Enlace Judío México e Israel.- Ahora está claro que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tenía la intención de aniquilar a los kurdos sirios hace ya dos años. Además, sus planes fueron evidentes para el ejército de EE.UU. a comienzos de este año, y se le transmitieron al presidente Trump entonces.
MALCOLM LOWE
A fin de disfrazar sus planes, Erdogan los reveló por fases, haciendo primero demandas menores y luego mayores al ejército estadounidense, a las que Trump accedió, a veces en el transcurso de conversaciones telefónicas con Erdogan. Por lo tanto, Erdogan pudo engañar al ejército de EE.UU. hasta enero de 2019 y engañar a Trump hasta la actual invasión: Trump desafió resueltamente cualquier consejo de lo contrario por parte del ejército (y de todos los demás).
Al principio, Erdogan exigió la retirada de las milicias kurdas sólo del oeste del río Éufrates. Este era el objetivo proclamado de sus llamadas operaciones Escudo del Éufrates y Rama de Olivo (la expulsión de cientos de miles de kurdos del área de Afrin). Con eso logrado, empezó a exigir una “zona de seguridad” de control turco, al este del río, de 32 kilómetros de profundidad. EE.UU respondió aceptando patrullas conjuntas de EE.UU y Turquía en la zona. Erdogan exigió que las ciudades kurdas de la zona desmantelaran las fortificaciones que habían construido para defenderse del Estado Islámico (ISIS). Los kurdos accedieron, tranquilizados por el ejército de EE.UU de que este paso eliminaría cualquier pretexto para una invasión turca.
Por último, en octubre de 2019, Erdogan le pidió a Trump en una nueva llamada telefónica que retirara los soldados estadounidenses de las patrullas y Trump aceptó, creyendo que al amenazar a Turquía en Twitter, podría disuadir una invasión turca. La invasión comenzó de inmediato. Quizá se ha estancado, ahora que los kurdos han invitado al ejército del régimen de Asad a desplegarse por todo el noreste sirio hasta la frontera iraquí. De ser así, entre los beneficiarios estará Irán, el archienemigo de Estados Unidos, que ahora puede ver su anhelada vía desde Teherán a Quneitra en la frontera de Israel.
El calendario de la aniquilación
No es preciso documentar este calendario con vínculos a la información que se ha publicado muchas veces en muchos medios. No obstante, se recomiendan especialmente los artículos de Seth Frantzman, que conoce de primera mano la zona y a los principales partisanos kurdos.
Septiembre de 2014-abril de 2015. La ciudad y zona kurdas de Kobani fueron atacadas por las fuerzas del ISIS y huyeron 400.000 kurdos. Pero una milicia kurda, las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas lograron (con el apoyo de la fuerza aérea estadounidense) expulsar al ISIS, aunque con un gran número de bajas y la destrucción de la mayor parte de la ciudad. Ahora (octubre de 2019) Turquía ha atacado Kobani y los habitantes han vuelto a huir.
Octubre de 2017. Tras una larga campaña, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) —una coalición de las YPG y otras milicias árabes y cristianas— capturaron Raqa, la capital del ISIS. En posteriores operaciones, las SDF capturaron todos los demás bastiones del ISIS y encarcelaron a miles de terroristas del ISIS y sus familias. Unos 11.000 kurdos sacrificaron su vida. Todos recibieron el apoyo de las fuerzas aéreas estadounidenses y una pequeña fuerza terrestre de unidades de fuerzas especiales estadounidenses, francesas y británicas, que sufrieron unas pocas bajas. Sin embargo, durante todo este tiempo, Erdogan ha afirmado que las SDF eran terroristas tan malvados como el ISIS —sin ninguna prueba relevante—, alegando que su componente de las YPG estaba fomentando simultáneamente la rebelión entre los kurdos de Turquía.
Enero-marzo de 2018. Apoyados por la fuerza aérea, la artillería y los carros blindados turcos, el Ejército Libre Sirio (ELS) —una milicia entrenada en Turquía y compuesta de refugiados islamistas— conquistó el área de Afrin, la ciudad en el extremo occidental de aquellas partes de Siria con una gran población kurda. Desde 2012, bajo la protección de las YPG y después las SDF, Afrin ha sido uno de los pocos enclaves pacíficos durante la terrible guerra civil de Siria. La invasión respaldada por Turquía no sólo expulsó a las milicias de las SDF, también a 400.000 civiles kurdos, según las estimaciones. En sus antiguas casas, el Ejército Libre Sirio de Turquía instaló a refugiados islamistas afines que habían sido expulsados del este de Guta por el régimen sirio con ayuda rusa. Los recién llegados instituyeron un duro régimen de la sharia que también obligó a los cristianos del lugar a huir. Este fue un ensayo general para la actual ofensiva turca de octubre de 2019.
Abril de 2018. El presidente Trump anunció su intención de retirar todas las fuerzas estadounidenses de Siria. Su propio secretario de Defensa, James Mattis, sus asesores personales y sus principales partidarios en el Congreso, como la senadora Lindsey Graham, le instaron a esperar, al menos. Un artículo de Gatestone preguntaba: “¿Va a repetir Trump el peor error de Obama?”. Pronostica que el resultado sería un intento turco de aniquilar toda la presencia kurda en Siria. El artículo añadía que, puesto que Irán había denunciado la operación turca en Afrin, Irán podría ser precisamente el país al que, mediante su presencia en Siria, tuvieran que recurrir los kurdos para salvarse. Los principales aliados de EE.UU, para poder sobrevivir, podrían no tener más opción que recurrir al principal adversario de EE.UU.
Diciembre de 2018. Turquía amenazó con repetir su operación de Afrin en Manbij, cerca de la margen occidental del Éufrates. El ejército estadounidense dudó sobre cómo proteger a sus aliados de las SDF y a los kurdos de Manbij. Fue después una sorpresa y una consternación que las SDF invitaran al ejército del régimen sirio, con el apoyo ruso, a asumir sus posiciones. Turquía renunció a sus planes, pero hoy está amenazando otra vez a Manbij. Otro artículo de Gatestone, titulado “Los fieles aliados kurdos sirios de Estados Unidos evitan la aniquilación, mientras que las fuerzas estadounidenses en Irak se enfrentan a la expulsión”. Rechazaba la afirmación de Trump de que él podría de algún modo controlar los acontecimientos en Siria en la distancia, a través de la presencia estadounidense en Irak; señalaba que, precisamente, esa presencia podría terminar en cualquier momento por la oposición local, dando lugar a un colapso de la política estadounidense para Oriente Medio. La afirmación de Trump quedó inmediatamente refutada en octubre de 2019. En cuanto al colapso de la política estadounidense, Trump tuiteó hace poco que “Turquía, Europa, Siria, Irán, Irak, Rusia y los kurdos tendrán que resolver ahora la situación”, lo que indica que a él le da igual.
Enero de 2019. Después de que Mattis dimitiera como secretario de Defensa por la política de Trump en Siria, Erdogan anunció su intención de crear una “zona de seguridad” de 32 kilómetros más allá de la frontera turca con Siria. Como informó Voice of America el 23 de enero, el plan de Erdogan era reasentar a tres millones o más de refugiados de otras partes de Siria en esta “zona de seguridad”, que se adentraba hasta 30 kilómetros en Siria.
Puede que treinta kilómetros no parezcan mucho, pero algo que no mencionó VOA es que casi todas las ciudades kurdas del noreste de Siria se encuentran en esa zona. (La única excepción señalable es Hasaka, donde hay muchos kurdos). De modo que la intención de Erdogan de aniquilar la presencia kurda en esa zona y sustituirla por otras ha sido manifiesta desde principios de este año, como mínimo.
Octubre de 2019. A instancias de Erdogan en una llamada telefónica el 6 de octubre, Trump decidió retirar a un pequeño número de soldados estadounidenses que participaban en las patrullas conjuntas de EE.UU y Turquía (no eran más de 50) para sorpresa total de (entre otros) el secretario de Defensa, Mark Enser y Jim Jeffrey, el representante especial de la Administración para Siria. Los turcos invadieron enseguida, utilizando al Ejército Libre Sirio como fuerza terrestre, apoyada por artillería y bombas desde el aire. Los líderes kurdos se quejaron de que el ejército de EE.UU no sólo los había abandonado, sino también de que les estaba impidiendo recurrir a Rusia y al régimen sirio (como en el caso de Manbij). Entonces, cientos de presos de un campo de prisioneros dirigido por kurdos para cautivos del ISIS fue liberado por los bombardeos turcos de la zona, o por un ataque del Ejército Libre Sirio (según las versiones). Enser, al darse cuenta de que pronto habría sueltos miles de cautivos del ISIS, evacuó a toda prisa a los aproximadamente mil miembros del personal estadounidense que aún estaba en la zona. Con ese obstáculo eliminado, los kurdos invitaron al régimen sirio a llegar con ayuda rusa. Debe decirse que, por mucho que la gente pueda detestar a Bashar al Asad, responsable de asesinatos en masa, uno espera que vuelva a rescatar a los aliados abandonados por Estados Unidos.
Tuits impotentes y ultraje republicano
Estos son los dos tuits con los que Trump pensó que podría asustar a Erdogan y hacerle abandonar sus planes genocidas:
Como ya he dicho enérgicamente, y sólo para repetirlo, si Turquía hace algo que, en mi gran e inigualable sabiduría, considere más allá de los límites, destruiré y arrasaré totalmente la economía de Turquía (¡ya lo he hecho antes!). Deben, con Europa y otros, vigilar (…)
… a los combatientes del ISIS capturados y sus familias. EEUU ha hecho mucho más de lo que cualquiera podría haber esperado, incluida la captura de todo el Califato del ISIS. Es hora de que otros en la región, algunos muy ricos, protejan su propio territorio. ¡ESTADOS UNIDOS ES GRANDE!
Es casi imposible encontrar algo en esos tuits que no plantee grandes dudas. Se puede imaginar la alegría con que Erdogan mostró desprecio por los tuits en Twitter y se apresuró a llevar a cabo sus planes cuidadosamente preparados. En cuanto a la “gran e inigualable sabiduría”, muchos de los antiguos asesores y simpatizantes de Trump vieron confirmados sus temores de una locura inigualable.
Los cautivos del ISIS ya han empezado a correr en libertad. Son unos 11.000 combatientes y 70.000 familiares que están siendo supervisados por miles de soldados de las SDF. Esos soldados de las SDF tendrán que defender ahora sus propias casas y familias. Ya se ha señalado lo poco que las fuerzas terrestres estadounidenses han contribuido a la captura del Califato islámico, y lo grande que ha sido el sacrificio de los kurdos sirios. La riqueza de los reinos del Golfo, donde los extranjeros conforman hasta el 80 o el 90% de la población, están protegidos de Irán sólo por las bases estadounidenses. Arabia Saudí, que tiene un ejército considerable, está luchando para abrirse paso contra los huzis en el Yemen. Y echar a los perros a los kurdos, los fieles aliados de EEUU, no es una prueba de la grandeza de Estados Unidos.
Una vez que se expuso la vanidad de amenazar a Erdogan con tuits, Trump dio una rueda de prensa en la que intentó mancillar el nombre de los kurdos sirios quejándose de que en la Segunda Guerra Mundial no habían participado en el desembarco de Normandía. Al margen de lo que Trump sepa sobre la actual Siria o no, no sabe nada de la Vichy siria, el régimen de colaboracionistas franceses con Alemania que gobernaron Siria tras la caída de Francia en 1940. Cuando las fuerzas del Imperio británico invadieron Siria y derrocaron al régimen de Vichy allí, no tuvieron medios para reemplazarlo por lo que permitieron que los políticos sirios declararan la independencia. Bajo ambos regímenes sirios, la minoría kurda no tuvo ni la oportunidad ni el entrenamiento y ni siquiera la invitación a combatir en Europa.
En la misma rueda de prensa, Trump afirmó confusamente que EE.UU había cooperado en Siria con el PKK, una organización terrorista kurda en Turquía, lo que Erdogan aduce exactamente como el pretexto de su invasión. Trump también afirmó haber regado a los kurdos sirios con armas para que se defendieran. Turquía, por supuesto, está empleando tanques, artillería y fuerza aérea, contra lo cual los kurdos no pueden responder.
Toda una serie de defensores republicanos de Trump en el Senado han expresado su indignación por su decisión, empezando por Lindsey Graham (“Recemos por nuestros aliados kurdos que han sido vergonzosamente abandonados por la Administración Trump”) y siguiendo con Mitch McConnell, el líder de la mayoría en el Senado, que declaró: “Como aprendimos por las malas durante la Administración Obama, los intereses estadounidenses se benefician más con un liderazgo estadounidense, no con el repliegue o la retirada”. Tanto ellos como los principales republicanos de la Cámara se apresuraron a introducir sanciones contra Turquía y Erdogan.
Figuras del ejército se sumaron a las críticas a Trump, empezando por James Mattis, pero también Joseph Votel, el general que encabezó el Mando Central de EE.UU desde marzo de 2016 a marzo de 2019 y que supervisó la colaboración con los kurdos sirios, y John Allen, general de la Marina con cuatro estrellas, que dijo que las consecuencias de la decisión de Trump eran “completamente previsibles” y que:
Hay sangre en las manos de Trump por abandonar a nuestros aliados kurdos. Dije que habría sangre, pero no me habría imaginado este resultado. No había ninguna posibilidad de que Erdogan mantuviera su promesa, y las milicias apoyadas por Turquía están llevando a cabo una limpieza étnica en toda regla. Esto es lo que sucede cuando Trump hace caso a sus instintos y por su alineación con los autócratas.
Estos son altos funcionarios retirados hace poco. Hay que sumarles una serie de mensajes transmitidos por Jennifer Griffin, que informa sobre el terreno, cuya fuente es un oficial de operaciones especiales en servicio activo (cuyo nombre, obviamente, no puede revelar). Este fue uno de los miles de empleados estadounidenses que, como vimos, tuvieron que retirarse de pronto del área:
Me avergüenzo por primera vez en mi carrera. Turquía no está haciendo lo que acordó. Es terrible. Hemos cumplido todos los acuerdos de seguridad.
Los kurdos han cumplido todos los acuerdos. No había NINGUNA amenaza a los turcos —NINGUNA— desde este lado de la frontera. Esto es una locura. No sé a qué le llaman atrocidades, pero se están produciendo. [Trump] no entiende el problema. No entiende las repercusiones de esto. Erdogan es un islamista, no un actor razonable. Los kurdos son los más cercanos al pensamiento occidental en Oriente Medio. Es una vergüenza. Es terrible. Esto no está ayudando a la lucha contra el ISIS. Muchos [de los prisioneros del ISIS] estarán libres en los próximos días y semanas.
También los cristianos evangélicos, hasta ahora entre los más firmes partidarios de Trump, están consternados. Entre ellos, Mike Huckabee, Pat Robertson (Trump “corre el riesgo de perder el mandato del cielo”), John Stonestreet y Tony Perkins. Sus preocupaciones se hacen eco de los mensajes de los cristianos sirios en las zonas kurdas:
– “Es muy posible que la retirada estadounidense de la región conduzca a la extinción del cristianismo en la región”.
– “El objetivo de Turquía es matarnos y destruirnos y acabar el genocidio contra nuestro pueblo”.
– “El régimen turco se basa en organizaciones extremistas armadas que cometen crímenes contra los civiles y la humanidad. Esas amenazas ponen en peligro la vida del pueblo siriaco en la región”.
Pasemos ahora a Fox News, en quien Trump confía más para que le preste una atención justa y fiel a los hechos: ¿Cómo ha reaccionado Fox News?
Un vistazo a las reacciones a la decisión de Trump en su sección de opinión revela lo siguiente (por orden de aparición):
– Tucker Carlson (“La indignación por la decisión de Trump sobre Siria muestra las malignas prioridades de Washington”).
– James Carafano (“¿Se toma Trump Siria en serio? Esto es lo que se debería recordar siempre”).
– Marc Thiessen (“El abandono de Trump de los kurdos es una receta para una guerra interminable, no una estrategia para acabarla”).
– Jim Hanson (“Para detener los enfrentamientos entre Turquía y los kurdos en Siria, e impedir la vuelta del ISIS, EE.UU debe hacer ESTO”).
Los propios títulos del artículo de Thiessen muestran que disiente de la sabiduría de Trump. Carlson, aunque defiende a Trump, señaló:
Nos encantaría contarles que han sido sólo los izquierdistas de la CNN los que han exigido que nos quedemos en Siria para siempre. Pero, por desgracia, no ha sido así. Ni por asomo. Muchos republicanos del Capitolio han dicho exactamente lo mismo.
Carafano preguntó: “Así que la pregunta es: si la operación turca se lleva a cabo del modo que afirma el Gobierno turco, ¿amenaza alguno de los intereses estadounidenses en Siria?”, y respondió: “Podría decirse que no”. (Mientras, por supuesto, el propio Trump no cree que la operación se esté llevando a cabo “del modo que afirma el Gobierno turco”.)
El “ESTO” de Hanson consiste en exigir un alto el fuego, sanciones contra Turquía, campos de refugiados para los kurdos que huyen, imponer zonas de exclusión aérea y terrestre en Turquía y Siria y buscar la “aprobación de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condene los crímenes de guerra y la limpieza étnica de Turquía”. Sin embargo, también insiste: “Turquía es un aliado de la OTAN de Estados Unidos y si nos vemos obligados a elegir entre los kurdos y Turquía debemos ponernos del lado de Turquía”. Evidentemente, Hanson está perplejo, al pedir a EEUU que se apoye fuertemente en Turquía y se incline por su lado.
El destacado jurista Andrew McCarthy simpatiza con el deseo de Trump de abandonar las guerras lejanas. Pero su énfasis reside en otra parte: señalando que son los republicanos de alto nivel los que están ahora furiosos con Trump, continuó:
Al volver a desplegar unas pocas decenas de soldados estadounidenses en Siria, el presidente accedió a la invasión turca del territorio ocupado por los kurdos (…)
Hay indignación por la decisión de Trump. Es una indignación por una cuestión de políticas, no por grandes crímenes y delitos menores. Sólo la indignación más cegada puede dudar de la legalidad del movimiento del comandante en jefe de los soldados estadounidense, aunque hiciese inevitable la derrota turca de los kurdos (…) Lo que importa es que el presidente Trump ha perjudicado su apoyo entre los republicanos del Senado. Está por ver hasta qué punto.
Trump no ha reconocido ninguna mancha en su “sabiduría inigualable”, y en su lugar menosprecia a todos, empezando por los propios y bravos kurdos sirios, que ponen en duda su sabiduría
Fuente: es.gatestoneinstitute.org
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