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jueves 14 de noviembre de 2024

La República Islámica de Irán fogonea la guerra y pone en riesgo la seguridad de la energía global

Enlace Judío México e  Israel.- Los ataques a las refinerías sauditas son una amenaza directa y buscan desestabilizar la región.

GEORGE CHAYA

Los ataques a dos instalaciones petroleras en Arabia Saudita el sábado pasado, y la interrupción de la producción de aproximadamente 5.7 millones de barriles de petróleo, casi el 5% de la producción mundial de petróleo crudo por día, fue el mensaje más fuerte enviado por la República Islámica de Irán al mundo sobre su amenaza directa y continua a la seguridad energética global.

Los ataques tuvieron lugar en una de las mayores refinerías de petróleo del mundo. Si esa amenaza no se hizo a través del Estrecho de Ormuz, que Irán había amenazado con cerrar en varias oportunidades, estos ataques, llevados a cabo a través de terroristas hutíes, directos representantes iraníes, están logrando el mismo y repetido objetivo de los khomeinistas de desestabilizar la región y poner en riesgo la seguridad de la energía global de forma abierta y sin medir consecuencias.

Los iraníes habían usado previamente minas marítimas para dañar a petroleros sauditas, noruegos y emiratíes en el Golfo Pérsico en mayo pasado, y atacaron también otro oleoducto en Arabia Saudita el mismo mes. Todo esto nos dice que el mundo enfrentará una catástrofe económica a menos que confronte seriamente el problema iraní no solo neutralizando sus acciones bélicas y buscando salidas imposibles como lo hacen ciertos países europeos.

El ataque del pasado sábado también es una respuesta explícita de Irán a los esfuerzos recientes de los europeos para celebrar una cumbre entre los presidentes Donald Trump y Hassan Rouhani. A través de este acto terrorista, la República Islámica de Irán continúa y profundiza su estrategia para responder a la retirada estadounidense del acuerdo nuclear y sus consecuencias, las que paralizaron su industria petrolera, interrumpieron su economía y redujeron su exportación a menos de 200 mil barriles diarios después de exportar dos millones de barriles hace solo un año.

El presidente de EE.UU, advirtió que los ataques tuvieron un impacto negativo no solo en el Reino Saudita, sino también en las economías globales, incluida la estadounidense. Esta es una advertencia para todo el mundo, especialmente para los países consumidores de petróleo que, desafortunadamente, no están preocupados por lo que está sucediendo con las políticas agresivas y favorecedoras del terrorismo por parte de Irán.

Es cierto que el Reino tiene la capacidad y también la voluntad de lidiar y responder tal ataque, como lo ha dejado claro el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman en su conversación telefónica con el presidente Trump. Pero Occidente, especialmente los europeos, deben dejar de lado su posición apática y asumir su responsabilidad para detener el comportamiento agresivo de Irán.

Lo que es peor es que estos países no cumplen con sus responsabilidades y sobre todo, critican al Reino por enfrentar la interferencia iraní en Yemen. Sin embargo, quieren que continúen los suministros de petróleo y exigen precios justos, pero sin contribuir en nada para que eso suceda.

Probablemente algún día se despierten para ver que el precio del barril del crudo alcanzo los tres dígitos. Solo entonces sabrán muy bien que Arabia Saudita no fue el único bajo ataque, sino la economía global que está a punto de enfrentar una catástrofe.

Cualquier interrupción del sector petrolero en Arabia Saudita tendría un impacto negativo en la economía global, ya que el Reino exporta más petróleo crudo que cualquier otro país, según el Wall Street Journal.

Cuando Riad dijo que compensaría una “fracción” de las cantidades que fueron interrumpidas por el ataque de sus refinerías a sus clientes a través de reservas, ha demostrado su responsabilidad como país que contribuye a la estabilidad global. Sin embargo, este rol no continuará indefinidamente. La recurrencia de estos ataques tendrá un impacto en las reservas de petróleo sauditas. Entonces Arabia Saudita habría advertido repetidamente sobre el peligro de las acciones iraníes y nadie habría respondido.

Quizás estén esperando un desastre económico o quizás Irán no haya dejado lugar a otra solución para evitar este desastre que el escenario propuesto los khomeinistas acrecienta. Entonces, el mundo occidental pedirá un ataque estadounidense masivo y total contra objetivos iraníes, pero eso sucederá cuando Occidente, especialmente Europa comience a padecer escases de combustible.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, viajó a Arabia Saudita para analizar la respuesta a los ataques contra las dos instalaciones petroleras de Aramco, según anunció el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence en la mañana del martes. El presidente Donald Trump advirtió en la noche del lunes que EE.UU. estaba “preparado y listo” para responder a los ataques, pero ha enfatizado que no quiere una guerra. Si Irán realizó los ataques del sábado para presionar a Trump para que aliviane las sanciones destinadas a presionar a Teherán sobre su programa nuclear, esa estrategia fracasará, dijo Pence.

La coalición árabe liderada por Arabia Saudita dijo el lunes a través de un comunicado que el ataque contra las plantas petroleras de Arabia Saudita se llevó a cabo con armas iraníes y no se lanzó desde Yemen según los hallazgos preliminares. El portavoz de la coalición, el coronel Turki al-Maliki, dijo que una investigación sobre los ataques del sábado, que había sido reclamada por la milicia hutí alineada con Irán, todavía estaba en proceso para determinar la ubicación del lanzamiento. “Los resultados preliminares muestran que las armas son iraníes y actualmente estamos trabajando para determinar la ubicación … El ataque terrorista no se originó en Yemen, como afirmó la milicia huti”, dijo Maliki en una conferencia de prensa en Riad. Dijo que las autoridades revelarían la ubicación exacta desde donde se lanzaron los drones y misiles en una futura conferencia de prensa. Malki dijo que el Reino, es el principal exportador mundial de petróleo y es capaz de proteger la energía vital y los sitios económicos. Sin embargo ratificó que “ese acto cobarde se apunta principalmente a la economía mundial y no a Arabia Saudita”.

Las autoridades políticas y militares del Reino evalúan una respuesta de magnitud al ataque, EE.UU. está al corriente de ello. Las cancillerías europeas, que también sospechan que el Reino no dejara pasar este ataque sin cobrar represalias, una vez más hacen gala de la tibieza de los gobiernos de Europa y tratan denodadamente de evitar esa respuesta.

El régimen de Irán ha ido muy lejos en estas últimas acciones. Y con ello ha puesto en juego su futuro y la continuidad de los khomeinistas en el poder. Los días que vienen serán determinantes en el reacomodamiento del mapa de poder regional en la ancestral guerra entre sunitas árabes y chiitas persas.

 

 

Fuente: infobae.com

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