Enlace Judío México e Israel.- Los tiroteos perpetuados en El Paso, Texas, y en Dyton Ohio, el 3 y el 4 de agosto pasado, que fueron verdaderas masacres y que dejaran 30 muertos y 51 heridos, fueron claramente actos de xenofobia, particularmente en El Paso, una comunidad en la que existe una gran hermandad entre sus pobladores, 85.0% de ellos hispanos, a esta ciudad a la que el causante del tiroteo, Patrick Crusius, de 21 años, que viajó 10 horas desde Allen un suburbio de Dallas, Texas hasta El Paso para entrar en un establecimiento Walmart y abrir fuego con un saldo de 22 muertos (8 mexicanos) y 25 heridos.
LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Previo al ataque Crusius subió a Internet con una retórica antiinmigrante similar a la que Donald Trump ha utilizado desde su campaña presidencial; Crusius, quien fue detenido, expresó que existe una “invasión hispana en Texas y planteó”, “si podemos deshacernos de suficientes personas nuestra forma de vida puede ser más sostenible”. Cuando fue detenido confesó a la policía que su objetivo era “matar mexicanos”. Las autoridades federales han descrito el ataque como un delito de terrorismo doméstico, que puede definirse como delito de odio, lo que sumado a los cargos de asesinato podría hacer que enfrente la pena de muerte.
Cabe mencionar que semanas antes del tiroteo en El Paso, la madre de Crusius había alertado al Departamento de Policía de Allen porque le preocupaba que su hijo, “no fuera suficientemente experimentado para manejar el arma tipo AK”.
En el tiroteo de Dyton Ohio, Connor Betts de 24 años mató a 9 personas entre ellas a su hermana, y dejó 27 heridos en menos de 30 segundos. Él fue abatido por la policía, en una búsqueda en la casa de Betts se encontraron escritos que mostraban interés en matar personas, empero, aparentemente no existían motivos raciales o políticos. Dos excompañeros de secundaria de Betts mencionaron que fue suspendido de la escuela en el 2012 después de que hizo listas de otros estudiantes que quería matar y violar y resultó en una investigación policial.
En este contexto, es evidente que Betts tenía problemas de salud mental, que dada la facilidad para adquirir armas de alto poder en EUA, (portaba un fusil tipo AR-15 con una recámara de 103 cartuchos y llevaba armadura corporal) hizo posible la sanguinaria matanza. La venta de armas de todo tipo y potencia en EUA son un mercado abierto para incitar a la violencia.
El trágico fin de semana en Estados Unidos cerró con otro tiroteo en el Douglas Park, de Chicago, cuando un hombre abrió fuego contra un automóvil. El saldo, 7 heridos. Según datos del organismo sin fines de lucro Gun Violence Archive, en lo que va de 2019 se han registrado en Estados Unidos 254 tiroteos masivos con un saldo de 273 víctimas mortales, incluidos en algunos de los casos a los atacantes.
Debido al parecido entre el discurso de Trump y el manifiesto del asesino de 20 personas en Texas, los aspirantes demócratas a la Casa Blanca culparon al presidente de los tiroteos en El Paso y Dayton.
Julián Castro, exalcalde de San Antonio, denunció una “mezcla tóxica” de nacionalismo blanco y aseguró que Trump necesita hacer más para “unir a los estadounidenses en lugar de avivar las llamas de la intolerancia. Asimismo, Beto O´Rourke, excongresista de Texas y candidato en las primarias del Partido Demócrata, acusó a Trump de ser un nacionalista blanco que alienta el “racismo abierto”. “Hemos visto un aumento en los crímenes de odio en los tres últimos años”.
El racismo y la supremacía blanca no solo son parte de una plataforma política de Donald Trump, son inherentes a su personalidad y a su filosofía de vida.
Los movimientos de supremacía blanca han existido en EUA desde hace más de dos siglos, “El Ku Klux Klan (KKK) y otros, se reconocieron al paso de las décadas como organizaciones conservadoras, anglosajonas en contra de las minorías raciales”.
Con la llegada de Donald Trump al poder, estos movimientos y organizaciones marginales, fueron aceptados y reconocidos en el centro de la expresión política. En este ámbito, existen grupos supremacistas blancos que creen que la raza blanca es biológica y culturalmente superior al resto. Por otra parte, hay nacionalistas blancos que apoyan la idea de crear sociedades exclusivamente blancas. También hay grupos neonazis y admiradores de Hitler que sienten un rechazo especial hacia los judíos, las personas no blancas, las comunidades LGBTI y las personas con discapacidades y el movimiento All Right (Derecha Alternativa) creado en 2008 por Richard Spencer, corriente que ha ganado mucho peso en los últimos años por considerarse el movimiento intelectual del supremacismo blanco.
Analistas consideran que varios de estos movimientos son autores de crímenes y tienen una ideología común de violencia, intolerancia y odio. Se estima que los grupos de odio en EUA superan mil. En este contexto, el fenómeno de los tiroteos se evalúa como parte del estilo de vida estadounidense “y por eso no se le ha presentado tanta atención a la ideología detrás de estos ataques”; por lo demás, las fuerzas de seguridad están mal equipadas para rastrear la violencia supremacista blanca; otro elemento que contribuyó a la relativa falta de acción de las autoridades respecto a los grupos de supremacistas blancos es “un subyacente racismo en EUA”; las fuerzas de seguridad no se activan por amenazas internas de personas que se parecen a ellos como lo hacen por una amenaza procedente de una ideología extranjera; no obstante, no hay duda de que los grupos supremacistas blancos y los de extrema derecha matan más que otros grupos. El proceso de radicalización racista solía llevar meses o años, ahora es cuestión de un par de semanas.
En el presente los sentimientos supremacistas en EUA se han exacerbado contra los inmigrantes, han explotado en matanzas colectivas, persecuciones, hostigamiento público, particularmente contra los hispanos, pero también contra otras minorías: árabes, asiáticas y afroamericanas Trump ha representado al pensamiento anglosajón conservador, violento que atenta contra otras personas y comunidades por pensar distinto, creer distinto y tener otro color de piel. El supremacismo blanco en EUA, ha cobrado una nueva fuerza, ha resultado vigorizante para un candidato y ahora –vergonzosamente- un presidente que no tiene empacho, ni prurito en expresarse así en mítines y reuniones a las que asisten antiinmigrantes. Trump convirtió lo políticamente incorrecto e indecente, en una práctica aceptada; transformó lo inaceptable socialmente, como una expresión de odio y de rechazo válidas, bajo la bandera del nacionalismo y la defensa de su país.
Trump desde su discurso de lanzamiento como candidato presidencial mostró una discriminación especial contra los mexicanos, señaló en él, que cuando México envía a su gente a EUA, no está mandando a los mejores, son criminales, traficantes de drogas, violadores,… Así, “se volvió peligroso ser mexicano en EUA, aún con residencia y permiso de trabajo”. Trump asocia a personas de raza negra o tez morena con criminales.
Los últimos atentados racistas en EUA fueron expresamente dirigidos contra mexicanos por el solo hecho de estar en suelo estadounidense. Trump, hipócritamente, condenó los atentados, dijo “con una sola voz nuestra nación condena el racismo, la intolerancia y la supremacía blanca; estas siniestras ideologías deben ser derrotadas”. Trump es un síntoma de una sociedad altamente polarizada, fruto de la transformación y mutación de paradigmas sociales y políticos, que está provocando la exaltación de personajes desafiantes y sin valores.
En este ámbito, resulta sumamente preocupante que, en la Cámara de Representantes de EUA, dominada por demócratas, han pasado leyes que incluyen revisiones más estrictas para quienes compran armas de fuego, sin resultados palpables; en el Senado nada se ha hecho al respecto.
En este entorno, resulta altamente preocupante que el actual gobierno no levante fuerte la voz contra Trump porque en ese país están matando mexicanos y “nosotros no queremos inmiscuirnos en los asuntos internos de ese país; somos respetuosos de las decisiones de otros gobiernos, porque el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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