involucradas y bajo el mando de Ehud Barak y Amnon Lipkin-Shahak apenas sumaban 30 soldados, los libaneses y palestinos que los enfrentaron fueron más de 100. Sin embargo, las tropas israelíes sólo sufrieron cuatro bajas (dos muertos y dos heridos), mientras que la policía libanesa perdió a dos integrantes, y el número de palestinos muertos pudo ser de hasta 100.
Como dato curioso, el ataque a Verdún fue recreado en la película Münich, de Steven Spielberg, basada en el libro (semi-novela) La Espada de Gedeón, de George Jonas. Sin embargo, los eventos están altamente distorsionados para adaptarlos al guion (por ejemplo, ahí el operativo está a cargo de Avner Kauffman, el protagonista —interpretado por Erick Bana—, y Ehud Barak apenas aparece como un soldado bajo su mando).
Otro dato relevante es que para la realización de la Operación Primavera de Juventud, el Shayeret Matkal contó con el apoyo del Shayetet 13, otro grupo de élite —de la Marina Israelí— que recientemente ha sido anunciado como el próximo merecedor de un reconocimiento por parte del Jefe del Estado Mayor.
Ehud Barak no ha sido el único integrante destacado del Shayeret Matkal. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu también fue comandante de un grupo de élite de dicha agrupación. Curiosamente, en las próximas elecciones ambos se volverán a ver las caras como contrincantes. La primera vez que esto ocurrió fue en 1999, cuando Netanyahu —por entonces en su primera gestión como Primer Ministro— tuvo que convocar a elecciones anticipadas, y fue derrotado por Barak y el Partido Laborista. Ehud Barak se mantuvo como Primer Ministro hasta 2001, pero también tuvo que convocar a elecciones anticipadas debido al rotundo fracaso de sus negociaciones con Yasser Arafat en 2000, así como a la explosión de la Segunda Intifada ese mismo año. Ariel Sharon, al frente del Likud, lo derrotó contundentemente.
En las nuevas elecciones próximas a realizarse, Ehud Barak —sin mucho apoyo de la sociedad israelí— irá al frente de un nuevo partido político y en alianza con Meretz (que tampoco ha tenido mucho éxito en los últimos 15 años).
Ehud Barak lleva muchos años retirado de la política. Su regreso va de la mano con la fundación del novedoso Partido Demócrata de Israel, y no parece muy prometedor. Al frente de la alianza está Nitzan Horowitz, líder de Meretz. El grupo lo complementa la diputada Stav Shaffir, que acaba de separarse del Partido Laborista (Avodá).
Barak ocupa el lugar 10 de la lista de la coalición. Esto significa que para poder convertirse en diputado, la coalición necesita ganar por lo menos 10 escaños. En las últimas elecciones, Meretz —el partido mejor estructurado de este nuevo bloque— apenas obtuvo cinco.
Sin embargo, el arreglo para integrar la coalición le concedió a Ehud Barak la oportunidad de introducir en la lista de candidatos a varios cercanos suyos, que ocuparán los lugares 3, 7, 9, 14 y 15. Es decir, bastará con que el grupo gane tres asientos para que el nuevo partido de Ehud Barak tenga representación en la Knéset.
Por su parte, Netanyahu sigue sólidamente posicionado al frente del Likud, y su único rival verdadero es Benny Gantz al frente de la coalición Kajol Laván (Azul-Blanco).
Tal parece que los roles se han invertido. Sin duda que el liderazgo de Ehud Barak fue superior al de Netanyahu cuando se trató de operativos militares (tiene lógica: Barak fue militar de carrera; Netanyahu, en realidad, es economista egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Pero como Primeros Ministros, el currículum de Netanyahu supera por mucho al de Barak. Este último apenas estuvo dos años en el cargo, y su paso fue más penoso que glorioso. En contraste, Netanyahu acaba de convertirse en el Primer Ministro israelí que más ha permanecido en el cargo, superando el récord de David ben Gurión.
Sin embargo, una cosa es definitiva: La historia del pueblo judío siempre les recordará, a uno y a otro, como israelíes que dieron lo mejor de sí mismos para resguardar a Israel de sus enemigos.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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