Enlace Judío México e Israel – El presidente de Israel, Reuven Rivlin se dirigió a la Knéset en la sesión inaugural de la vigésimosegunda legislatura.
La nueva legislatura juró el cargo en una ceremonia en el recinto oficial de la Knéset en Jerusalén.
El juramento extraordinaria se produjo solo cinco meses después de la ceremonia anterior y con la posibilidad de que la duración de esta Knéset también sea de corta duración, en vista de los obstáculos para que se forme un nuevo gobierno.
Si bien la mayoría de los legisladores tomaron posesión durante la ceremonia, los miembros de la Lista Conjunta no asistieron, como parte de una huelga general en la comunidad árabe israelí que fue convocada como parte de sus exigencias para mejorar el combate del gobierno a la criminalidad que la afecta.
Matan Kahana de la alianza de partidos de derecha Yamina se convirtió en el miembro número 1000 de la Knéset en la historia de Israel.
Debido a la proximidad de las elecciones de septiembre a la votación anterior en abril, solo se juramentaron ocho diputados que nunca antes habían servido en la Knéset, un mínimo histórico.
La ceremonia de inauguración terminó con el canto del himno nacional, “Hatikva”. Los líderes del partido se dirigieron al Salón Chagall para la tradicional foto de los jefes de partido y un brindis festivo a los nuevos legisladores.
El discurso de Rivlin fue el siguiente.
“Honorables miembros de la Knéset, mis conciudadanos israelíes. Hay una historia sobre el presidente Jaim Weizmann, que se encontraba en su casa en Rehovot con una mirada triste en su rostro. ¿Por qué estás tan triste?’, le preguntaron. Después de todo, Moshé caminó por el desierto durante 40 años y nunca llegó a la Tierra de Israel. Guiaste al pueblo durante casi 40 años a través del desierto, pero realizaste el sueño. Nuestro Estado se ha establecido y tú eres la cabeza de este sueño. El presidente respondió: ‘No, estoy en una posición mucho peor que la de Moshé. Es difícil’, dijo, ‘Es difícil vivir el sueño’”.
“Queridos amigos, en momentos como este sentimos que es difícil vivir el sueño, pero no debemos olvidar ni por un momento que lo hemos logrado. Realizamos el sueño. El Estado de Israel es un milagro, un Estado judío y democrático a la vez. Un hogar para todos nosotros, un lugar seguro. Nunca olvidemos ni por un momento dónde y por qué comenzó ese viaje”.
“Honorables invitados, mi llamado a un gobierno amplio fue criticado de izquierda a derecha. Escucho esa crítica. Es legítima y tiene algo de verdad. Sé que un gobierno amplio, o un ‘gobierno de unidad nacional’, no es lo que todos los ciudadanos israelíes eligieron en las elecciones. También sé que si se forma un gobierno tan amplio, algunos de ustedes se encontrarán en la oposición. Y sin embargo, yo, desde el fondo de mi corazón, y con el fin de desempeñar mi papel, se me pide y pido ser su presidente también. No sólo de la mayoría, no sólo de la unidad, que por definición deja a grandes partes de la sociedad sin influencia”.
“Sin embargo, hay momentos en la vida de un pueblo en los que el presidente está obligado a intervenir como parte del desempeño de su función oficial, para guiar y calibrar el sistema que está luchando por volver a la normalidad. Como dijo el presidente Herzog cuando decidió intervenir e intentar formar un gobierno de unidad nacional: ‘Nuestra democracia está en peligro, y sin un régimen democrático basado en la voluntad de la mayoría del pueblo, el Estado de Israel no tiene futuro. El mayor peligro está aquí, dentro de nosotros,’ dijo. ‘Proviene de la intolerancia y de un discurso entre religiosos de un tipo y de otro, entre religiosos y laicos, entre diferentes identidades étnicas, entre pueblos diferentes. Y, para nuestra vergüenza, ya aparece en declaraciones públicas lamentables y aterradoras'”
“Eso dijo el presidente Herzog, y a veces se siente como si hablase hoy mismo. Mi poder también es limitado. No tengo nada más que palabras. Sólo puedo sugerir, y quizás intentar construir puentes. Tampoco sé si soy el mediador más apropiado. Pero sé que estamos en un momento de crisis para la Casa de Yaakov, en una emergencia para la seguridad de Israel y para la sociedad israelí, una emergencia para la democracia israelí: todo lo que nos es querido”.
“Formar un gobierno no es sólo el deseo del pueblo. Más que nunca, en tiempos como estos, es una necesidad económica y de seguridad que no hemos visto en muchos años”.
“Como leemos en el Libro del Eclesiastés, hay un tiempo para guardar y un tiempo para desechar, un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar, un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.”
“Amigos y maestros, conciudadanos israelíes, junto a la frustración por el estancamiento político en el que nos encontramos, los resultados de las elecciones son también una insignia de honor para la sociedad israelí. Son una tarjeta roja de los ciudadanos de Israel a sus funcionarios electos. Una tarjeta roja para el populismo, para un sistema político que se alimenta de las diferencias entre nosotros y que ve todos nuestros temores, los unos de los otros, como algo para explotar”.
“Ustedes, funcionarios electos y líderes del pueblo, tienen la oportunidad de formar un gobierno amplio que nos permita dejar de lado los desacuerdos entre nosotros y trabajar para buscar ámbitos de acuerdo. Trabajar por el pueblo de Israel, su economía, su seguridad y, al hacerlo, darnos a todos la oportunidad de respirar un poco, de sanar. En tal gobierno, ninguna de las partes podrá destacar al atacar y deslegitimar a la otra. En tal gobierno, tendrán que sobresalir influyendo en la vida real. Reduciendo los costos. Lidiando eficazmente con Hamás, Hezbolá e Irán. Aumentando la productividad. Invirtiendo en el cuidado de los ancianos y los discapacitados. Elevando el nivel de educación. Creando una verdadera igualdad de oportunidades para las personas que viven en las periferias sociales y geográficas. Enfrentando el crimen y la violencia que están sobrepasando a la sociedad árabe y se han convertido en una emergencia nacional”.
“Un gobierno amplio de este tipo sería una oportunidad para que todos recordemos que aunque puede haber áreas de desacuerdo entre nosotros, también hay una amplia gama de desafíos que queremos afrontar”.
“Honorables miembros de la Knéset, los ojos de la nación están puestos en ustedes, partidos pequeños y grandes. Las elecciones son el reality show más caro que puede haber: 1.700 millones de shekels. Deben recordar que en cada temporada, el rating puede bajar, mientras que el resultado sigue siendo el mismo. Como he dicho antes, no tengo soluciones mágicas. Pero este pueblo no necesita soluciones de ese tipo, necesita líderes. Los necesita a ustedes. Fueron elegidos para poner su fe en todos ustedes, aquí sentados. Cuiden de esa confianza, porque no hay nada más precioso. Sin ella, ¿qué será de nosotros?”
“Felicitaciones a los miembros de la vigésimosegunda Knéset. Espero que esta Knéset cumpla plenamente su mandato y que exprese su confianza en un nuevo gobierno para Israel, un gobierno para el pueblo de Israel. En honor de la Knéset, en honor de la democracia israelí y en honor de los ciudadanos de Israel”.
“Mis queridos ciudadanos israelíes, al final de mi intervención, me gustaría actuar de acuerdo con la tradición judía, que cree que el Yom Kipur no puede eliminar los pecados cometidos entre un individuo y sus semejantes hasta que esa persona pida perdón. Pido perdón si he actuado o hablado de una manera que no fue apropiada, o si he callado y no he denunciado acontecimientos impropios. Pido perdón a todo aquel que haya herido, a todo aquel que haya ofendido con mis palabras, mis acciones o mi inacción. A todo aquel que se haya ofendido por lo que dije o por lo que no dije”
“Como leemos al final de Yom Kipur, las necesidades de tu pueblo son grandes y no saben cómo expresarlas. Las necesidades de mi pueblo son grandes, y no sé cómo expresarlas”.
Y, como decimos en estos días de arrepentimiento entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, “Señor, sana a los de tu pueblo que están enfermos y ve la gravedad de la hora. Trae paz entre nosotros, trae tranquilidad a nuestros palacios. Concede la paz en esta tierra, dale paz a este reino. Trae bendito rocío y lluvia en su momento. Da semillas para sembrar y pan para comer. Dale de comer a los niños hasta que queden satisfechos”.
“Gmar Jatimá Tová. Un buen año – Shana Tová – para ustedes y para todo el pueblo de Israel”.
Fuente: Arutz Sheva / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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