Enlace Judío México e Israel – El jueves 12 de septiembre se llevó a cabo la conferencia “El perdón: una visión psicológica y espiritual, presentada por el psicoterapeuta Israel del Castillo y el Rabino Jaim Leizorek, en las instalaciones de Aish Bosques.
A menudo escuchamos que no es bueno cargar en la vida con resentimientos y rencores, y que es necesario aprender a perdonar pero, ¿cómo? Sobre esto hablaron, cada uno desde su perspectiva, el psicoterapeuta Israel del Castillo y el rabino Jaim Leizorek el martes 12 de septiembre en las instalaciones de Aish Bosques.
En el inicio de su ponencia, Del Castillo pidió al público asistente que le ayudara a definir el perdón. ¿Qué es perdonar? Uno de los presentes dijo “olvidar”, otra habló de “compasión” y por ahí se escuchó también la palabra “sanar”. “Lo que yo voy a proponer el día de hoy es el perdón como un elemento de un estilo de vida, no como un momento ni como una obligación religiosa o espiritual”, dijo el psicólogo al respecto.
El experto señaló que el perdón no puede ser un hecho aislado sino un elemento de una filosofía completa de vida. “Yo creo que el perdón no puede ser solamente alrededor de estas festividades”, dijo refiriéndose a las semanas previas a Yom Kipur, “tiene que ser un estilo de vida cotidiano.”
Luego, Del Castillo introdujo a la conversación —porque tal fue el formato de su conferencia— el concepto “propósito de vida”. “El perdón tiene que ser un elemento consciente de nuestro propósito de vida: ¿por qué nos levantamos? ¿Para qué nos levantamos?”
Ayudar a los demás, ser mejor cada día, trascender… el público aportó sus propósitos y el experto respondió: “¿qué tan conscientes estamos de eso todos los días al despertar, al abrir los ojos, al decir nuestras oraciones? Se nos olvida.” Luego explicó que hay dos tipos de propósitos en la vida: internos y externos, y dijo que los seres humanos nos perdemos en los externos: el trabajo, el cuidado de los hijos, las obligaciones religiosas y académicas… “Faltan elementos internos que no se miden en una chequera, no se miden en un coche, no se miden en un departamento, no son cuantificables: son internos totalmente.”
Por su parte, el rabino Leizorek comenzó su conferencia contando un chiste que hizo reír a la concurrencia. Después lo explicó: “la buena noticia es que existe el perdón; la mala noticia es que constantemente la regamos.” Luego narró la historia de un hombre que, de buena fe, le prestó dinero a un amigo por una semana pero este no le pagó sino hasta un año después: “mañana me voy a Canadá y no quiero irme con deudas. Aquí están tus $10 dólares”, a lo que el hombre respondió: “quédate con tus $10 dólares, prefiero perderlos que cambiar mi percepción de ti.”
El ejemplo ilustra la necedad con que a veces nos aferramos a nuestro rencor en vez de perdonar y dejar que los problemas emocionales sanen. El religioso también habló sobre casos extremos, como el terrorismo, en que no es posible perdonar. Esos, dijo, solo pueden ser perdonados por D-os.
¿Cómo es posible que los niños perdonen en cinco minutos y los adultos podamos pasar 20 años sin perdonar a alguien? Leizorek se preguntó. “Los niños prefieren ser felices a tener razón; los adultos prefieren tener razón a ser felices”, respondió.
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