Enlace Judío México e Israel.- A medida que la última ola de protestas en Irán comienza a disminuir, al menos por el momento, la élite gobernante khomeinista todavía parece incapaz de decir con claridad qué fue lo causó el levantamiento y cómo lidiar con sus consecuencias.
GEORGE CHAYA
Una facción, dirigida por el “Guía Supremo” Ali Khamenei, ofrece un análisis estándar que se ha convertido en el sello distintivo del enfoque del régimen en todo lo político. Khamenei dice que el levantamiento fue el resultado de “una conspiración extranjera profunda, amplia y muy peligrosa” y nada más. También insiste en que la única forma de lidiar con sus consecuencias es con puño de hierro.
El canal de la televisión libanesa Al-Manar, órgano de prensa de Hezbolá que comúnmente difunde los puntos de vista Khamenei, incluso pidió que “todos los malhechores locales y los agentes extranjeros que participaron del levantamiento sean llevados a la horca y colgados en público”.
En cuanto a los “extranjeros” supuestamente detrás del levantamiento que sacudió más de 120 ciudades y se cobró la vida de al menos 300 personas, la receta de Khamenei exige una “respuesta enérgica”.
El sitio de noticias de la Guardia Revolucionaria Islámica FARS, traduce esa frase del Guía Supremo en idioma árabe “en un plan de venganza contra países considerados enemigos del régimen khomeinista: Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita.
“Nuestros enemigos viven en casas de cristal y sus activos económicos y militares más sensibles y estratégicos están dentro de nuestro alcance”. “Al infligir grandes daños financieros y militares al enemigo podemos empujarlo a la desesperación y obligarlo a arrodillarse frente a nosotros”, indica el sitio web de FARS.
La editorial asume que “los enemigos” que sean atacados no tomarían represalias porque estarían de rodillas luego de ser golpeados por las armas de Irán.
Sin embargo, el portavoz de la Guardia Revolucionaria Islámica, el General Ramazan Sharif, se jacta de que “los guardianes de la revolución sagrada” están listos para cualquier eventualidad “hasta la última gota de sangre”. El problema es que no especifica de quien será la sangre a la que refiere.
Por su parte, la comedia continuó con el presidente Hassan Rouhani amenazando con acciones no especificadas contra “enemigos extranjeros” no identificados.
“Si no tenemos seguridad, nadie tendrá seguridad”, dijo Rouhani en un discurso dirigido a los jefes de los escuadrones suicidas del Basij en Teherán el pasado miércoles. Al mismo tiempo, Khamenei dio a entender que estaba dispuesto a adoptar lo que los círculos políticos en Teherán llaman “la opción de Sansón”. Sin embargo, varios mulás que oraron el viernes en todo el país amenazaron con destruir a todos los enemigos de la República Islámica.
Es difícil saber exactamente si la “opción Sansón” que ha cautivado a los ideólogos khomeinistas en Teherán está directamente inspirada en la historia bíblica del Antiguo Testamento o en la versión Cinemascope de Cecile De Mille con Victor Mature y Heidy Lamar. Sospecho que este último debe ser el caso, ya que Khamenei era un adolescente cuando se estrenó la película en Irán, y a menudo ha mostrado su gusto por las viejas historias contadas por Hollywood. Ese gusto lo convirtió en un lector apasionado de autores como Alexandre Dumas, Michel Zevaco y Rafael Sabatini, todos maestros de obras de aventuras y espadachines basados en eventos históricos y/o bíblicos.
En la versión de De Mille, la catarsis de la historia viene con la destrucción del templo por Sansón, quien fue cegado por los filisteos después de haber perdido sus poderes otorgados por Dios: en otras palabras, se nos cuenta una historia de venganza pura y simple. La versión bíblica, sin embargo, tiene varios mensajes éticos, morales y, por supuesto, teológicos que colocan el episodio de la destrucción del templo en un contexto trascendental. Sansón, deambulando ciego en Gaza, se venga, pero solo después de haber pagado la desviación de los deseos de lo divino.
La “opción Sansón” de Khamenei recuerda a Hermann Goering, el nazi alemán que se jactaba de que cada vez que se enfrentaba a un problema que no podía entender y que él juzgaba ridículo: alcanzaba solo con su arma para resolverlo.
Pero no todos comparten la versión de Khamenei de los eventos históricos y la receta para hacer frente a las consecuencias.
El rechazo más directo de la “opción de Sansón” vino de Saed Haddadian, uno de los “maddahin” (favoritos) de Khamenei que son profesionales que escriben poemas y alabanzas a la Familia del Profeta.
Una qasida (oda) que recitó Haddadian ante una multitud de miles de personas que marchaban en apoyo de Khamenei en Teherán el martes pasado terminó con estas líneas: “Somos manifestantes, no brigadas de opositores. Nuestro problema es con la ineptitud. La catástrofe que sucedió fue el resultado de su incompetencia. Por una vez, admítanlo, digan que todo fue por su culpa” (en clara alusión a los mulás de confianza de Khamenei).
El ministro del Interior, Rahmani Fazli, también ha tenido la temeridad de criticar, aunque sea ligeramente, la versión de Khamenei.
“Solo parte de nuestros problemas se deben a la intervención extranjera”, dijo en un discurso en Teherán el lunes. “La mayoría de nuestros problemas económicos y de descenso del nivel de nuestras vidas se deben a defectos estructurales”.
Ahmad Tavakkoli, ex ministro de Comercio y uno de los grandes del Islam Fedayyin, también pidió reformas. En un artículo publicado en idioma farsi y árabe, argumenta que el intento del régimen de imponer un aumento de los precios del combustible del 300% fue erróneo tanto en términos políticos como económicos. Y ofrece una lista de medidas alternativas que podrían haber logrado todos los supuestos objetivos económicos sin irritar a las masas más pobres y desencadenar la hiperinflación y la devaluación de la moneda iraní.
Otro análisis crítico provino de Massoud Nili, economista y ex asesor de Rouhani, quien lamenta el hecho de que el equipo de Rouhani no tuviera el coraje de comportarse como un gobierno inteligente y optó por imponer una medida impopular. Para él, la restauración del verdadero precio de los servicios públicos debería tener lugar en el contexto de una liberalización general de la economía y no como una medida coercitiva dentro de un sistema cerrado dominado por monopolios.
Azari Khahromi, Ministro de Comunicación y una estrella en ascenso en la generación emergente dentro de la Seguridad Islámica, ofrece su propia alternativa a la fuerza, es decir, a la “opción de Sansón”. Lo llamativo de la posición de Khahromi bien podría llamarse “la opción Samsung”, ya que Khahromi, fue quien ideó el corte de Internet durante varios días para romper el impulso del levantamiento, y el expone un plan para dificultar y hacer imposible que millones de iraníes pobres usen teléfonos móviles y tengan acceso a la Internet. En otras palabras, “la opción Samsung” debería ser tratada como un arma reservada solo para la defensa del 30 % de la población que, según Rouhani, está “contenta con la buena vida que tiene”.
Lo que queda claro una vez más, es la dualidad de la realidad de la República Islámica y un régimen que no sabe si comportarse como una ideología o como un gobierno que escucha a sus ciudadanos, de ahí su necesidad de hacer uso de la “opción de Sansón” o actuar como un gobierno normal con la “opción Samsung” pero para el 100% de la población”
Fuente: infobae.com
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