Enlace Judío México e Israel – Diseñadora gráfica de carrera, la vestuarista Sara Salomon ha llenado de movimiento y luz el vestuario de innumerables obras de teatro, danza y, recientemente, la inauguración de los Juegos Macabeos Panamericanos México 2019.
Sara Salomon Estudió en el Colegio Hebreo Tarbut y, luego, en la UAM Azcapotzalco, de donde egresó como diseñadora gráfica en 1984. Aunque diseñó logotipos y páginas de revistas, su destino estaba en otro sitio. En entrevista exclusiva, nos cuenta cómo llegó a convertirse en una reconocida diseñadora de vestuario.
¿Cómo es que diste el paso hacia el Diseño de Vestuario?
Trabaje en Diseño Gráfico como freelancer. Diseñaba logotipos y páginas para revistas. Tuve un taller para estampado de ropa en serigrafía, imprimíamos mucha ropa. Me iba muy bien, pero decidí venderlo por razones personales. Al mismo tiempo vendía obra de pintores. Mi tesina para titularme la hice en el Museo de Arte Moderno. Tuve la oportunidad de entrevistar a artistas plásticos como Jan Hendrix, Magali Lara, Luis López Loza.
Esta es la obra que estaba vendiendo. Yo bailé en el grupo de danza israelí Anajnu Veatem durante 10 años. En 1984 murió Carlos Halpern, quien era el director de este grupo de bailes. Muy joven, a los 39 años. Unos días antes Carlos le pidió a mi esposo, Roberto Salomón, que sea su subdirector porque se sentía muy cansado.
A los pocos días le dio un infarto masivo. Estábamos por irnos de Aliyá. Roberto decidió quedarse como director general de Anajnu Veatem por 18 años. Necesitaba quién hiciera el vestuario. Anteriormente el que lo hacía era Carlos. Me lancé dándome cuenta que tenía talento para este nuevo proyecto en mi vida.
Comencé a hacer el vestuario para Anajnu Veatem y otros grupos a los que en años anteriores ya les había hecho, como Yajad de la Kehila Ashkenazí, que el coreógrafo en ese momento era Uzi Mizrahi. Par el grupo de bailes de la Ídishe, que su coreógrafo era Quique Karchmer. Al principio no cobraba, con la idea de cómo iba a cobrar algo que no sabía hacer. Poco a poco me di cuenta que tenía la capacidad de escoger las telas con diferentes diseños y caídas. Se me daba fácil entender cómo se iba a ver el vestuario moviéndose iluminada en el escenario. Todo esto fue en el Festival Aviv.
En 1994 la maestra Nellie Happee fue jurado en el Festival Aviv. Ella fue fundadora de la Compañía Nacional de Danza y después directora. En ese momento tenía un proyecto llamado “Esquina Bajan”. Al ver mi vestuario me invitó a trabajar para este proyecto. Hice más de 50 vestuarios de los años treinta y cuarenta en la Ciudad de México. La puesta en escena con la Compañía Nacional de Teatro fue todo un éxito. Es una obra musical que va desde el jazz a la comedia musical pasando por el clásico. Pasó por muchos escenarios internacionales. +
Después hice el vestuario para 12 obras más de la compañía Nacional de Danza. Después Alberto Lomnitz me llamó para su Compañía Seña y Verbo, en la que trabajan personas sordas y mudas. Existe hasta la fecha. Le diseñé al maestro Héctor Mendoza, que en paz descanse, para las obras de la Naturaleza de los Espíritus, El Burlador de Tirso... En esta época diseñé para Rosenda Montero, Martín Acosta, Jonah Waisberg, Enrique Singer, Compañía Nacional de Teatro y muchos más. Al mismo tiempo hacía danza y el Festival Aviv.
En 1998 me quedé embarazada de mi tercer hijo. El embarazo me mandó a la cama y me quedé solo con el Festival Aviv y danza por más de 10 años. Después comencé con ópera.
Yo diseño el Festival Aviv porque me da mucho gusto y placer. Es como mi casa me siento a gusto. La gente confía en mí. Ya que mis hijos han crecido regresé al teatro. Hice una preciosidad que se llama El Hilador. Se estrenó primero en 2016, en inglés, que se llama The Orbweaver, escrito por Paula Celaya Cervantes, escogido para un festival que se llama Fringe. Este se lleva a cabo en Vancouver, Canadá. Ganaron el premio del Público y de la Crítica. Son tres vestuarios. En esta obra mi vestuario de la muerte era estructurado como muy futurista, con flores blancas sobre la capa de la muerte. En México se ganan un Efiteatro. Gananamos premio yo por el vestuario, el escenógrafo (que) es Sergio Villegas gana el premio y el iluminador es Matías Gorlero. Por este vestuario fui nominada para los premios de los Críticos Periodistas de Teatro de México. Esta es una producción de 11-11 de Jiménez Saltiel.
Después he seguido con mucho teatro y comencé con ópera. En mayo se presentó para la Compañía Nacional de Ópera para la producción Sal si Puedes, de Daniel Cattan. Fue una producción muy grande, de 110 vestuarios, de los cuales 100 eran totalmente diferentes y se basa en los años ’30 en México.
Tuvimos las Macabiadas Panamericanas 2019. Tuvimos una temporada Anajnu Veatem en el Teatro de la Danza. En dos años esta gran compañía cumple 50 años. Estamos planeando algo muy grande. Es un gran placer para mí diseñar para Anajnu Veatem como para el Festival Aviv porque me da la oportunidad de ver muchas cosas mías en escena. Me da mucho crecimiento. Yo realmente soy autodidacta en cuanto a vestuarios. Lo que tengo con este grupo y el festival es la oportunidad de ver cosas muy diferentes. Cada coreógrafo me pide vestuarios muy diferentes. Puedo ver cómo se mueve la tela. Yo resuelvo de una manera y recibo información de cómo se ve la tela en escena.
Esto me ha dado un gran acervo de conocimiento de cómo las telas regresan la luz al espectador dependiendo cómo las ilumines. Me da una riqueza increíble. Cuando comencé en los ochenta comencé buscando en revistas, carátulas de discos, museos. Cuando tenía que vestir a una obra de Hamlet me iba a obras del siglo XVII buscando información. Trataba de encontrar telas que me dieran ese vestuario y la caída es muy importante. Así me formé buscando cómo resolver.
Yo me siento muy agradecida con D-os. Me dio la oportunidad de mostrarme que podía y tenía la capacidad de hacerlo. Siento que es mi socio. Cuando se me aparece un nuevo proyecto Él está cerquita. Por otro lado, siempre he tenido el apoyo de mi familia, de Roberto, mi compañero desde hace 37 años. Cuando he tenido que salir del país para un trabajo siempre he tenido su
apoyo.
El estudio de Diseño Gráfico sí me dio una base muy fuerte para poder diseñar. En la UAM, que comenzaba con esta carrera, tenían conceptos muy novedosos en cuanto a la composición, al color, a la manera de estructurar un diseño. Eso me estructuró muy fuerte para poder diseñar para un escenario. Siento que muchos de mis diseños tienen reminiscencias de lo gráfico que hacía. Ahora es mucho más fácil porque en internet uno entra a Google buscando lo que necesitas. La primera vez que hice un curdo para el Festival Aviv lo único que tenía era la imagen de una mujer, del pecho para arriba, cargando un bebé. Solo se veía el pecho y parte del sombrero. Así fui armando pedacitos y diseñando lo demás. Cuando hice un marroquí veía los vestidos con mucha tela. Tenía que quitarles tela para tener una línea en los vestidos. Fui aprendiendo cómo alargar una figura, cómo estilizarla, que se vea más ágil. El tipo de tela me ayuda.
Cuéntanos sobre los premios que has recibido
Si, en 1993 me dieron el premio Carlos Halpern a lo más relevante del Festival Aviv. Es lo que he recibido. Uno no trabaja para ganarse premios, pero si te los ganas es muy alentador.
¿Qué nos puedes decir de la producción para la inauguración de las Macabeadas Panamericanas 2019?
Fue increíble poder vestir para la inauguración de la Macabeada. El Centro Deportivo Israelita (CDI) formó equipos de gente que funcionaron de maravilla. Toda la Logística. Así mismo Roberto Salomón hizo todo el armado de los eventos que no eran deportivos. Se planearon varios eventos, entre otros, la inauguración.
El director de escena de toda la inauguración fue David Attie y el productor Roberto Salomón me explicaron la logística del evento. Yo comencé a trabajar basándome en los videos que ellos estaban haciendo. Los trajes están inspirados tanto en los videos. Ya en la inauguración lo que se veía en la parte trasera del escenario se reflejaba en los trajes. Mandamos a imprimir pedazos del video que se bordaron en los trajes mexicanos. Los trajes de los directores de orquesta surgieron de la Merkaba, es la imagen de la Estrella de David que se refracta y se vuelve en diferentes colores. Esta estrella yo la usé para diseñar el vestuario de los directores, que cada uno estaba vestido de diferente color.
Por primera vez mandé a imprimir las telas diseñadas por mí. Fue un reto dividir el evento y realizar los vestuarios para cada baile o presentación. Uno de los bailes constaba de 150 bailarines pertenecientes a las diferentes academias del CDI y Punto CDI, que también se dividieron por Ariela Aliphas y Federico Borenstein en seis grupos por color. Diseñé un traje que se hizo en seis colores.
Tuvimos los trajes gigantescos de vestidos mexicanos inspirados en la tradición mexicana, teníamos chiapaneca, huichol y un Quetzal, china poblana… Son mis versiones estilizadas como si fuera para una pasarela. Lo que desarrollé fue hacer muy grande, contemporáneo y estilizado este folklore. En el último número se utilizó vestuario de los mismos participantes porque ya habíamos acabado con el presupuesto.
Todo quedó muy bonito. Mi equipo de trabajo fue maravilloso. Mis realizadores son increíbles. Soy muy afortunada de tener a mi lado gente que realiza para teatro, ópera y danza.
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