Enlace Judío México e Israel.- Las diferentes guerras que se llevan a cabo en el Medio Oriente son bastante complejas en relación a quien participa en ellas; alianzas militares de países de la región y las potencias extranjeras que los apoyan están cambiando de bando en virtud de intereses circunstanciales.
LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
El 6 de octubre pasado el presidente Donald Trump anunció la salida de 2,000 efectivos del Norte de Siria que apoyaban a los kurdos; Trump reafirmó que no los ayudarían más en la guerra contra el Estado Islámico (EI) y tampoco permanecerían en el área próxima, ante la ofensiva de Turquía que lanzó por aire y tierra contra los kurdos en Siria el 9 de octubre, que incluyó bombardeos, artillería pesada y una ofensiva terrestre.
La decisión de Trump ha sido interpretada por diversos analistas como una traición que refleja un cambio dramático de la política exterior estadounidense. Ciertamente, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) milicia kurda que controla gran parte del noreste de Siria ha acusado a EUA de “una puñalada por la espalda”; el portavoz de la FDS, Kino Gabriel, señaló que había garantía para que EUA no permitiera ninguna operación militar de Turquía.
El nuevo giro de Trump también tuvo una rápida respuesta por parte de uno de los republicanos del Congreso más próximos al presidente. El senador Lindsey Graham le instó a dar marcha atrás respecto a la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria, al considerar que la medida sería responsable de “un desastre en ciernes” y supone una mancha en “el honor de Estados Unidos por abandonar a los kurdos”. El anuncio de Trump va contra las recomendaciones del Pentágono y el Departamento de Estado de EUA.
El pueblo kurdo es una minoría étnica sin Estado propio, la más importante del Medio Oriente. Su población, alrededor de 35 millones, vive en una región montañosa cuyo territorio está repartido entre 4 países: Turquía, Irak, Irán y Siria y un pequeño enclave en Armenia; es un pueblo unido por una lengua propia y una cultura milenaria. La mayoría de los kurdos son musulmanes sunitas, pero una parte sigue otras religiones y creencias.
Desde el inicio del siglo XX han aspirado el reconocimiento del Kurdistán como nación; empero, cuando se firmó el Tratado de Paz Lausana, Suiza, en julio de 1923 entre los gobiernos de Grecia, Turquía y las naciones aliadas de la Primera Guerra Mundial, para establecer las fronteras de la Turquía moderna, no se consideró la formación de un Estado kurdo; los intentos de crear un Estado independiente (Kurdistán) han sido violentamente reprimidos. Turquía considera terroristas a las Unidades de Protección Popular (UPG), que estaban aliadas a EUA, sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PTK), la guerrilla kurda está activa en Turquía.
Cabe destacar que en el norte y este de Siria viven cerca de seis millones de civiles –la mitad, kurdos-, de los cuales más de un millón y medio necesitan asistencia humanitaria y 650,000 han sido desplazados por los combates, según la ONG Save The Children. Cientos de personas se manifestaron en la frontera norte turco-siria contra la ofensiva. Una nueva incursión provocará previsiblemente otra huida masiva. Ya hay 6.2 millones de desplazados internos y 5.6 millones de refugiados en los países vecinos y en Europa. Más de 11,000 milicianos muertos y 24,000 heridos es el balance que hacen las YPG de los últimos cinco años de enfrentamientos en esta zona.
Con la ofensiva, las fuerzas kurdas han advertido de que tendrán que movilizar a todos sus efectivos y reducir el número de milicianos que custodian a los yihadistas detenidos en prisiones y campos. Allí han ido a parar más de 12,000 combatientes radicales internacionales -4,000 occidentales, y 80.000 yihadistas mujeres y sus hijos -12,000 internacionales que se hacinan en cinco campos del norte y el noroeste. La mayoría de los radicales internacionales se entregaron o fueron capturados durante los combates de Baguz, en la frontera con Irak y último reducto del califato del EI, que se derrumbó el 23 de marzo.
En los últimos meses los contactos entre los kurdos de Siria y el gobierno de Damasco (Bashar Al Assad) se han multiplicado para hablar de un acuerdo que permita llenar el vacío de retirada de las tropas de EUA, a la vez que se mantendría la autonomía de los kurdos durante la guerra civil en Siria.
En las últimas semanas, el Ejército turco ha acumulado tropas y material militar a lo largo de su frontera sur; especialmente en la provincia de Sanliurfa. Los medios turcos difundieron imágenes del despliegue de artillería pesada frente a las localidades sirias de Kobane y Tel Abyad. También se vieron columnas de humo elevarse sobre Tel Abyad, que se atribuyeron a intentos de las propias milicias kurdas de dificultar el espionaje de los drones turcos, utilizados cada vez más por Ankara en su lucha contra el PTK.
Ankara pretende establecer lo que llama “un corredor de paz” de una anchura de 30 kilómetros y una longitud de 480. Su plan es no solo alejar a las YPG de su frontera, sino también edificar en la zona 150 nuevas localidades y repatriar allí al menos a un millón de los 3.5 millones de refugiados sirios que residen en Turquía. En el territorio ocupado durante las dos anteriores incursiones militares (Afrin el año pasado y el norte de la provincia de Alepo en 2016) ya ha realojado a 365,000 refugiados sirios y a 150,000 desplazados. Turquía utilizará hasta 14,000 combatientes sirios opositores a El Assad, como fuerza de choque, mientras el Ejército aporta mandos operativos especiales, aviación y artillería.
El FDS asegura que en sus filas luchan más 70 mil combatientes; 20.0% son mujeres. Las Unidades de Protección Popular (YPG) fueron creadas un año después del estallido de la guerra siria en 2011 y tras la retirada de las fuerzas progubernamentales del norte del país. Se trata del brazo armado del aparato político kurdo –de inspiración marxista- que en el último lustro ha establecido una Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (NES, por sus siglas en inglés).
Desde 2014, las YPG se han convertido en el principal aliado en tierra de la coalición internacional liderada por Estados Unidos en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico. En 2015, miles de combatientes árabes y sirios se sumaron a la lucha bajo el liderazgo kurdo en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Los kurdos controlan entre un 20.0% y 25.0% del territorio sirio incluidas localidades árabes como Raqa, la antigua capital del EI, han llegado también desde suelo turco efectivos del PKK. La ofensiva turca da por terminado el llamado “mecanismo de seguridad” puesto en marcha con la mediación de EUA, por lo que los milicianos kurdos comenzaron a detonar los túneles defensivos cavados por los turcos.
Los kurdos son la fuerza principal que luchó contra los terroristas del EI, “el mundo debería estar con ellos”. La invasión de Turquía generará una ola de asesinatos y deportación de Kurdos y un importante movimiento de refugiados que cambiará la realidad demográfica de la región.
Senadores de EU consideran que la salida precipitada de las fuerzas militares de Siria, solo beneficiará a Rusia, Irán y al régimen de Assad; asimismo, señalan que Trump debería ejercer el liderazgo para mantener la coalición internacional para derrotar al EI y evitar un conflicto importante con Turquía, Aliado de EUA en la OTAN (Organización del Tratado Norte) y los socios de EUA en la lucha contra el terrorismo.
A su vez Trump ha lanzado una advertencia de que, si Turquía se extralimita, “destruiré su economía”. Por su parte, el presidente de Turquía, Erdogan ha expresado que si Trump no acepta la estrategia que implementa en Siria, “me pondré en manos de Rusia”.
Por otra parte, Erdogan envío el 11 de octubre un duro mensaje a la Unión Europea: si ustedes llaman la operación militar de Siria una invasión, podemos abrir las puertas y enviar los 3.6 millones de refugiados sirios en Turquía, a Europa.
Erdogan también arremetió contra Arabia Saudita y Egipto, quienes criticaron el movimiento militar, “¿quién trajo a Yemen a su Estado actual? preguntó desafiante.
Con respecto a Egipto, dijo que El Cairo no tiene derecho a criticar a su país, “porque la democracia en Egipto fue asesinada”.
Analistas políticos piensan que la invasión de Turquía en el norte de Siria va a provocar una gran inestabilidad en la zona. No es la primera vez que Turquía invade partes del territorio de Kurdistán. En enero del 2018 lo hizo en Afrin al norte de Siria, la región se convirtió en un caos que provocó el desplazamiento de 300 mil personas que en el presente viven en campamentos de refugiados al Norte de Alepo.
En este contexto se prevé que la nueva invasión de Turquía provocará una ola de violación de los derechos humanos y millones de personas van a tener que salir huyendo por la frontera de Irak. Seguramente los kurdos pueden verse obligados a buscar un acuerdo con el gobierno sirio que no necesariamente les será favorable.
Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.
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