Enlace Judío México e Israel – ¿Qué es la memoria? ¿Dónde reside? ¿Qué hacer con ella? Estas son algunas de las preguntas que llevaron a Eduardo Feller a dirigir el documental La memoria y después, que recoge la historia de Sara Rus, sobreviviente de la Shoá y madre de la Plaza de Mayo, que se exhibirá el 3 de noviembre en la Cineteca Nacional.
El próximo domingo 3 de noviembre se llevará a cabo una función especial en la Cineteca Nacional de la Ciudad de México. En ella se exhibirá la cinta La memoria y después, del cineasta argentino Eduardo Feller. Se trata de un documental que recoge el testimonio de Sara Rus, sobreviviente del Holocausto que migró a Argentina y, años más tarde, se convirtió en una de las madres de la Plaza de Mayo, así como de su hija, su nieta y otros miembros de su familia.
Enlace Judío conversó con Feller en un café de la colonia Condesa de la capital mexicana para saber más sobre el proceso que lo llevó a filmar La memoria y después. Ahí descubrimos a un personaje sensible, allegado a México y a las causas sociales, al férreo sentido de justicia que caracteriza al pueblo judío, al cine, a la música y a la literatura.
“Esta película está centrada en dos sucesos importantes: la Shoá, el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, y la dictadura Argentina, que le sucedieron básicamente a una familia. Y dentro de la familia, la persona que todavía es sobreviviente es Sara Rus”, dice Feller con voz serena e incluso dulce, como lo parece su mirada, que no deja de otear hacia un lado y otro en busca de los hilos de la memoria, ese tema fundamental de su película.
El cineasta refiere que fue un periodista quien, en el año 2012, lo acercó a la historia de Sara Rus. Feller vio de inmediato el potencial de la historia para hacer un documental sobre ella, y su primer acercamiento fue una serie documental para Canal Encuentro, un medio estatal argentino.
“Pero estos canales tienen unos formatos bastante rígidos y querían una historia contada en primera persona. La querían a ella contando su propia historia. Lo hicimos (…) pero nosotros, el equipo de producción y dirección nos quedamos con ganas de contar otra cosa porque vimos que el potencial que tenía esta mujer, en su forma de contar, era enorme.”
Quizá por eso —como si haber sido protagonista de dos sucesos históricos terribles no bastara— se han escrito tantas notas periodísticas, libros, reportajes sobre Sara Rus, quien además ha recibido premios y homenajes.
“Tiene un carisma muy, muy grande, lo van a ver en la película, y quedamos muy enganchados, muy atados a su forma de contar. Y además tuvimos un acercamiento con la familia, con la hija, con las nietas… y ellas hacen una lectura distinta sobre lo que cuenta la abuela.”
Y es así como nos acercamos a la esencia de La memoria y después: una serie de preguntas sobre el legado, el papel de la memoria y cómo esta se transmite, cómo se acepta cual herencia y qué se hace con ella. El después de la memoria. El después de la película.
“Ella tiene como la necesidad de dejar un legado. Y ese legado, obviamente, los primeros que lo tienen que tomar son los de su familia directa. Pero la familia tiene que convivir el día a día, tiene que hacer las compras del mercado, tiene que poner una persona que la cuide —a Sara— porque tiene ya 93 años… La problemática es otra, no es tanto la gran Historia.”
Sin embargo, la hija de Sara Rus tiene un hermano desaparecido y cuando la dictadura se lo llevó, ella tenía edad suficiente para sufrir las consecuencias, la búsqueda, la incertidumbre que no permite cerrar un capítulo siniestro. Una de las nietas de Sara, a su vez, estudió Filosofía y es coguionista de la cinta. “Nos interesaba mucho su punto de vista y su pensamiento, por que tiene un pensamiento muy profundo sobre qué hacer con la memoria, qué hacer con la historia de su abuela.”
¿Dónde está la memoria? Esa fue la pregunta que el equipo detrás de la película se hacía constantemente. Si en los documentos que prueban la liberación de la abuela del campo de concentración o en su relato de los hechos que la convirtieron en sobreviviente de dos episodios negros de la historia aislados en el tiempo y en el espacio.
“Después también nos preguntamos si la memoria es solo lo que se cuenta o también lo que no se cuenta. Porque sabrán que a los sobrevivientes les cuesta contar (…). No es el caso del personaje nuestro, que le encanta contar. Otra cosa que nos dimos cuenta en este contacto permanente con ella es que, según a quién le cuenta, le cuenta distinto. Entonces eso, para el documental, también es muy importante.”
Entre los documentos que enriquecieron la memoria documentada en la cinta se encuentran, por ejemplo, una vieja película de la fiesta de XV años de la hija de de Sara, donde aparece el hermano, el hijo desaparecido de Sara por el que se convirtió en madre de la Plaza de Mayo, y la carta que el esposo de Sara envió al general Videla para reclamarle por la desaparición de su hijo.
Para Feller, estaba claro que los elementos para construir un documental estaban ya todos ahí. Solo había que encontrar el equilibrio que le permitiera contar una historia balanceada que fuera de los campos de exterminio a la creación de una nueva familia en Argentina y, luego, a una nueva tragedia: la dictadura militar que dejó a miles de familias rotas para siempre.
La memoria y después se exhibió comercialmente en Argentina durante tres semanas —un éxito para una cinta documental— y obtuvo dos premios en el Festival de Cine de Derechos Humanos de Bolivia: el premio del público, “que es el más lindo de todos”, y el Premio a Mejor Película Latinoamericana.
En la conversación que sostuvimos con Feller hablamos sobre la situación política de Argentina, la posición de la comunidad judía de aquel país y las afinidades históricas que lo unen con México: el exilio, las desapariciones forzadas, Ayotzinapa, el cine, la literatura, el pensamiento.
También conversamos sobre el atentado terrorista contra la AMIA y sobre el antisemitismo en Argentina, sobre la Guerra de las Malvinas y sobre muchos otros temas que puedes ver en el video adjunto a esta pieza. Mientras tanto, anota en tu agenda el domingo 3 de noviembre a las 19:00 horas, en la Cineteca Nacional, donde se exhibirá en función especial La memoria y después, una reflexión profunda y sensible sobre uno de los rasgos humanos que nos permiten ser quienes somos y ser otros, los que estuvieron antes, los que ya se fueron.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
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